Hay un escrito que circula por Internet, cuyo autor es un amigo mío, que ahora me lo ha enviado correo y, como me ha permitido difundirlo, aquí está y con toda la razón del mundo. Su autor no es un hombre cualquiera, sino alguien muy cualificado y valorado, además de inteligente.
Hace ya muchos años, los inigualables Tip y Coll representaban una parodia en la que Coll salía a escena borracho, y Tip, visiblemente enfadado le gritaba:
- ¡Pero hombre de Dios, mira como vienes, es que en este estado no sirves para nada, ni para Concejal!.
A lo que le respondía Coll:
- ¡Que dices!, que no me entero de nada.
Y concluía Tip:
- ¡Ahhhh!, pues si no te enteras de nada para Concejal si que sirves.
Algo de cierto debe haber en esta escena surrealista ya que no hace tantos años, Manolo, al que según las malas lenguas, habían sacado de Presidente de la Junta de Andalucía, antes de que estallara el escándalo de las subvenciones a la empresa en la que trabajaba su hija, fue a ver a su amigo José Luis y le dijo:
- José Luis, me ha venido a ver Felipe y me ha dicho que tiene mucho interés en que coloquemos a la hija de un gran amigo; la chica parece ser que no vale para gran cosa, ¿Dónde la podíamos colocar?.
A lo que José Luis le respondió:
- Pues si no sirve para gran cosa, hagámosla ministra de Igualdad. Y ahí hemos sufrido sus tonterías y nos hemos divertido con sus imbecilidades, hasta que la han puesto de patitas en la calle, seguramente como en el caso de Manolo, cinco minutos antes de que el tribunal de cuentas, haya detectado irregularidades en su paso por el ministerio.
Es curiosísimo que todas las barrabasadas de nuestros políticos, consisten en administrar mal el dinero de todos, pero en beneficio de ellos, de algún familiar, de alguna empresa fantasma o de una sociedad que en pocos años pasa de ser algo sin entidad, a manejar el dinero del paro de toda una comunidad.
Y claro adquieren en corto espacio de tiempo tan malos hábitos que aunque no estén en sus poltronas, siguen disfrutando de una vida espléndida a cuenta de todos.
El fin de semana del 10 al 12 de Diciembre pasado, estuve en Málaga hospedándome en el AC Málaga Palacio. Quien conozca este hotel sabe que el principal problema es aparcar para bajar el equipaje, ya que debido a su privilegiada situación en pleno centro de la capital, la circulación es tan densa a todas horas, que difícilmente puedes hacer uso de una zona de carga y descarga. Reconozco que por mi trabajo llevo tantos años deambulando por hoteles de toda España, que he adquirido una práctica costumbre: aparcar el coche en la puerta del hotel en doble fila, y dar las llaves en recepción para que me lo aparquen y me suban la bolsa de viaje; de este modo reivindicas el puesto de aparcacoches y de paso les das una propina que seguro les viene de maravilla.
Creo que eso hacemos ya casi todos a excepción de los políticos porque ese fin de semana y en el mismo hotel, estaba la señorita Bibiana; el coche oficial, un Citroen C5 aparcado sin problemas donde no debía, su conductor dando vueltas esperándola a que saliese con un maromo de pelo blanco - dicen que su novio - y una chica que seguramente será su secretaria o su guardaespaldas, vaya usted a saber. Y me da igual que aparquen el coche donde los demás no podemos hacerlo, y que la Policía Municipal no la denuncie, ¡para qué lo van a hacer!, nos denuncian a los demás por hacer los mismo, pero esto es como la banca, que si no pagas te quitan el piso, pero a los partidos políticos, que les deben casi 200 millones de euros, no les embargan. Lo que me indigna de verdad es pensar que hemos pagado el hotel a la Bibiana, a su novio, a su acompañante femenina y al conductor oficial, claro que si solo fuese el hotel, porque cómo no solo de pan viven estos, según ellos, de izquierdas, seguro que hemos pagado comidas, cenas, desayunos y alguna que otra escapada. Eso es lo que me indigna a mi y creo que al resto de los mortales.
Y ahí se encuadra lo que ha sucedido en el restaurante Horcher de Madrid, donde una señora que cenaba con otras personas, se levantó y fue a la mesa donde hacía lo propio la ministra Leyre Pajín, asidua al parecer a restaurantes de lujo, y le recriminó que estando recortando gastos, y con una política social que perjudica siempre a los pobres, ella se permita el lujo de ir a este tipo de restaurantes. El caso dará para muchos ríos de tinta, y yo soy de la opinión que cada cual con su dinero va donde quiere, y aquí no hay que entrar en si esta señora gana veinticuatro mil euros mensuales, que evidentemente se los pagamos entre todos, lo que sucede es que esta izquierda ennegrecida, recalcitrante, obsoleta y acomplejada de ser pobres, y me refiero a los socialistas, y a toda su corte de casposos que saben nunca llegarán al poder, y ejercen de mamporreros, en cuanto cogen un carguito, derrochan el dinero y pretenden vivir con unos lujos que les pagamos los demás.
Y da igual que sean de Ezquerra Republicana o del Bloque Nacionalista Gallego o de esos partidillos nacionalistas e independentistas: en cuanto trincan la poltrona, a exprimir al contribuyente o a mecerse en manos del capitalismo. Desde que Julio Anguita dejó la política la verdadera izquierda perdió lo poquito de honradez que le iba quedando, y es que ellos siempre han vociferado que en la derecha es donde está el despilfarro, la corrupción, el robo, los amiguetes, los regalos, la prevaricación, el olvidarse de los pobres y las malas políticas sociales, pero el devenir de los tiempos, sus alianzas con los socialistas, que les han agradecido hacerles el trabajo sucio, y sus complejos de pobres harapientos, les han hecho agarrarse a la poltrona y aprovecharse de ella. Como rezaba una pintada, a la entrada de un pueblo andaluz, gobernado por los socialistas e izquierda unida, “no hay nada peor que un piojo revivio”.
Y que a nadie le extrañe ni le moleste lo sucedido en el carísimo restaurante Horcher de Madrid; durante tiempo las hordas del PSOE, de IU, y sus secuaces de UGT y CC.OO., han estado reventando, incordiando, insultando, amedrentando y amenazando en cualquier sitio donde había alguien que les oliese al PP que no a la derecha, porque ante el PNV, CIU o CC, partidos eminentemente derechistas, suelen ponerse mirando para Cuenca, porque les encanta ser avasallados por sus requerimientos. Y como se han pasado toda la legislatura engañando con sus mentiras y sus migajas de ayudas sociales, para que nadie les viese mientras hacían de las suyas con el dinero de todos, no les viene nada mal que alguien les vaya poniendo en su sitio, aunque en ese sitio haya que pagar para cenar 200 € por persona.
Vivir para ver.