jueves, 5 de noviembre de 2020

Más batiburrillo .

  Esta mañana he abierto el facebook que me ha preguntado "¿Qué estás pensando Sofía?" Y si yo le dijera lo que estoy pensando igual me echaban del facebook. Así que seré cauta y precavida y escribiré solo los pensamientos que se puedan leer.

Por si no era suficiente el batiburrillo politiquero que tenemos montado, ahora vienen los estado unidenses a liarla m ás gorda todavía. Bueno, ellos no, pero parece que D. Trump la está preparando bien pero que bien gorda. Ya se veía que él no era de perder, o mejor dicho, de bien perder. Pero como no se sabe todavía qué va a pasar, de momento dejo este tema.
Que por ahora ya tenemos bastante con lo nuestro y nuestro modo de afrontar la pandemia, que no es otro que hacer cada cual lo que nos parece. Valga esto también a nivel de administraciones, que tenemos tantas que no sabemos qué hacer con tanta norma. Porque primero viene el presidente de la nación y pone sus normas, luego están los presidentes autonómicos y añaden las suyas; pero es que luego están los alcaldes que siguen añadiendo otras. Y con tanta norma, llegamos a un punto que no sabemos qué norma vale y qué norma no, qué norma era de ayer que ya no vale hoy y qué norma de hoy seguramente no valdrá mañana. Luego están las recomendaciones, que se mezclan con las normas y nos pasamos el día preguntándonos "¿esto será norma o recomendación?" Porque claro las recomendaciones se cumplen a criterio de cada cual y todos tenemos mucho.

Mientras tanto los ciudadanos de a pié, esperamos con preocupación que no vuelvan a confinarnos en casa, que bastante tuvimos la otra vez. Porque los confinamientos trajeron muchas consecuencias colaterales, que todavía pululan por el ambiente. Pero lo que más nos preocupa es si volverán la gestapo de los balcones y las miradas tras los visillos, inquisitivos ambos, intentando coger in fraganti infractores para dar aviso a las fuerzas del orden, que en su día pidieron colaboración ciudadana y algunos se lo han tomado muy a pecho.
Una de las cosas que he aprendido de esta pandemia es que yo casi siempre vivía en fase 2, con lo cual la desescalada se me terminó antes. Si yo, con que me dejen caminar con mi Chula doce kilómetros todos los días me conformo. No es mucho pedir. Pues ya verás como viene alguien y lo jode.

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miércoles, 21 de octubre de 2020

Otra vez noviembre. (Reflexiones de andar por casa)

      Lo he escrito otros años. No me gusta noviembre, nunca me ha gustado y desde hace un tiempo  menos. Es un mes frío, triste, melancólico. Y eso que en la Comunidad Valenciana todo comienza ahora a vestirse de color naranja. Nunca mejor dicho. 

     Cuando pintaba de pequeña, aunque pintaba poco, porque ni me gustaba ni lo hacía bien, nunca elegía este color para mis dibujos. Sin embargo ahora reconozco que es un color que decora el ambiente y anima cuando sales a pasear. Porque otra cosa no , pero sitios para pasear, todos los que quieras. Y como hoy no tengo ganas de reivindicaciones politiqueras, me dedicaré a reflexionar en voz alta. Porque esta cabra loca o calamidad de mujer, aprovecha los largos paseos obligados con Chula, que es mi perra, para pensar en todo tipo de cosas. 

     Si todos pensáramos más es posible que el mundo fuera mejor; pero la prisa de la rutina y de los quehaceres diarios nos sumerge a veces en un sinsentido del que nos es imposible salir. Porque no pensamos. Yo tengo el defecto de pensar demasiado y, aunque no arreglo el mundo, saco conclusiones sobre los acontecimientos que me rodean día a día. Tengo que reconocer que me dan ganas de salir corriendo, mejor dicho, huyendo. Pero ya descubrí hace tiempo que las huidas solo llevan a demorar soluciones que deberían llegar más bien pronto que tarde o que nunca. Así que dejaré de huir, aunque mis reflexiones a menudo me inciten a ello.

