domingo, 19 de julio de 2020

El retorno de lo absurdo y vuelta a tropezar con las mismas piedras.

     
     Después del descanso politiquero que me he  tomado, aburrida de tanto desatino y cansada de ver cómo nuestros políticos se pelean, retomo mi blog con la esperanza de poder comentar algún día alguna cosa positiva, como por ejemplo que ha terminado la pandemia. 
    Mucho me temo que tenemos todavía covid19 para rato, porque con la vuelta a la "nueva normalidad" los brotes se han disparado de nuevo. Puede ser  que la  gente no tiene claro todavía que hay que mantener distancia de seguridad y usar mascarilla. Porque tenemos los dos contrapuntos, los que la llevan a todas horas y los que no la llevan nunca. Pero claro si cada día estamos viendo las disputas y rencillas de quienes gobiernan ¿cómo vamos a creer que están en lo cierto cuando nos imponen estas medidas y que verdaderamente nos van a servir para algo?
     Podían empezar por renunciar a las dietas por desplazamiento, ya que no se han desplazado, salvo unos pocos. Porque es una vergüenza que solo un político lo haya hecho, Odón Elorza. Además de que tampoco han trabajado pero sí que han cobrado su sueldo íntegro. ¡En qué país vivimos! 
     En cuanto a la "nueva normalidad" (que dicho sea de paso ya podían haberla llamado de otra manera) ya se ha visto que no  todos la aceptamos como deberíamos. Porque viendo cómo se ha lanzado la gente como una marabunta a sus segundas residencias, no parece que para ellos la nueva  normalidad vaya a ser diferente de la antigua. Pero claro como Sánchez ha dicho "venga todos a veranear", pues allá que vamos, a pesar de que Simón ha aconsejado que solo se realicen los desplazamientos necesarios. Un toque de cordura y sensatez que no se sabe cuánta gente ha oído. Creo que casi nadie.
     A los que no nos llegaba para vacaciones en la antigua normalidad, sigue sin llegarnos en la nueva, con lo cual podremos cumplir el precepto y no nos desplazaremos si no es necesario, o sea nunca. 
    Pero hay que mover la economía, que tanto desastre nos ha traído, y para ello son necesarios los desplazamientos; hay muchos miles de personas que dependen del turismo y no iba a servirnos de nada salvarnos del covid19 si luego nos morimos de hambre.

     Y ya vemos qué nos trae esta normalidad tan poco normal, un aumento de contagios y la vuelta de las restricciones. El uso de la mascarilla es obligatorio en la práctica totalidad de las Comunidades, porque pretenden hacernos creer que ahí está el meollo de la solución para erradicar esta pandemia. PERO NO. 
Ahí está el meollo para poder decir que la pandemia no acaba porque los ciudadanos no se ponen las mascarillas. Pero resulta que nos la vamos a poner, por convencimiento propio o por miedo a las sanciones, y la pandemia no va a parar, porque, entre otras cosas, el gobierno sigue sin hacer los deberes. Sigue desoyendo el mandato de la Oms, de hacer test en cantidad para aislar los contagios. Pues señor, en este país en lugar de aislar los contagios, se aíslan  personas sanas, que es mucho más socorrido y se acaba antes con menos esfuerzos y menos medios; porque resulta que los medios o el dinero que cuestan los medios, les hacen falta a los gobernantes, seguramente para seguir robando. 
     No entendemos que después de 4 meses de pandemia el gobierno siga asegurando que hay medios en los hospitales para atender los casos y mientras tanto haya hospitales donde los trabajadores siguen echando mano de las bolsas de basura para fabricarse medios de protección.
     Después de 4 meses de pandemia por fin se hace obligatorio el uso de mascarillas para casi todo momento. ¿Esto es todo lo que ha aprendido el gobierno? Imponer mascarillas y aislar gente sana. Pues ¡vaya gobierno de habas!
     ¿Dónde están los epis que faltan?¿dónde los rastreadores que son necesarios?¿Dónde los test masivos para aislar enfermos? La respuesta es clara: están en la responsabilidad de los ciudadanos. Y con responsabilidad todo arreglado. PUES NO. Con responsabilidad permanecimos confinados en casa y seguimos las instrucciones que dio el ministerio de sanidad, a costa de nuestras libertades fundamentales, a costa de no poder salir a buscar el sustento (todavía hay miles de ciudadanos que no han cobrado los ertes), a costa de nuestra salud, porque hay mucha gente a la que la pandemia les ha hecho un agujero en la salud y no solo por el covid19. Mientras tanto el gobierno compraba mascarillas y test defectuosos, porque los países más espabilados habían comprado los buenos.Pero este gobierno no es que sea muy previsor. 
     Y no ha aprendido a serlo porque 4 meses después de iniciarse la pandemia sigue dando palos de ciego y pidiendo responsabilidad a los ciudadanos,porque él no sabe nada mejor. Así pretende camuflar sus fallos para que no descubramos su incompetencia, así si algo falla la culpa será de los ciudadanos. Ciudadanos divididos por obra y gracia de un gobierno nefasto, que sigue convencido de que mientras el río esta revuelto el divide y vencerás es la mejor arma para tener entretenida a la ciudadanía. 
            Ahora son los gobiernos autonómicos quienes tienen la competencia de sanidad, otra cabeza de turco para el gobierno central, que ya puede echar la culpa a los ciudadanos y a las Comunidades del avance de la pandemia. 

     Y No. Si la pandemia no remite, no será culpa de los ciudadanos, será culpa de la sordera del gobierno que desoyendo el mandato de la Oms sigue haciendo lo que le sale de los cataplines. Hagan test, señores, aislen contagiados. Porque dónde se ha visto que se aislen personas sanas.Salvo en las películas de zombis en ninguna parte. 
     Me gustaría dar un voto de confianza a los gobiernos autonómicos a ver si lo hacen mejor, pero mucho me temo que siguen sin medios, aunque le pongan ganas. No sé si volveremos a confinarnos, espero que no; aunque con la obligatoriedad de llevar mascarillas a todas horas, salvo excepciones, vamos a pensar mejor cuántas veces pisamos la calle y a dónde vamos. Quizá nos reuniremos en las casas, libres de mascarillas, con lo cual no habremos echo nada. Porque lo que hay que hacer no es obligar a llevar mascarillas a todas horas, lo que hay que hacer en vigilar los núcleos de contagio, a saber, los sitios cerrados principalmente, las reuniones familiares y las aglomeraciones. ¿Qué hacemos llevando mascarillas por la calle de un pueblo, donde no es probable que te cruces con nadie? Del género absurdo es esto.
     Tan absurdo como volver a tropezar en la misma piedra una y otra vez. 

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