jueves, 28 de mayo de 2020

Aburridos del reality politiquero. Reflexiones de una cabra loca.

       Lo peor de subir a una cima de un monte es que luego tienes que bajar. Y bajar del monte a veces es complicado y más difícil que subir. Mi experiencia es que bajando del monte he pasado más miedo que subiendo; ir cuesta abajo es complicado porque la inercia te empuja hacia delante y un mal paso puede hacer que tu cuerpo termine rodando. Otro ejemplo, las rodillas nunca me han dolido subiendo pero sí bajando, porque las llevas en tensión frenando mientras caminas. 
     Esto viene a que con la desescalada pasa algo parecido; algunos bajan con miedo, otros sin pensarlo, otros rodando. Porque con el ejemplo que nos está dando el gobierno ya no nos fiamos de nada y dudamos sí las obligaciones que nos vienen impuestas por el gobernante (ya que solo manda uno)de verdad sirven para algo.
     Porque se han pasado la pandemia diciendo que las mascarillas solo eran necesarias para el personal sanitario y cuando más carga vírica había en las calles, todo el mundo íbamos sin ellas. Ahora que la carga vírica es mucho menor, las hacen obligatorias porque como ya han llegado a los mercados ahora hay que gastarlas. Porque esto ha ido así: no hay mascarillas en el mercado, no son obligatorias; hay mascarillas en el mercado, son obligatorias. Mientras tanto siguen sin hacer los test que serían necesarios, que es lo que verdaderamente hace falta para frenar los posibles brotes que vayan surgiendo. 
     Para que parezca que el gobierno hace algo, nos mantienen en confinamiento; porque si no fuera por la desescalada a ver qué iban a estar haciendo nuestros políticos entre rueda de prensa y rueda de prensa, que nos tienen aburridos. Y con esto de la desescalada menuda la que han liado, que la gente de a pié ya no sabe lo que puede hacer, lo que no, ni por donde le sopla el aire. Cada semana o cada quince días cambiando. Que seguramente será cómo hay que hacerlo, pero un poco de por favor. 
     Mientras desescalamos se suceden todo tipo de cosas raras, ha empezado el baile y ya se ven cabezas rodando, porque, parece ser, que el cortar cabezas es lo normal para deshacer equipos y cambiarlos por otros que tengan la confianza del gobierno. Es decir, que digan amén a cada una de las palabras que el susodicho pronuncie. Han empezado los insultos, las amenazas, en definitiva todo despropósitos que nos tienen hasta el moño. Y lo peor es que muchos de estos han sucedido dentro del congreso. Así son nuestros políticos. El día que comienza el luto oficial por las víctimas, ellos se lo pasan discutiendo, con insultos y con gritos. Que no pretendan luego que los ciudadanos hagamos caso de los mandatos. Porque para muchos han perdido la autoridad, porque demostrado queda que el pueblo no es que les importe demasiado. 
     Se rompió la unidad que parecían tener al principio. Pero solo era apariencia por lo visto. Hubieran sido grandes políticos si hubieran sobrevivido a ellos mismos y a sus ideologías, para entregarse por entero a un pueblo que todavía sigue esperando que hagan lo que deben y se dejen de tonterías. El mismo Sánchez ha provocado esta desunión con su extraño comportamiento y sus pactos in extremis y como contrapunto ha dejado de atender a quienes lo apoyaron en serio porque creían que proteger al pueblo era una prioridad. Él ha provocado la desunión cuando ha desatendido algunas Comunidades dejándolas a su suerte y verdad para que se apañen como puedan y que salga el sol por Antequera. Y todo porque Sánchez quiere ser él y solo él. 
     No sé si seguiré comentando más cosas, porque me tienen aburrida y cansada. 
     Porque mientras ellos descalabraban este país, la vida ha seguido; ha muerto gente, han nacido niños, parejas se han enamorado. Otras parejas han roto. Otras vuelven a intentarlo. La vecina del 5º sigue sola esperando que la liebre salte por casualidad. Los conservadores se han vuelto más conservadores. Los liberales más liberales. Los obreros se marchan a la obra o al taller. El super huele diferente, está medio vacío. No hay alegría en las calles. Nos miramos de soslayo con miradas de reproche porque hace dos días te han visto sin mascarilla, o han visto que salías fuera de hora. Eso es lo que queda, ciudadanos enfrentados porque la policía les incitó a denunciar y han denunciado, sin pensar que la pandemia terminaría algún día y tendrían que mirar a los ojos a esos mismos vecinos a los que un día denunciaron y ya no será lo mismo, porque no hay nada tan malo como un pueblo dividido. También gracias al gobierno. 