     Antes pensaba que ya lo tenía todo hecho, que, con la edad que tengo, no necesitaba descubrir nada nuevo. Y me equivocaba. Porque a pesar de la edad, ahora es cuando necesito descubrir esas cosas o tener esas sensaciones que la vida te pone por delante para que las disfrutes. Con la edad aumenta la libertad que tienes para disfrutar, porque vas de vuelta de muchas cosas y has terminado de descubrir que si no disfrutas, nadie lo hará por tí. Ya no nos importa lo que piensen los demás, o nos importa mucho menos. No necesitamos dar explicaciones de nuestros actos, aunque siempre haya alguien que nos las pida. Vemos el concepto libertad de diferente manera y sobre todo, nos atrevemos a disfrutar, quizá mejor que cuando éramos más jóvenes; no nos ruborizamos, no nos asustamos de nada, no nos rasgamos las vestiduras. Porque el paso de los años nos enseña a vivir de diferente manera, en plenitud. 

     Por ello quiero  reorganizar mi vida, porque me niego a pensar que mi única función en esta vida sea la de ser una vieja cascarrabias, que hace de criada del ocupa de  su hijo  todo el tiempo. De ahora en adelante no quiero ser solo madre porque necesito SER PERSONA ante todo y que la gente me vea como persona. Porque cuando tienes hijos parece que te encorseten en el papel de madre y de ahí ya no sales, dejas de ser persona para ser la madre de tal o de cual. Pero esa es una faceta que debe dejar sitio a todas las demás que nos convierten en seres vivos pensantes. 

     Por eso a partir de ahora QUIERO SER UN SER VIVO PENSANTE, le pese a quien le pese. Y PERSONA.

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miércoles, 19 de agosto de 2020

