viernes, 28 de junio de 2013

¿Por qué vas de vacaciones?

La operación salida de las vacaciones me recuerda al comienzo de las rebajas de los grandes almacenes. La gente arremolinada ante la puerta para cumplir con las rebajas. Ha dicho la DGT que este año habrá ochenta millones de desplazamientos por nuestras carreteras; demasiados me parecen teniendo en cuenta la crisis. Las mismas fuentes afirman que un veinte por ciento de los españoles se van a quedar sin ellas.
Hay algo que no me cuadra.
Si hay un 21% de españoles que viven por debajo del umbral de la pobreza, cómo puede haber solo un 20% que no van a ir de vacaciones. Yo no me considero pobre y sin embargo no voy a ir de vacaciones. Entonces ¿cómo se hacen las estadísticas? Nunca me he fiado de ellas y ahora menos, porque parece que están intentando maquillar resultados para que parezca que estamos saliendo de la crisis.
Polémicas estadistiqueras aparte, hay otros aspectos que quería mencionar. 
En esta cultura de consumismo en la que consumir es casi obligatorio para ser un buen ciudadano, en virtud de la cual nos creamos necesidades que no tenemos o no teníamos, nos vemos abocados a las vacaciones lo mismo que a las rebajas. Es como si lleváramos una voz dentro que nos indicara ¡a consumir! ¡todos de vacaciones!
Seguro que si hacemos una encuesta preguntando por el motivo de las vacaciones encontraremos tantas respuestas como personas. Hay que entender a quienes las ven como una prioridad esencial en sus vidas. No cabe duda de que cambiar de aires es bueno para todos. Hay otros que van de  vacaciones por inercia.
En una ocasión estuve quince años sin ir de vacaciones con mis hijos, no me pasó nada. Ahora vuelvo a llevar algún tiempo sin ellas, tampoco me está pasando nada. Pero querría saber por qué las vacaciones son tan importantes para tanta gente. Si alguien quiere colaborar me gustaría saber. 
¿ Por qué  vas de vacaciones?

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miércoles, 26 de junio de 2013

Maneras de pensar (reflexión de un día cualquiera)

     Es curioso comprobar cómo cambian las cosas con el paso de los años y cómo las circunstancias te cambian la manera de pensar. No es que te la cambien exactamente, lo que ocurre es que tu manera de pensar  se  va acoplando a ti en la medida que los  matices de la vida te van puliendo, como se pule un diamante en bruto. Cosas que no hubieras creído que podrías llegar a hacer o a pensar, van tomando posiciones en tu cabeza, quizás también en tu corazón, y determinan tus actos.
     Cosas que hace unos años eran prioritarias para ti, se van relegando a un segundo o tercer plano mientras dan paso a otras prioridades diferentes. Se trata de ir subiendo peldaños mientras la vida sigue siendo la misma, y desde una panorámica  más alta se ven las cosas de modo diferente, con más amplitud; entiendes ,mejor a personas que no entendías; comprendes determinadas actitudes que un día llegaron a bloquearte.
    Es como cuando estás en el bosque, solo ves árboles, sendas. Pero conforme asciendes y subes al monte vas ampliando el horizonte y el paisaje se ve mejor, ves más allá de los árboles, ves otros montes, otra vegetación; compruebas que hay otros ríos, otros pueblos. Con el ser humano pasa lo mismo, hay momentos en tu vida que solo ves árboles, el río de al lado, la senda que pisas. Conforme vas subiendo la cuesta de la vida te vas dando cuenta de que desde allá arriba todo se ve más y se entiende mejor. Es entonces cuando llega el momento de la comprensión de todo lo de tu alrededor. Quizá sea entonces también cuando seas capaz de comprender la actitud de los otros; cuando seas capaz de perdonar o de pedir perdón; cuando descubras que las cosas no han pasado por que sí; cuando sepas que aquella persona que querías y te decepcionó quizá tuvo un motivo para hacer aquello.


  Y como todo en esta vida es relativo, relativizas hasta donde no imaginábas y piensas que solo unas pocas cosas son importantes. Y te dedicas a recorrer tu vida empapándote de esa esencia que hace las cosas sublimes. Es en ese momento cuando te das cuenta de que ya no te importa lo que otros piensen de ti, y dejas de sentir la necesidad de justificarte a cada paso.
     Pero no son las cosas las que cambian, eres tú quien debido a tu experiencia has pulido tu manera de ser y de pensar. Y esto no es malo, al contrario, porque hay de aquel que no es capaz de evolucionar, porque casi siempre el que no evoluciona se queda anclado en tierra que se mueve y cuando la tierra desaparezca no va a  saber a dónde dirigir sus pasos. Porque la tierra la mina el tiempo, la  erosión del viento, del agua. Pero si evolucionas, siempre serás capaz de pisar en firme, porque antes de que desaparezca el suelo que pisas, habrás adelantado un paso y otro y otro más sin dar tiempo a la vida a destruirte.
   

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