     A ver  que nos deparan hoy las noticias de este reality politiquero, a ver si queda alguna emisora o algún canal de televisión que diga las cosas como son y no como lo dice el gobierno. Que no tengamos que decir como dijo Valles del telediario de antena 3 el otro día, "esto sería una magnífica noticia...si fuera cierta" refiriéndose a una estadística del Cis. 



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martes, 19 de mayo de 2020

Prepotencia, manipulación, mentiras y otras joyas. Reflexiones de una cabra loca.

     Hace unos días escuché una entrevista que Matías Prats le hizo a Pablo Iglesias. Todo un referente de lo que hacen algunos políticos, que convierten en virtudes los fallos y los despropósitos en logros. Iglesias se pasó toda la entrevista echando balones fuera y culpando de los errores del gobierno a los demás. No voy a colgar el vídeo porque lo podéis localizar en cualquier parte.  Las respuestas fueron un intento de lavar la cara del gobierno descaradamente. Lo que quiero decir que es tal el afán del gobierno en cobrar protagonismo, que no dudan en manipular situaciones con tal de intentar salir airosos como los héroes. 
     Otro político del que no recuerdo el nombre, respondió hace poco , cuando le preguntaron por la cantidad de muertos debido al retraso de la convocatoria del estado de alarma, que gracias a que no la convocaron una semana más tarde evitaron que hubiera el doble. Es el colmo de la locura que tiene este gobierno por aparentar lo que no es. Encima les tendremos que agradecer que no haya el doble de muertos cuando podía haber habido la mitad. Los familiares de los fallecidos estarán que trinan ante este y otros comentarios que, dichos desde la prepotencia, no hacen más que descalificarles. 

     Pero no nos engañemos, cualquier otro gobierno que hubiera habido hubiera cometido los mismos errores y le hubiera pillado el toro de lleno. Porque la inactividad parece ser que es distintivo de los gobiernos que nos están tocando en suerte las ultimas legislaturas. Todos quietos en la mata, a ver si el problema se soluciona solo, por aquello de que lo de gobernar ante las dificultades les viene viniendo grande. O si no, recordad a Mariano Rajoy, impasible, quieto, sin moverse hasta desesperar al opositor a ver si por aburrimiento le dejaban hacer lo que quería. 

     Lo que más se le reprocha a este gobierno es la prepotencia, creo que es distintivo del PSOE porque no sé si será casualidad, pero todos los gobernantes que conozco de este partido son prepotentes, autoritarios y déspotas. En lugar de dialogar gritan e imponen y caiga quien caiga, y si no te gusta te das tres vueltas. Se equivocan, porque con esta actitud no hacen sino enfurecer a la oposición y a cualquier ciudadano que se permita pensar un rato y sacar conclusiones. Y al final todos son votos. Votos que Sánchez teme perder porque si no no se entiende su última obcecación de pedir "alrededor de un mes" de prórroga del estado de alarma. Que si consigue los apoyos y se lleva a cabo al único que beneficiará es a él que, con las vacaciones por medio, se librará de momento de la censura de los partidos. 

           Porque si se hace como es habitual, los meses de verano no hay Parlamento y los que llevan tres meses cobrando sin trabajar, se irán de vacaciones para seguir cobrando tres meses más, quizá esperando que todo esto se solucione solo. Estos son los gobernantes que tenemos. No les importan los miles de muertos, ni los miles de afectados por la pandemia, que digo miles, millones si se tiene en cuenta también la precariedad económica que ha llegado a muchos hogares cuyos miembros este año no van a poder ir de vacaciones como ellos. Y vuelvo a repetir, que eso de no dejar a nadie atrás, también era mentira, una frase bonita en el más puro estilo marquetinero, que ha dejado de serlo vista la realidad de muchos españoles. 
        Lo peor de todo es que no reconocen los errores garrafales que han cometido, porque según dicen ellos, todavía hubiera sido peor de no haberse tomado medidas cuando se tomaron. Menos mal que ya pocos les creen. Y no solo no reconocen sus fallos, tampoco piden perdón. Faltaría más, para esos son los que mandan. 
      Los ciudadanos poco podemos hacer por cambiar esto,  pero tampoco vamos a callar y seguiremos protestando pese a quién le pese. Porque no, no son héroes como pretenden que los veamos; al menos yo tengo otro concepto de los héroes. 
     Algo bulle en el ambiente y si ahora que estamos todavía confinados, sí confinados porque hasta que se nos devuelva la total libertad lo seremos, si ahora está habiendo manifestaciones, me imagino qué pasará cuando nos dejen salir con plena libertad, con esa libertad que tanto teme Sánchez, y nos pronunciemos obligando al gobierno a rendir cuentas. De ahí   la prórroga de la alarma, porque seguramente Sánchez piensa que con el verano por medio (y como ya nos está dejando tomar unas cañitas), se nos va a olvidar este descomunal despropósito.Pues no, señor Sánchez. La amnesia es solo cosa del gobierno cuando le interesa olvidar sus enormes errores , pero el pueblo español de amnesia nada de nada. Porque creo que se deberá pedir explicaciones por parte de los ciudadanos, al margen de nuestras ideologías. Lo que es justo, es justo. 