Mascarillas, normativas y otros sinsentidos politiqueros

  •      Cada día estoy más convencida de que nos encontramos en un "déjà vu", porque yo diría que se repiten las mismas situaciones de la primavera pasada. A pesar de que no se esperaba la segunda ola de la pandemia hasta entrado el otoño, la tenemos aquí hace días, en pleno verano. Y mientras los mismos errores del pasado se suceden en una interminable sucesión de sinsentidos, algunos nos preguntamos si las medidas que se están tomando son todo lo eficaces que pretende el gobierno. 
  •     Permitidme que lo dude, porque algunas medidas se están llevando a unos extremos sin horizonte. El uso de las mascarillas al aire libre, por ejemplo, me parece absurdo cuando se puede mantener la medida de seguridad. Además de que las mascarillas nos pueden dar una sensación de seguridad peligrosa; porque a ver ¿quién la cambia cada cuatro horas?. Nadie. Porque el precio excesivo te impide utilizarlas como se debería. Hace falta un buen presupuesto extra para hacer acopio de todas las mascarillas que hacen falta en un hogar de 4 personas para todo el mes. Y como muchos se han quedado en el paro o tienen bajos ingresos no pueden permitirse hacer ese gasto; con lo que las mascarillas se reutilizan durante días, cuando solo deberían durar 4 horas. En esa situación esas mascarillas dejan de ser seguras, porque ni protegen a los demás ni al que las lleva. 
  •     Desde hace días  no me fío de la gente que lleva mascarillas, porque ya doy por hecho que están sobre utilizadas, o sea inservibles. Sumando a esto toda la gama de mascarillas de tela que se están vendiendo de todas las formas, colores y estilos, que, váyase usted a saber si de verdad protegen o solo te sirven para que no te pongan una multa. Porque esa es otra. Yo llevo mascarilla no porque crea que es útil y protejo a los demás, que no lo creo (todo es una industria de intereses creados), sino para que no me multen. Es triste desgracia. 
  •      Aunque parece ser que este temor a las multas, que nos ha estado acosando desde hace meses, no lo es tanto para tantos insensatos que acuden o acudían (porque ahora lo van a tener más difícil) a los botellones o eran asiduos del ocio nocturno. Ya que no tenían ningún miramiento en hacer toda clase de tropelías con tal de hacer de la diversión su objetivo más fundamental de existencia. 
  •      Para muchos la obligatoriedad de las mascarillas no es sino un obstáculo más que les impide salir a la calle, porque,  yo me cuento entre ellos, solo de pensar que tienes que estar todo el día con la mascarilla puesta se te quitan las ganas de salir. Ya solo queda la opción de reunirse en casa, que será lo siguiente que nos prohiban, cuando vean que la gente que ha dejado de salir, se lo monta en casa y se sigue contagiando. Al final no dejarán que vivamos. Porque poco a poco nos van quitando junto con la libertad, la vida misma. 
  •      Mientras tanto el presidente,  de vacaciones; cuando el noventa por ciento del país se ha quedado sin ellas debido a la pandemia, él por su cara chula se va de vacaciones, dejando el país sumido en el desconcierto. Pero la política es así, aunque no ha sido así en los países donde sus mandatarios han permanecido al pie del cañón. Porque sí, en una situación como la que estamos viviendo no queda sitio para descansar cuando la nación entera está en pie de pandemia. Lo malo va a ser que ahora, cuando vuelvan de vacaciones nos a poner la soga al cuello con más normas y van a terminar de cargarse la poca libertad que todavía nos queda, o debo decir, quedaba. 
  •      Y si las mascarillas son tan efectivas ¿cómo es que cada día siguen aumentando los contagiados? Porque con mascarillas o sin ellas, seguimos como seguimos y la ola pandémica sigue su evolución. Yo creo que, independientemente de que debamos cuidarnos, las actuales normas no sirven para nada. Como no sirvió de nada quedarnos en casa, cuando nos quitaron la libertad de desplazarnos para procurarnos el sustento. 
  •      Mientras tanto vemos hundirse negocios cada día, porque lo que se ha hecho con los autónomos es obligarles a un suicidio sin precedentes. Si, se les permitió aplazar las cuotas a la seguridad social; pero ahora hacienda se está quedando la devolución que les correspondería de la declaración de sus rentas. La seguridad social está retrasando el pago de los ertes, abocando a tantos empresarios a una muerte indigna de sus negocios. Para que mientras tanto nuestro presidente se vaya de vacaciones, sin  sentir el más mínimo escrúpulo por abandonar el barco y mirar por su recreo, cuando esos ciudadanos a quienes ha despojado del pan caminan hacia el precipicio. ¡Qué valiente es nuestro presidente! 
  •      Ignoro cómo podrá sobrevivir gran parte de la hostelería, si no se reinventa, a todo este despropósito; no sé cómo podrán salir adelante tantos miles de familias si el gobierno corta la fuente de sus ingresos. Porque quitar el ocio nocturno es a mi parecer una barbaridad. ¿Acaso el virus solo se transmite a partir de la una de la madrugada?¿Me quieres decir que hay más movilidad a esas horas, que a las ocho o a las dos de la tarde? 
  •     Sin duda que no, pero hay que prohibir algo para que parezca que quienes gobiernan y se han ido de vacaciones, están haciendo algo. Algo si que están haciendo, dar palos de ciego y si aciertan será por pura casualidad no porque haya habido inteligencia en el golpe. 
  •      Ignoro qué nos queda por hacer sino tener paciencia y esperar que el virus caiga derrotado, no sé si por el efecto de una vacuna o porque alguna de las medidas que se han tomado haya funcionado de casualidad. 
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domingo, 19 de julio de 2020

El retorno de lo absurdo y vuelta a tropezar con las mismas piedras.

