viernes, 6 de enero de 2017

Las cosas no cosas de la Navidad


Recuerdo que cuando era niña la víspera de Reyes solíamos colocar los once pares de zapatos (padres y nueve hermanos), llenos de turrón para obsequiarles cuando llegaran cargados de regalos. Yo siempre me había preguntado cómo eran capaces de comer todo el turrón que les daban en las casas. Cuando descubrí la respuesta sentí un gran alivio. Porque entonces me di cuenta de por qué otros niños recibían mejores regalos. 
Cuando mis hijos eran pequeños jamás les oculté quienes eran de verdad los Reyes, para que entendieran por qué sus regalos eran diferentes (peores). 
Pero un día me dí cuenta de que hagas lo que hagas siempre lo harás mal. No se trata de mantener la ilusión, ni de bajar a la realidad; se trata de hacer siempre lo que crees mejor. Y aún así te estás equivocando. 
Hace poco me llegó una felicitación que decía que las mejores cosas, no son cosas. Y es verdad. Y esas "no cosas" son lo que de verdad importa. 
Que este Año los Reyes nos traigan a tod@s montones de "no cosas" que por lo menos yo ya me estoy cansando de tanto carbón.

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