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viernes, 15 de mayo de 2020

"No dejaremos a nadie atrás". Comentarios de una ciudadana cualquiera.

                                                 Seguimos más o menos igual. Los despropósitos se suceden cada día sin que veamos luz. Y conforme pasa el tiempo estamos más convencidos de que la gestión de la pandemia es cada vez más un tema político. La improvisación se ha convertido en la panacea donde hay sitio para las decisiones más dispares y para los comentarios más estúpidos. Pero sobre todo lo que mejor se ve es la prepotencia de los políticos que por lo visto creen que por gritar más tienen más razón. El "lo digo yo y punto" es una tónica cada vez más patente y más utilizada por el Psoe cuando se le terminan los argumentos y ya no sabe ni de dónde viene ni a dónde va. Porque después de escuchar  la respuesta, que lindaba con la falta de educación,  que le dió la ministra de hacienda al diputado de Compromís, no puedo menos que alterarme y preguntar a dónde van nuestros políticos con  tantos gritos y con ordinariez tan patente. Deben estar muy nerviosos cuando se les está acabando la poca educación que tenían. 

              No se puede tratar así a nadie, pero menos a los partidos que un día le dieron apoyos para que pudieran gobernar y a quienes , quieran o no, siguen necesitando. Qué poca vista política tienen en estos tiempos que todos deberíamos ser uno, por no saber conservar la alianza con esos apoyos. Hace falta ser burros (con perdón de los burros). Y es que la prepotencia es mala consejera y cuando haces uso de ella es porque no vales una moñíga y necesitas gritar alto por si a fuerza de gritos consigues lo que no consigues con la inteligencia o con la razón. Señora ministra, que el congreso no es el colegio y si grita lo único que consigue es ponerse en ridículo. A ver si de una vez por todas conseguimos que los políticos te traten con educación, porque, señores, la educación soluciona muchas papeletas.

              Solucionar lo que se dice solucionar no es que estén solucionando mucho; porque desde la Oms siguen pidiendo que hagamos test , y como si nada. Es una pena que los que se hacen los estén promoviendo particulares. Y digo yo ¿qué gato habrá encerrado para que un test que cuesta 9 o 10 euros
sea tan difícil de normalizar? 
               Pues nada, seguiremos dando palos de ciego y diciendo barbaridades, como la que dijo hace unos días la delegada de sanidad de Aragón, refiriéndose a los epis caseros, "que era bueno que se los hicieran los mismos sanitarios porque así se incentivaban" . ¿De dónde ha salido usted , si puede saberse? ¡Hace falta ser burra y no solo pensar algo así, sino también decirlo en público! Para eso, señora delegada, les dé a los sanitarios  una bofetada en toda la cara y seguro que les duele menos. Que no puede subestimar de esa manera a personas que se están jugando la vida. Es como reírse en sus narices , porque no quiero ni pensar cómo se habrán sentido al escucharla, después de que han estado sacando tiempo para hacer epis caseros, con la carga de trabajo que ya tenían.