     
     Después del descanso politiquero que me he  tomado, aburrida de tanto desatino y cansada de ver cómo nuestros políticos se pelean, retomo mi blog con la esperanza de poder comentar algún día alguna cosa positiva, como por ejemplo que ha terminado la pandemia. 
    Mucho me temo que tenemos todavía covid19 para rato, porque con la vuelta a la "nueva normalidad" los brotes se han disparado de nuevo. Puede ser  que la  gente no tiene claro todavía que hay que mantener distancia de seguridad y usar mascarilla. Porque tenemos los dos contrapuntos, los que la llevan a todas horas y los que no la llevan nunca. Pero claro si cada día estamos viendo las disputas y rencillas de quienes gobiernan ¿cómo vamos a creer que están en lo cierto cuando nos imponen estas medidas y que verdaderamente nos van a servir para algo?
     Podían empezar por renunciar a las dietas por desplazamiento, ya que no se han desplazado, salvo unos pocos. Porque es una vergüenza que solo un político lo haya hecho, Odón Elorza. Además de que tampoco han trabajado pero sí que han cobrado su sueldo íntegro. ¡En qué país vivimos! 
     En cuanto a la "nueva normalidad" (que dicho sea de paso ya podían haberla llamado de otra manera) ya se ha visto que no  todos la aceptamos como deberíamos. Porque viendo cómo se ha lanzado la gente como una marabunta a sus segundas residencias, no parece que para ellos la nueva  normalidad vaya a ser diferente de la antigua. Pero claro como Sánchez ha dicho "venga todos a veranear", pues allá que vamos, a pesar de que Simón ha aconsejado que solo se realicen los desplazamientos necesarios. Un toque de cordura y sensatez que no se sabe cuánta gente ha oído. Creo que casi nadie.
     A los que no nos llegaba para vacaciones en la antigua normalidad, sigue sin llegarnos en la nueva, con lo cual podremos cumplir el precepto y no nos desplazaremos si no es necesario, o sea nunca. 
    Pero hay que mover la economía, que tanto desastre nos ha traído, y para ello son necesarios los desplazamientos; hay muchos miles de personas que dependen del turismo y no iba a servirnos de nada salvarnos del covid19 si luego nos morimos de hambre.

     Y ya vemos qué nos trae esta normalidad tan poco normal, un aumento de contagios y la vuelta de las restricciones. El uso de la mascarilla es obligatorio en la práctica totalidad de las Comunidades, porque pretenden hacernos creer que ahí está el meollo de la solución para erradicar esta pandemia. PERO NO. 
Ahí está el meollo para poder decir que la pandemia no acaba porque los ciudadanos no se ponen las mascarillas. Pero resulta que nos la vamos a poner, por convencimiento propio o por miedo a las sanciones, y la pandemia no va a parar, porque, entre otras cosas, el gobierno sigue sin hacer los deberes. Sigue desoyendo el mandato de la Oms, de hacer test en cantidad para aislar los contagios. Pues señor, en este país en lugar de aislar los contagios, se aíslan  personas sanas, que es mucho más socorrido y se acaba antes con menos esfuerzos y menos medios; porque resulta que los medios o el dinero que cuestan los medios, les hacen falta a los gobernantes, seguramente para seguir robando. 
     No entendemos que después de 4 meses de pandemia el gobierno siga asegurando que hay medios en los hospitales para atender los casos y mientras tanto haya hospitales donde los trabajadores siguen echando mano de las bolsas de basura para fabricarse medios de protección.
     Después de 4 meses de pandemia por fin se hace obligatorio el uso de mascarillas para casi todo momento. ¿Esto es todo lo que ha aprendido el gobierno? Imponer mascarillas y aislar gente sana. Pues ¡vaya gobierno de habas!
     ¿Dónde están los epis que faltan?¿dónde los rastreadores que son necesarios?¿Dónde los test masivos para aislar enfermos? La respuesta es clara: están en la responsabilidad de los ciudadanos. Y con responsabilidad todo arreglado. PUES NO. Con responsabilidad permanecimos confinados en casa y seguimos las instrucciones que dio el ministerio de sanidad, a costa de nuestras libertades fundamentales, a costa de no poder salir a buscar el sustento (todavía hay miles de ciudadanos que no han cobrado los ertes), a costa de nuestra salud, porque hay mucha gente a la que la pandemia les ha hecho un agujero en la salud y no solo por el covid19. Mientras tanto el gobierno compraba mascarillas y test defectuosos, porque los países más espabilados habían comprado los buenos.Pero este gobierno no es que sea muy previsor. 
     Y no ha aprendido a serlo porque 4 meses después de iniciarse la pandemia sigue dando palos de ciego y pidiendo responsabilidad a los ciudadanos,porque él no sabe nada mejor. Así pretende camuflar sus fallos para que no descubramos su incompetencia, así si algo falla la culpa será de los ciudadanos. Ciudadanos divididos por obra y gracia de un gobierno nefasto, que sigue convencido de que mientras el río esta revuelto el divide y vencerás es la mejor arma para tener entretenida a la ciudadanía. 
            Ahora son los gobiernos autonómicos quienes tienen la competencia de sanidad, otra cabeza de turco para el gobierno central, que ya puede echar la culpa a los ciudadanos y a las Comunidades del avance de la pandemia. 

