miércoles, 28 de septiembre de 2011

Tres por uno (no es un anuncio se lubricantes)

Lo acabo de leer en un diario que  han empezado las medidas ahorradoras en la comarca de una manera efectiva. Se ha comenzado cambiando el coche oficial, que se adquirió en la anterior legislatura,  por tres utilitarios que se dedicarán a fines sociales, lo que supondrá un ahorro de doce mil euros al año. Bueno, bien está lo que empieza bien, pero a la vista de la crisis que ha provocado recortes sociales en los últimos años, nos preguntamos por qué no se ha empezado a ahorrar antes. 
Dicen que lo  bien repartido hace más provecho, por eso nos alegramos de que de ahora en adelante más gente se pueda beneficiar de los coches comarcales y no una sola persona como hasta ahora, y sobre todo está  muy bien  que sean temas sociales los principales beneficiarios. Ojalá ésta y otras medidas se hubieran tomado hace tiempo. ¡Olé ! por el señor Grasa por su decisión, que con toda seguridad marcará el antes y el después de una etapa importante, donde por fin parece que va a comenzarse a pensar en quienes de verdad lo necesitan. Por fin tenemos un presidente comarcal ecuánime y justo.
(A ver si este presidente se acuerda un poco más de Biescas)

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sábado, 24 de septiembre de 2011

El pollo contraataca

De nuevo vuelven los días de alboroto sanitario y pollo al vapor, asado, a la chilindrón...echábamos en falta el pollo y los gritos por los pasillos, así que hemos vuelto al hospital. Bueno, ha vuelto él y yo para convencerle de que se coma tanto pollo....
Esperemos que no sea por mucho tiempo, porque a este paso le van a salir alas. Nos íbamos a ir de vacaciones, pero las circunstancias mandan y no ha podido ser. En lugar de unas merecidas vacaciones, nos enfrentamos al tercer ingreso hospitalario. ¡Salud para él y pronta recuperación!

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lunes, 19 de septiembre de 2011

Excursión a fuente Chaimona y Ermita de S.Bartolomé

Panorámica desde la pista de Gavín
Ya llevaba tiempo queriendo visitar la fuente Chaimona, pero no había tenido ocasión de hacerlo hasta la semana pasada, cuando el jueves me dirigí a ella con unos amigos senderistas. Salimos desde Biescas a las nueve y cuarto y nos dirigimos a Gavín por el camino del cementerio hasta el camping, donde tomamos un sendero que lleva a Gavín. Allí tomamos la pista que hay al final de la calle de la Iglesia,  con intención de llegar a la ermita de S.Bartolomé, pero al llegar al desvío, donde comienza dicha senda, nos dimos cuenta de que estaba demasiado cerca.
Hacía tiempo que no salía por el monte y quería caminar más rato, así que decidimos, mis amigos y yo, que llegaríamos primero  a la fuente Chaimona y luego regresaríamos hasta el lugar donde sale la senda para la ermita. Calculamos el recorrido y  nos daba tiempo de llegar a las 13,30 a la ermita (porque habíamos quedado allí con J.L.que llegaría en coche). Empezamos a subir por la pista, hay que decir que la ruta hasta la fuente es todo el rato ascenso, más o menos empinado, pero al fin y al cabo, ascenso, o sea que íbamos a encontrarnos pocos llanos por el lugar.
Vimos varias señalizaciones, donde te indican el tiempo en unos casos  o los kilómetros en otros,  que hay hasta los diferentes lugares, y aunque no son exactas, si que se aproximan bastante a la realidad. Al menos eso decía el cuenta kilómetros que llevábamos. En el desvío hacia S.bartolomé señala que hay cinco kilómetros y pico hasta la fuente Chaimona, cuando en realidad hay uno menos, o sea cuatro y pico. Curiosamente en la siguiente señal, el dato está corregido, marcando los metros exactos.
Fuente Chaimona
Después de ascender unos metros, dejamos a la izquierda el desvío hacia la casita de las brujas y cuarenta y cinco minutos después el del Astes, a los pocos minutos llegábamos a la fuente, donde paramos para descansar un rato y  reponer fuerzas con un bocadillo y unas patatas fritas.
Regresamos a la senda para ir a la ermita de S.Bartolomé, y hay que decir que como es cuesta abajo (esto es lo bueno de los ascensos por el monte, que sabes que luego hay que bajar) llegamos en un periquete, casi sin darnos cuenta. Esta senda es muy bonita, incluso la enorme cuesta que hay, que parece no acabar nunca, el calor apretaba un poco y sufrimos algo para recorrerla, pero todo esfuerzo tiene su recompensa. Y es una recompensa el paisaje de la zona y  la brisilla del monte. Habría pasado  media hora cuando llegamos a la senda que, en pocos minutos más nos condujo hasta la ermita.
Exactamente llegábamos a las 13,30 y curiosamente llegamos a la vez que J.L. justo cuando salíamos de la senda, para tomar la pista asfaltada que lleva hasta la ermita, nos tropezamos con él que llegaba en ese momento. No pudo salirnos mejor. Una vez allí comimos un poco, bebimos agua de la fuente y tras descansar unos minutos regresamos a Biescas. El paraje estaba tan bonito como de costumbre. Os invito a visitarlo. ¡Vale la pena!