            Una hermana mía dice, que "que tonterías dice la radio cuando no tiene pilas". Pues a estos se les acabaron hace días, seguramente el mismo día que supieron que se acercaba una pandemia, allá por enero, y en lugar de coger el toro por los cuernos, jugaron al despiste por si la pandemia pasaba de largo de España, por nuestra cara bonita. Resultó que no solo no ha pasado de largo sino que se ha cebado con nuestro país de manera cruel. Y mientras tanto ellos, que si compran test, que si vienen defectuosos, que si ahora los devolvemos, que si los volvemos a comprar, que si los volvemos a devolver; que si hacemos test, que si mejor no, que si a quiénes, que si dónde, que si cómo. O sea. Nada. Que si conseguimos salir de esta, que saldremos, no le deberemos nada a un gobierno tan nefasto, cuyo líder, ególatra con visos de narcisismo, no piensa más que en gobernar solo él, caiga quien caiga, desoyendo las voces de quienes piden ayuda y a cambio no están recibiendo nada. Porque aquella frase famosa del principio de la pandemia de que "no dejaremos a nadie atrás" lejos de ser cierta, no ha sido verdad. Porque  mucha gente se está quedando no solo por las cunetas, sino que también están cayendo a pozos profundos, donde los ha lanzado el gobierno con su incompetencia. 
             
             

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martes, 12 de mayo de 2020

De políticos, prostitutas y adolescentes. Reflexiones de andar por casa.

                             Estos últimos días el panorama nacional y las circunstancias por las que estamos pasando están dando mucho de sí en todos los medios de comunicación, en los comprados por el gobierno que siempre han estado comprados; en los imparciales, que ahora también han sido comprados; en los que siempre le han seguido el juego a los gobernantes y en los que jamás imaginaron que un día lo harían. 
     En definitiva, un asco de información, donde el alarmismo de unos y la desinformación de otros, consiguen ponernos dolor de cabeza. 
    
     A mi he ha dado por pensar, porque me lo sugirió un amigo, que los políticos y las prostitutas (con perdón de las prostitutas) no son tan diferentes. Ambos salen al mercado a ofrecer sus encantos, los unos para conseguir aliados que les permitan gobernar, las otras para comer (casi todas). Ambos se procuran un beneficio personal que les lleva a un clímax si no perfecto, al menos útil. Y cuando salen al mercado y le echan el ojo a un posible cliente ¡ojo no se lo quites! que se te lanzarán a la yugular con tal de conservarlo. Porque eso están haciendo los políticos la mayor parte del tiempo, lanzarse a la yugular de los contrarios, que como también quieren parte del pastel, no escatiman  esfuerzos con tal de restarle prestigio al la oposición, poniendo de manifiesto que ellos son los mejores, los más honestos, los más dialogadores, los más comprometidos con la sociedad.
     Pero luego resulta que una vez en el poder,  se olvidan de la honestidad, de los diálogos, de la sociedad y de los ciudadanos y se compran un chalet con piscina y no sé cuantos metros de jardín, para soltar durante  la pandemia que sus hijos tienen mucha suerte de vivir en una casa así.¡ No te joroba! Y más cuando se ha quedado tanta gente si empleo y hay tanta gente que no tiene qué comer. 
     No se dan cuenta de que les cambia hasta la cara, hablan con menos energía y es que esto del poder consume mucho, que es mucha responsabilidad. Fíjese usted. 
     La diferencia de unos y  otras es que éstas al otro día tienen que volver a salir a ganarse el sustento, mientras que los políticos una vez conseguido el clímax de haber llegado al poder, solo tienen que preocuparse de conseguir arrebatar el pan a los ciudadanos, esos mismos por lo que no hace tanto luchaban. Porque de eso trata la política que estamos viviendo los últimos años, de robar y robar y marcharse de rositas. Por lo menos yo no oigo que nadie devuelva nada. Será que soy muy despistada. 

     Nuestros políticos actuales son como adolescentes a medio madurar, que piensan que engañan a sus padres, en este caso a los ciudadanos, y les intentan manipular con todo tipo de artimañas con tal de conseguir lo que quieren, o para esconder las fechorías que han hecho. 

    Y mientras maduran seguimos castigados en el cuarto oscuro, para unos más oscuro que para otros, para que no nos demos cuenta de que con eso de que no se conoce el virus, hay que ir con cautela. ¿Cautela?
Señores, que llevamos meses con esto y algo deberían haber aprendido ustedes. Que se nos va el presupuesto en pagar cientos de asesores que, por lo visto, no han servido de casi nada.
    No sé, pero yo llevo tiempo pensando que esto se está convirtiendo en un tema político más que sanitario. Eso mientras seguimos esperando esos test masivos que supuestamente se iban a hacer a la población. Y digo supuestamente, como desde ahora les consideramos muchos, supuestos culpables de semejante descalabro y de tantas muertes. 
     Esperamos que todo acabe pronto y yo acabo como vengo haciendo las últimas semanas, con la esperanza de que nos devuelvan la libertad y la vida que teníamos antes. 