     Y No. Si la pandemia no remite, no será culpa de los ciudadanos, será culpa de la sordera del gobierno que desoyendo el mandato de la Oms sigue haciendo lo que le sale de los cataplines. Hagan test, señores, aislen contagiados. Porque dónde se ha visto que se aislen personas sanas.Salvo en las películas de zombis en ninguna parte. 
     Me gustaría dar un voto de confianza a los gobiernos autonómicos a ver si lo hacen mejor, pero mucho me temo que siguen sin medios, aunque le pongan ganas. No sé si volveremos a confinarnos, espero que no; aunque con la obligatoriedad de llevar mascarillas a todas horas, salvo excepciones, vamos a pensar mejor cuántas veces pisamos la calle y a dónde vamos. Quizá nos reuniremos en las casas, libres de mascarillas, con lo cual no habremos echo nada. Porque lo que hay que hacer no es obligar a llevar mascarillas a todas horas, lo que hay que hacer en vigilar los núcleos de contagio, a saber, los sitios cerrados principalmente, las reuniones familiares y las aglomeraciones. ¿Qué hacemos llevando mascarillas por la calle de un pueblo, donde no es probable que te cruces con nadie? Del género absurdo es esto.
     Tan absurdo como volver a tropezar en la misma piedra una y otra vez. 

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jueves, 28 de mayo de 2020

Aburridos del reality politiquero. Reflexiones de una cabra loca.

       Lo peor de subir a una cima de un monte es que luego tienes que bajar. Y bajar del monte a veces es complicado y más difícil que subir. Mi experiencia es que bajando del monte he pasado más miedo que subiendo; ir cuesta abajo es complicado porque la inercia te empuja hacia delante y un mal paso puede hacer que tu cuerpo termine rodando. Otro ejemplo, las rodillas nunca me han dolido subiendo pero sí bajando, porque las llevas en tensión frenando mientras caminas. 
     Esto viene a que con la desescalada pasa algo parecido; algunos bajan con miedo, otros sin pensarlo, otros rodando. Porque con el ejemplo que nos está dando el gobierno ya no nos fiamos de nada y dudamos sí las obligaciones que nos vienen impuestas por el gobernante (ya que solo manda uno)de verdad sirven para algo.
     Porque se han pasado la pandemia diciendo que las mascarillas solo eran necesarias para el personal sanitario y cuando más carga vírica había en las calles, todo el mundo íbamos sin ellas. Ahora que la carga vírica es mucho menor, las hacen obligatorias porque como ya han llegado a los mercados ahora hay que gastarlas. Porque esto ha ido así: no hay mascarillas en el mercado, no son obligatorias; hay mascarillas en el mercado, son obligatorias. Mientras tanto siguen sin hacer los test que serían necesarios, que es lo que verdaderamente hace falta para frenar los posibles brotes que vayan surgiendo. 
     Para que parezca que el gobierno hace algo, nos mantienen en confinamiento; porque si no fuera por la desescalada a ver qué iban a estar haciendo nuestros políticos entre rueda de prensa y rueda de prensa, que nos tienen aburridos. Y con esto de la desescalada menuda la que han liado, que la gente de a pié ya no sabe lo que puede hacer, lo que no, ni por donde le sopla el aire. Cada semana o cada quince días cambiando. Que seguramente será cómo hay que hacerlo, pero un poco de por favor. 
     Mientras desescalamos se suceden todo tipo de cosas raras, ha empezado el baile y ya se ven cabezas rodando, porque, parece ser, que el cortar cabezas es lo normal para deshacer equipos y cambiarlos por otros que tengan la confianza del gobierno. Es decir, que digan amén a cada una de las palabras que el susodicho pronuncie. Han empezado los insultos, las amenazas, en definitiva todo despropósitos que nos tienen hasta el moño. Y lo peor es que muchos de estos han sucedido dentro del congreso. Así son nuestros políticos. El día que comienza el luto oficial por las víctimas, ellos se lo pasan discutiendo, con insultos y con gritos. Que no pretendan luego que los ciudadanos hagamos caso de los mandatos. Porque para muchos han perdido la autoridad, porque demostrado queda que el pueblo no es que les importe demasiado. 
     Se rompió la unidad que parecían tener al principio. Pero solo era apariencia por lo visto. Hubieran sido grandes políticos si hubieran sobrevivido a ellos mismos y a sus ideologías, para entregarse por entero a un pueblo que todavía sigue esperando que hagan lo que deben y se dejen de tonterías. El mismo Sánchez ha provocado esta desunión con su extraño comportamiento y sus pactos in extremis y como contrapunto ha dejado de atender a quienes lo apoyaron en serio porque creían que proteger al pueblo era una prioridad. Él ha provocado la desunión cuando ha desatendido algunas Comunidades dejándolas a su suerte y verdad para que se apañen como puedan y que salga el sol por Antequera. Y todo porque Sánchez quiere ser él y solo él. 
     No sé si seguiré comentando más cosas, porque me tienen aburrida y cansada. 
     Porque mientras ellos descalabraban este país, la vida ha seguido; ha muerto gente, han nacido niños, parejas se han enamorado. Otras parejas han roto. Otras vuelven a intentarlo. La vecina del 5º sigue sola esperando que la liebre salte por casualidad. Los conservadores se han vuelto más conservadores. Los liberales más liberales. Los obreros se marchan a la obra o al taller. El super huele diferente, está medio vacío. No hay alegría en las calles. Nos miramos de soslayo con miradas de reproche porque hace dos días te han visto sin mascarilla, o han visto que salías fuera de hora. Eso es lo que queda, ciudadanos enfrentados porque la policía les incitó a denunciar y han denunciado, sin pensar que la pandemia terminaría algún día y tendrían que mirar a los ojos a esos mismos vecinos a los que un día denunciaron y ya no será lo mismo, porque no hay nada tan malo como un pueblo dividido. También gracias al gobierno. 