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cabezas rodando.... pero seguimos robando

El mundo educativo anda algo revuelto con el tema de los recortes, que evitará la contratación de muchos docentes, bastantes menos que en cursos anteriores. Aunque la ministra se empeñe en negarlo, estos recortes van a perjudicar y mucho el panorama educativo de tantos años, cargándose de un plumazo las mejoras que con tanto esfuerzo hemos conseguido. Y digo yo, en un país donde la inversión en educación es de las más bajas de la Comunidad Europea, ¿era necesario recortar más?  Y para variar ¿por qué no recortan en otra parte?
Lo mismo ocurre con la sanidad, que mucho me temo que dentro de poco dejará de ser de las mejores, para pasar al nivel de la cutredad. Tenemos un ejemplo con lo que está pasando en el hospital de Jaca, siempre metido en pugnas desde su apertura, donde ha desaparecido, entre otras especialidades, la de ginecología, por lo que las mujeres no tendrán más remedio que acudir al de Huesca para se atendidas. Es decir muchas deberán recorrer  más de cien kilómetros en caso de ponerse de parto ¿Qué ocurrirá con los partos repentinos?¿Cuántos niños nacerán por el Monrepós? No digo ninguna tontería, que ya hemos tenido un parto por el camino, con el riesgo que eso conlleva para la madre y el niño, porque si el parto hubiera venido con problemas ¡Qué!
No decimos que no haya que recortar, pero ya estamos con lo mismo, los políticos deberían dar ejemplo y no con actos simbólicos de rebajas insustanciales de sueldos, sino con recortes reales, que los veamos todos. Que tanto dinero perdido por los bolsillos no llega a ninguna parte, que ya vale de mantener sinvergüenzas, que solo miran por sus intereses, mientras España se hunde en la miseria.
Ya vale de financiar visitas papales o viajes de estado, que tanto dinero nos cuestan. Si se crearan cien puestos de trabajo cada vez que se despifarra en este tipo de acontecimientos, ya no tendríamos paro hacía tiempo. Si los políticos dejaran de robar otro gallo cantaría, pero una vez en el poder, se aferran a él de tal manera, que es imposible deshacerse de ellos. Por ejemplo ¿por qué hay tantos alcaldes de pueblos pequeños, que por numero de habitantes no les correspondería sueldo, y sin embargo lo cobran? ¿No es echarle un poco de morro a la vida?
Pues empezando por estas cosas pequeñas es como se acaba con el despilfarro, pero, claro, hay que empezar y echarle un par para hacer las cosas como se debe, en lugar  abusar de los bolsillos de los ciudadanos, que a la postre son quienes estamos pagando la crísis.....mientras dejamos que sigan robándonos quienes deberían velar por nosotros.
En lugar de recortar en educación y en sanidad, más deberían recortar la corrupción de quienes pierden nuestro dinero por sus carteras, la de quienes evaden grandes cantidades de dinero sin que la ley se les imponga, la de tantos políticos que pernoctan en hoteles caríssimos a costa del pueblo.
¿Hasta cuando vamos a dejar  que los políticos se rían de nosotros? Ahora hablan de recortes y caen cabezas primero fueron los pensionistas, luego los funcionarios, ahora es la educación y la sanidad.
 Pero ¿Cuándo harán de verdad lo que deben? ¿Cuándo se darán cuenta de que invertir en educación es caro, pero es mucho más caro no invertir?