     

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lunes, 11 de mayo de 2020

De fases y sexo, para que haya de todo. Reflexión de María Calamidad.

     Ha comenzado el bailoteo de la desescalada (término inventado por alguna mente supina, que de momento no aparece en el diccionario de la RAE), y nunca mejor que ahora seguimos viendo el desfase de lo que queremos nosotros y lo que nos obliga a hacer el gobierno. 
     En Comunidad Valencia que, según la consellera de sanidad teníamos matrícula de honor, resulta que por lo visto no se ha hecho todo lo bien que se debería, matrículas de honor aparte. Seguramente el ministro Illa le ha dicho a todas las comunidades lo de la matrícula para motivarlas. Pues no ha hecho bien porque ha creado expectativas, que no han estado acordes con la realidad, llevando a los ciudadanos a la frustración. Y como se nos está agotando la resilencia, resulta que las bromas como ésta ya no nos hacen ninguna gracia. 
     Todo esto nos lleva a desconfiar de nuestros políticos autónomos, que no están haciendo bien los deberes. No se han hecho suficientes test, he ahí el motivo por el cual seguimos confinados en la fase 0. Es verdad que en otros sitios se han hecho más, pero con poca fiabilidad, pero por lo visto eso no cuenta porque como nos venimos moviendo por números, lo que interesa es subir la cifra de test sean buenos o no. Pues vale. Difícil veo que en solo una semana adquiramos la cifra necesaria para conseguir ese deseado cambio de fase. 
     Mientras tanto seguimos siendo expectadores de este batiburrillo politiquero, viendo como nuestros políticos (algunos parece que haciendo campaña) se mueven más por intereses de partido que por el bien de los ciudadanos. Y no se enteran de que no se trata de hacer campaña, de que se está quemando  el monte y todos tenemos que ayudar, olvidando nuestros intereses. Ya habrá tiempo para campañear (yo también me puedo inventar palabras) cuando todo pase. 
     Y seguramente cuando esto pase lo primero que tendrán que plantearse es en cambiar la forma de politiquear. Porque si en la vida de los ciudadanos esta pandemia va a suponer un antes y un después, es justo que vayamos todos a una y comience a hacerse política de un modo diferente, no sé, con más unidad y coherencia por ejemplo. A lo mejor debemos olvidad la política partidista para comenzar a votar individualidades. Pero este es un teme para otro día.

     Y mientras pasamos de fase, mencionar otro de los grandes olvidados en esta pandemia, sumado a la lista de daños colaterales: el sexo. 
     Porque se han oído muchas cosas, pero no consigo oír hablar de sexo, de cómo la pandemia ha colaborado en  cambiar la manera de disfrutar del sexo. Los que han tenido la suerte de vivir emparejados habrán podido practicar (suponiendo que se sigan llevando bien) por aquello de que si estás comiendo lo que yo te guiso y te lavo los calzoncillos, o las bragas, según sea quién lave, pues también podemos practicar sexo  un rato a cuenta de la convivencia. Pero los que esto les ha pillado más solitarios que un pino en medio del desierto, no les ha quedado más remedio que hacer uso de la imaginación y del sexo solitario para descargar la adrenalina que, entre otras cosas, les provoca el estar encerrados. Pues hay que pensar en todo y tampoco se ha pensado en ellos. A más de uno han pillado en una escapadita para encontrarse con su amante y le han colocado la consabida multa. ¡Pero hombre! no sean ustedes tan tiquismiquis, que es fuerza mayor, que tienen a los pobres solitarios más solos que la una y si la Ayuso puede saltarse el confinamiento, junto con varios cientos de personas que no guardaron las distancias, por mucho que se clausure un hospital, un par de amantes buscando aliviar sus necesidades con sus novi@s o quién les dé la gana,  no es para que  les pongan una multa.Porque al fin y al cabo se trata de aliviar una necesidad fisiológica y creo yo que a nadie le han puesto una multa por ir a aliviar sus intestinos, por ejemplo. 

     Pues nada. Lo siento por los que viven solos y están en edad de relacionarse, que tendrán que esperar un poco o mucho más, porque nadie ha preguntado en las ruedas de prensa diarias en qué fase se desconfina el sexo.
   