     A ver  que nos deparan hoy las noticias de este reality politiquero, a ver si queda alguna emisora o algún canal de televisión que diga las cosas como son y no como lo dice el gobierno. Que no tengamos que decir como dijo Valles del telediario de antena 3 el otro día, "esto sería una magnífica noticia...si fuera cierta" refiriéndose a una estadística del Cis. 



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martes, 19 de mayo de 2020

Prepotencia, manipulación, mentiras y otras joyas. Reflexiones de una cabra loca.

     Hace unos días escuché una entrevista que Matías Prats le hizo a Pablo Iglesias. Todo un referente de lo que hacen algunos políticos, que convierten en virtudes los fallos y los despropósitos en logros. Iglesias se pasó toda la entrevista echando balones fuera y culpando de los errores del gobierno a los demás. No voy a colgar el vídeo porque lo podéis localizar en cualquier parte.  Las respuestas fueron un intento de lavar la cara del gobierno descaradamente. Lo que quiero decir que es tal el afán del gobierno en cobrar protagonismo, que no dudan en manipular situaciones con tal de intentar salir airosos como los héroes. 
     Otro político del que no recuerdo el nombre, respondió hace poco , cuando le preguntaron por la cantidad de muertos debido al retraso de la convocatoria del estado de alarma, que gracias a que no la convocaron una semana más tarde evitaron que hubiera el doble. Es el colmo de la locura que tiene este gobierno por aparentar lo que no es. Encima les tendremos que agradecer que no haya el doble de muertos cuando podía haber habido la mitad. Los familiares de los fallecidos estarán que trinan ante este y otros comentarios que, dichos desde la prepotencia, no hacen más que descalificarles. 

     Pero no nos engañemos, cualquier otro gobierno que hubiera habido hubiera cometido los mismos errores y le hubiera pillado el toro de lleno. Porque la inactividad parece ser que es distintivo de los gobiernos que nos están tocando en suerte las ultimas legislaturas. Todos quietos en la mata, a ver si el problema se soluciona solo, por aquello de que lo de gobernar ante las dificultades les viene viniendo grande. O si no, recordad a Mariano Rajoy, impasible, quieto, sin moverse hasta desesperar al opositor a ver si por aburrimiento le dejaban hacer lo que quería. 