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domingo, 11 de septiembre de 2011

Adivina que hay de menú.....¡pollo!


los pollos de la seguridad social

Lo peor que te puede pasar si te hospitalizan es que encima te prescriban comida sin sal. Ya de por si la comida de los hospitales no es nada apetitosa y no digo que los cocineros no se esmeren y la hagan sin cariño, que, posiblemente, cariño le ponen mucho, pero el presupuesto manda lo que manda y la mayoría de las veces los resultados dejan mucho que desear.

Hablo de esos filetes de pechuga de pollo empanados, echos en freidora, que se retuercen en un  contorsionismo brutal hasta formar unas figuras surrealistas de comida reseca, que no toleran ni los paladares menos exigentes. Hablo de esa verdura sin espíritu que, sea la que sea, sabe toda a lo mismo, a hierba con agua. Me refiero a esos estofados con zanahoria de carne jasca inmasticable, que se te queda entre los dientes, a esos purés insípidos, que como lavativas funcionarían divinamente, a esas tortillas francesas que, como suelas de zapato, hacen ruido cuando las golpeas contra el plato.
Precisamente cuando alguien está enfermo necesita comer primero por la vista, para que le apetezcan los menús, y necesita que la comida esté mínimamente apetitosa, pero estos detalles los ignoran en todos los hospitales, olvidando que la buena alimentación del enfermo contribuye a su recuperación, como las mismas medicinas.
Nuestros antepasados acostumbraban a decir que el que come escapa, se referían a escapar de una muerte segura, pero claro seguro que no conocían los menús sin estrella de los hospitales. Es verdad que no hay que exigir mucho con respecto a este tema ya que la seguridad social española es de las mejores, y no podemos quejarnos, la verdad, pero en cuestión de alimentación, tiene que aprender todavía una lección: que cuando uno está enfermo necesita que le den de comer algo con "más cariño" que si es así, seguro que se recupera antes. Estoy convencida que muchas estancias hospitalarias  se acortarían si hubiera una preocupación real por la cantidad y calidad de las comidas que pasa a través del paladar de los pacientes, y digo cantidad porque muchos pasan por el aire sin probar bocado, sin que nadie, me refiero al personal sanitario, se dé cuenta. Es verdad que después de cada comida pasa la auxiliar preguntando cuánto has comido, pero para cuando eso sucede las bandejas ya están fuera de la habitación, con lo cual puedes decirle un día tras otro que te lo has comido todo , cuando la verdad esque has devuelto la bandeja tal cual y sin tocar, a la cocina.
La variedad de los platos es impresionante, cada día los pacientes eligen entre tres primeros y tres segundos platos, tanto para comer como para cenar; pero la opción que no se escapa ningún día de la lista de menús es el pollo. Bien es sabido que el pollo es una de las carnes mejores a todos los niveles alimenticios, pero ¡pollo a todas horas es una barbaridad!. He sacado la cuenta y  el pollo forma parte por lo menos, y calculando a ojo, del ochetenta por ciento de los segundos platos. Uno de los días las opciones de segundo plato eran para comer, pollo asado, pollo a la chilindrón (que de chilindrón nada), una tercera opción que no recuerdo y lo más curioso fue que para cenar una de las opciones de ese mismo día era pechuga empanada, las otras dos eran mero (un mero un poco raro por cierto) al vapor y mero a la plancha (¡qué variedad!).
En fin que mejor no ponerse malo y tener que pasar por el hospital, porque no hace falta tener un paladar muy fino para que te eche para atrás la comida, y eso, aunque no vengas de los Siete Pares de Francia. Además todo enfermo tiene derecho a comer caliente, cosa que tampoco ocurre, porque a lo que llega la comida a la habitación, está cual témpano de hielo, sólo se salvan los caldos que al ir herméticos se mantienen calientes, pero el resto de los restos y demás platos, se quedan más fríos que los piés de la tía Benita cuando era cadáver. ¡Ah! ¡qué hay un microondas en la planta! Es verdad, pero ¿Qué enfermo tiene ganas de andar por los pasillos con los platos de la comida para llegar hasta el microondas y calentar la comida?...
Eso sí, como estamos gente para todo, tengo que decir que he encontrado a un paciente, compañero de habitación de J.L. que se lo comía todo y hasta le sabía bueno, no porque la comida estuviera buena en sí, sino porque era de los que piensan que comiendo escapas......