     

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jueves, 7 de mayo de 2020

Primavera surrealista. Nueva reflexión de una cabra loca.

                                                  Hoy toca hablar de la primavera, que por aquello de que la sangre altera, andamos todos un poco de acá para allá sin saber muy bien nuestro destino. Y mientras preparo esta reflexión de andar por casa estoy viendo revolotear unas golondrinas que, ajenas a todo el cacao que nos ha montado el gobierno, preparan el cortejo de sus futuras parejas, con las que tendrán golondrinitas con las  que llenaran los aleros de nidos. Aprovecho para decir que romper esos nidos, que están protegidos, también lleva multa. Que parece ser que la gente no lo sabe y año tras año a fuerza de escobazos tiran los nidos al suelo, donde terminan agonizando los pobres pollitos. A ver si en lugar de ir a poner multas al monte a los pobres caminantes solitarios, las autoridades empiezan a perseguir a los destroza-nidos. Porque acabar con la vida de las golondrinas es atacar también el ecosistema, en donde ellas tienen un papel fundamental.

     Y ¿qué más nos prepara la primavera?, la estación del amor por excelencia o si queréis de los enamoramientos. No. No voy a hablar de amor. Tampoco hablaré de las temidas alergias, ni de la subida de las temperaturas, ni del olor de los campos. Hablaré del gobierno.

     Porque sí, esta primavera el gobierno es más gobierno que nunca por aquello de que aquí mando yo y todo el mundo chitón. Pero parece ser que algunos partidos, escarmentados por las continuas mentiras del mismo, están dejando de brindarle su apoyo. El estado de alarma (excepción) se ha prorrogado por los pelos, por los de Ciudadanos que con sus escasos diputados le ha salvado la papeleta. Eso sí, no sabemos hasta cuándo. Y como sigamos tirando de los pelos, igual alguno se termina quedando calvo. No sé vosotros, pero no me gustaría estar en el pellejo del presidente en estos momentos, que, aun en el mejor de los casos lo tiene bastante crudo. Yo creo que no le queda nada por prometer, así que difícil veo si necesita otra prórroga que pueda llevarse a cabo. Eso sí, prometer no, pero igual puede ir pensando en cumplir lo ya prometido. 

     De todos modos creo que todos estamos ya cansados de tanto confinamiento, que nos ha quitado la libertad , entre otras cosas, para ir a buscarnos el alimento. Y como el gobierno se lo ve venir, no hace sino enviar a la población mensajes subliminares de terror para que queramos pedir la prórroga una vez más. El otro día lo llamaban caos, para que si tenemos alguna duda sigamos sin salir de casa. Y esto de quedarse en casa es duro, sobre todo para quienes antes no se nos caía la casa encima. 
     
     Las continuas campañas publicitarias del gobierno, que nos han quitado la voluntad de un plumazo, no han hecho más que manipular o intentar manipular a los ciudadanos, incluso a los que por profesión deberían ser más objetivos. Nunca he visto tantas cadenas de televisión estar más de acuerdo y hablar en los mismos términos, es como si hubieran desaparecido de golpe todas las tendencias e ideologías, para lavarle la cara al gobierno. Hasta los que antes decían la verdad han sido comprados para que digan lo que interesa a los gobernantes. Porque si no no lo entiendo. Ah. Es verdad. Que había que ir todos a una, que las ideologías no volverían a contar hasta que todo terminara, que ahora lo importante era actuar juntos. Pero claro, eso de ir todos a una ¿qué quería decir exactamente? Eso es lo malo, que se olvidaron de decírnoslo. Pues ni más ni menos que ir todos a Sánchez, ejemplo de egolatría de libro. Por eso se siguen acallando las voces discordantes, para que nadie más vuelva a llamarle sepulturero, con perdón de los sepultureros. Y todo hubiera sido peor, a no ser porque todo el personal que ha contribuido a mejorar el estado de los enfermos, ha echado el resto y a fuerza de trabajo y jugándose la vida (44 sanitarios muertos) casi sin medios o muy rudimentarios le han salvado la papeleta a este gobierno, que, a pesar de todo, sigue sin ponerse la pilas y sin conseguir los medios que se necesitan para combatir esta pandemia. 

     Pues ellos verán lo que hacen porque me parece a mi, que, o mucho cambia la cosa, o las prórrogas se van a terminar en la siguiente votación. 