     Lo que más se le reprocha a este gobierno es la prepotencia, creo que es distintivo del PSOE porque no sé si será casualidad, pero todos los gobernantes que conozco de este partido son prepotentes, autoritarios y déspotas. En lugar de dialogar gritan e imponen y caiga quien caiga, y si no te gusta te das tres vueltas. Se equivocan, porque con esta actitud no hacen sino enfurecer a la oposición y a cualquier ciudadano que se permita pensar un rato y sacar conclusiones. Y al final todos son votos. Votos que Sánchez teme perder porque si no no se entiende su última obcecación de pedir "alrededor de un mes" de prórroga del estado de alarma. Que si consigue los apoyos y se lleva a cabo al único que beneficiará es a él que, con las vacaciones por medio, se librará de momento de la censura de los partidos. 

           Porque si se hace como es habitual, los meses de verano no hay Parlamento y los que llevan tres meses cobrando sin trabajar, se irán de vacaciones para seguir cobrando tres meses más, quizá esperando que todo esto se solucione solo. Estos son los gobernantes que tenemos. No les importan los miles de muertos, ni los miles de afectados por la pandemia, que digo miles, millones si se tiene en cuenta también la precariedad económica que ha llegado a muchos hogares cuyos miembros este año no van a poder ir de vacaciones como ellos. Y vuelvo a repetir, que eso de no dejar a nadie atrás, también era mentira, una frase bonita en el más puro estilo marquetinero, que ha dejado de serlo vista la realidad de muchos españoles. 
        Lo peor de todo es que no reconocen los errores garrafales que han cometido, porque según dicen ellos, todavía hubiera sido peor de no haberse tomado medidas cuando se tomaron. Menos mal que ya pocos les creen. Y no solo no reconocen sus fallos, tampoco piden perdón. Faltaría más, para esos son los que mandan. 
      Los ciudadanos poco podemos hacer por cambiar esto,  pero tampoco vamos a callar y seguiremos protestando pese a quién le pese. Porque no, no son héroes como pretenden que los veamos; al menos yo tengo otro concepto de los héroes. 
     Algo bulle en el ambiente y si ahora que estamos todavía confinados, sí confinados porque hasta que se nos devuelva la total libertad lo seremos, si ahora está habiendo manifestaciones, me imagino qué pasará cuando nos dejen salir con plena libertad, con esa libertad que tanto teme Sánchez, y nos pronunciemos obligando al gobierno a rendir cuentas. De ahí   la prórroga de la alarma, porque seguramente Sánchez piensa que con el verano por medio (y como ya nos está dejando tomar unas cañitas), se nos va a olvidar este descomunal despropósito.Pues no, señor Sánchez. La amnesia es solo cosa del gobierno cuando le interesa olvidar sus enormes errores , pero el pueblo español de amnesia nada de nada. Porque creo que se deberá pedir explicaciones por parte de los ciudadanos, al margen de nuestras ideologías. Lo que es justo, es justo. 

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viernes, 15 de mayo de 2020

"No dejaremos a nadie atrás". Comentarios de una ciudadana cualquiera.

                                                 Seguimos más o menos igual. Los despropósitos se suceden cada día sin que veamos luz. Y conforme pasa el tiempo estamos más convencidos de que la gestión de la pandemia es cada vez más un tema político. La improvisación se ha convertido en la panacea donde hay sitio para las decisiones más dispares y para los comentarios más estúpidos. Pero sobre todo lo que mejor se ve es la prepotencia de los políticos que por lo visto creen que por gritar más tienen más razón. El "lo digo yo y punto" es una tónica cada vez más patente y más utilizada por el Psoe cuando se le terminan los argumentos y ya no sabe ni de dónde viene ni a dónde va. Porque después de escuchar  la respuesta, que lindaba con la falta de educación,  que le dió la ministra de hacienda al diputado de Compromís, no puedo menos que alterarme y preguntar a dónde van nuestros políticos con  tantos gritos y con ordinariez tan patente. Deben estar muy nerviosos cuando se les está acabando la poca educación que tenían. 