Por el bienestar de nuestros enfermos esperemos que en sus estancias hospitalarias mejoren.....los menús....

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domingo, 4 de septiembre de 2011

Silencio por favor

Un andador avanza chirriando por el pasillo de la quinta planta del hospital, el ensordecedor ruido hace que cuantos nos encontramos cerca, volvamos la vista hacia él. Una mujer mayor lo empuja con paciencia mientras recorre el largo pasillo. A nadie se le ha ocurrido nunca engrasarle las ruedas y un día tras otro el chirrido metálico hace su salida a escena para interpretar el paseo de todas las tardes, un melódico paseo.
El ir y venir de la gente pasillo arriba, pasillo abajo, acompañando a sus familiares enfermos, forma parte de una estampa de calendario, donde se entremezclan personas, objetos, sensaciones de todo tipo. Pero hay una sensación que se impone a todas las demás, porque debería haber más silencio, ya que se trata de un recinto hospitalario. Y sin embargo el ruido que hay por todas las partes, sobre todo voces que se imponen a fuerza de alzarse, nos hace olvidar por momentos que estamos en un hospital, donde personas convalecientes intentan descansar y recuperarse de sus dolencias. Y cuando lo piensas te invade una sensación de contradicción que no puedes explicar. Y más cuando esas voces que se imponen a fuerza de elevar el tono, la mayoría de las veces son del personal sanitario.
Ya en la UCI extraña que dicho personal hable tan alto y no se contenga a la hora de contarse las vacaciones, sin tener en cuenta que a quienes ocupan los boxes no les importa lo más mínimo dónde, cómo y cuándo han pasado las vacaciones, que solo quieren poder dormir, descansar en un ambiene tranquilo y que por encima de todo solo desean abandonar cuanto antes tan ruidoso ambiente.
Pero al salir de la UCI y llegar a la planta correspondiente enseguida se dan cuenta de que no se ha terminado la pesadilla, que los gritos continúan. A las seis de la mañana, cuando mejores sueños deberían tener, llega la del termómetro dando voces, como si fueran las cinco de la tarde, o la del zumo de las doce de la noche, que tres cuartos de lo mismo, por poner dos ejemplos. Pero el ruido sigue por los pasillos y de continuo.
Y no hablemos de las visitas, que algunos no deben de leer los carteles que hay por todas partes de "solo dos personas por paciente" porque hasta ocho personas he podido contar en varias ocasiones acompañando a un paciente dentro de la habitación, sin que nadie les llame la atención; y sin embargo cuando ingresó mi jefe, gran amigo y algo más, la segunda vez y a la mañana siguiente fui a llevarle el neceser  antes de las doce, (momento en que se puede subir a las habitaciones por norma)( porque pensé que sobre todo cuando estás enfermo tienes que cuidar más la higiene) una señora que debía ser la supervisora me dijo que no era horario de visitas, al responderle que solo llevaba un neceser para su higiene, me dejó pasar con la condición de que saliera enseguida. Hasta aquí todo bien si no fuera porque al llegar a la habitación me encontré para mi sorpresa que el paciente de la cama tres tenía una visita de cinco personas, que no entiendo qué habrían hecho para colársele a la supervisora; yo era una y me cazó, pero ¡cinco!
Tuve que salir como se me había sugerido, después de entregar el neceser, pero esos cinco se quedaron allí como si tal cosa, luego estuve a punto de  preguntarles cuántos jamones les había costado que la señora del control hiciera la vista gorda a su paso, pero no lo hice porque en el fondo me daba igual la respuesta, todos sabemos lo que pasa con estas cosas. En definitiva contradicciones hospitalarias de las que podíamos escribir un libro.
PDT. Se ruega al personal sanitario de los hospitales en general que hablen más bajo, sobre todo por la noche y que no olviden que los pacientes de la habitación contigua a la centralita, también necesitan descansar, es su derecho, den ejemplo y bajen las voces, así que las batallitas se las callen o se las cuenten más bajo. 

Siguiente capítulo: los menús de los hospitales

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