     ¿Os había dicho que iba a hablar de primavera? Perdón, se me ha ido el santo al cielo. Pero sí, he hablado de primavera, porque la sangre altera y alterada la tenemos ya por todo el sinsentido que estamos viviendo, aunque claro, seguro que preferiríamos que se nos alterara por haber encontrado un chico o chica guapo/a  ( o feo/a) que hiciera que revolotearan mil mariposas en nuestro estómago,  en lugar de estos retorcijones de tripas que nos está provocando este gobierno que nos ha tocado en suerte y que nos tiene alterada la sangre hasta límites insospechados. Pues nada. A seguir aguantando esta primavera surrealista hasta que vuelvan a revolotear las mariposas. 
 
     

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miércoles, 6 de mayo de 2020

Esperando el retorno de la libertad. Reflexiones de una cabra loca.

                            La vida continua mientras seguimos esperando test que funcionen y ocurran otras cosas de las que nadie habla ya. No sé si os habréis dado cuenta de que ya nadie pregunta dónde andan los famosos test que compró el gobierno y por dos veces llegaron defectuosos; y me consta que en alguna parte se están utilizando a pesar de que no son nada fiables. Y mientras la vida sigue, hemos empezado a pasear en horario restringido, eso sí, bueno, a pasear y a correr porque teníamos tantas ganas, que todos nos hemos lanzado a la calle, como si no hubiera un mañana. Los que acostumbrábamos a hacer marcha antes de que todo esto empezara, hemos comenzado con la rutina kilométrica y hemos podido observar la cantidad de personas que hay paseando por los caminos y que nunca las habíamos visto por allí. Porque sí, todo el mundo se ha vuelto deportista de repente. Lo que suele ocurrir cuando llevas mucho tiempo encerrado, que cuando te sueltan te faltan metros para correr. 
       Éste es un pueblo de casi 6000 habitantes con los que raramente coincides, sobre todo por la tarde, en circunstancias normales. Ahora con la famosa  mal dicha desescalada y la salida paulatina a la calle, aunque es en diferentes horarios, te encuentras  mucha gente vayas por donde vayas. Digo yo, que si se desconfinara el pueblo, seguro que había por la calle mucha menos gente y mucha menos haciendo deporte. Seguro.

       Y mientras pasa la vida, seguimos esperando que nos dejen pasar a la siguiente fase para poder movernos con más libertad y para recobrar la vida que teníamos antes. Yo estoy deseando que llegue la fase dos, en la que ya se podrá pescar y mi hijo dejará de darme el tostón con  que si fijate que rollo que no se puede pescar, pues qué más les daba a ellos si en la playa se puede guardar la seguridad, que si se está pasando la temporada, que si me he perdido los concursos. Hijos. Y es que la pesca es su vida. Eso sí, ya le he dicho esta vez que los pescados se los limpiará él, que estoy hasta el moño de limpiar peces.

     Y mientras pasan los días nos seguimos preguntando si conseguiremos erradicar el virus o por lo menos debilitarlo para que no sea peligroso. Porque del origen ya no hablamos, todos damos por hecho que se originó en China y que puso los pies en polvorosa expandiéndose por todo el mundo. Y mientras tanto esperamos el momento de pedir cuentas; porque, digo yo, una molécula necesita de la mano humana para escaparse y mucha irresponsabilidad para dejar que se extienda; y bastante insensatez para no prepararse ante lo que se venía encima siendo que veíamos lo que estaba provocando  en otros lugares. Todo esto por no hablar del ilustre gobierno que nos ha caído en suerte y que a base de dar palos de ciego unas  veces ha acertado y otras no, más veces no que sí. Por eso las CCAA quieren gestionar lo que queda de coronavirus, porque , aunque no lo dicen claro, ya no se fían de un gobierno al que le puede más las ansias de poder que las ganas de trabajar por y para los españoles, aunque no lo reconozcan. 
       Mientras esperamos que todo acabe, soñamos con el día en que volveremos a ser libres en la famosa nueva realidad, y esperemos que en esa realidad nos devuelvan lo que nos quitaron, quienes no supieron gestionar la crisis sino prohibiendo  las libertades más fundamentales del ser humano, incluida la libertad de expresión. Pero de ella hablaré otro día. 
     Por estas cosas y otras muchas que comentaré otro día desde ahora mismo me declaro sofiista para seguir siendo yo misma, le pese a quien le pese. 
       
       

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