              No se puede tratar así a nadie, pero menos a los partidos que un día le dieron apoyos para que pudieran gobernar y a quienes , quieran o no, siguen necesitando. Qué poca vista política tienen en estos tiempos que todos deberíamos ser uno, por no saber conservar la alianza con esos apoyos. Hace falta ser burros (con perdón de los burros). Y es que la prepotencia es mala consejera y cuando haces uso de ella es porque no vales una moñíga y necesitas gritar alto por si a fuerza de gritos consigues lo que no consigues con la inteligencia o con la razón. Señora ministra, que el congreso no es el colegio y si grita lo único que consigue es ponerse en ridículo. A ver si de una vez por todas conseguimos que los políticos te traten con educación, porque, señores, la educación soluciona muchas papeletas.

              Solucionar lo que se dice solucionar no es que estén solucionando mucho; porque desde la Oms siguen pidiendo que hagamos test , y como si nada. Es una pena que los que se hacen los estén promoviendo particulares. Y digo yo ¿qué gato habrá encerrado para que un test que cuesta 9 o 10 euros
sea tan difícil de normalizar? 
               Pues nada, seguiremos dando palos de ciego y diciendo barbaridades, como la que dijo hace unos días la delegada de sanidad de Aragón, refiriéndose a los epis caseros, "que era bueno que se los hicieran los mismos sanitarios porque así se incentivaban" . ¿De dónde ha salido usted , si puede saberse? ¡Hace falta ser burra y no solo pensar algo así, sino también decirlo en público! Para eso, señora delegada, les dé a los sanitarios  una bofetada en toda la cara y seguro que les duele menos. Que no puede subestimar de esa manera a personas que se están jugando la vida. Es como reírse en sus narices , porque no quiero ni pensar cómo se habrán sentido al escucharla, después de que han estado sacando tiempo para hacer epis caseros, con la carga de trabajo que ya tenían.

            Una hermana mía dice, que "que tonterías dice la radio cuando no tiene pilas". Pues a estos se les acabaron hace días, seguramente el mismo día que supieron que se acercaba una pandemia, allá por enero, y en lugar de coger el toro por los cuernos, jugaron al despiste por si la pandemia pasaba de largo de España, por nuestra cara bonita. Resultó que no solo no ha pasado de largo sino que se ha cebado con nuestro país de manera cruel. Y mientras tanto ellos, que si compran test, que si vienen defectuosos, que si ahora los devolvemos, que si los volvemos a comprar, que si los volvemos a devolver; que si hacemos test, que si mejor no, que si a quiénes, que si dónde, que si cómo. O sea. Nada. Que si conseguimos salir de esta, que saldremos, no le deberemos nada a un gobierno tan nefasto, cuyo líder, ególatra con visos de narcisismo, no piensa más que en gobernar solo él, caiga quien caiga, desoyendo las voces de quienes piden ayuda y a cambio no están recibiendo nada. Porque aquella frase famosa del principio de la pandemia de que "no dejaremos a nadie atrás" lejos de ser cierta, no ha sido verdad. Porque  mucha gente se está quedando no solo por las cunetas, sino que también están cayendo a pozos profundos, donde los ha lanzado el gobierno con su incompetencia. 
             
             

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martes, 12 de mayo de 2020

De políticos, prostitutas y adolescentes. Reflexiones de andar por casa.

                             Estos últimos días el panorama nacional y las circunstancias por las que estamos pasando están dando mucho de sí en todos los medios de comunicación, en los comprados por el gobierno que siempre han estado comprados; en los imparciales, que ahora también han sido comprados; en los que siempre le han seguido el juego a los gobernantes y en los que jamás imaginaron que un día lo harían. 
     En definitiva, un asco de información, donde el alarmismo de unos y la desinformación de otros, consiguen ponernos dolor de cabeza. 
    
     A mi he ha dado por pensar, porque me lo sugirió un amigo, que los políticos y las prostitutas (con perdón de las prostitutas) no son tan diferentes. Ambos salen al mercado a ofrecer sus encantos, los unos para conseguir aliados que les permitan gobernar, las otras para comer (casi todas). Ambos se procuran un beneficio personal que les lleva a un clímax si no perfecto, al menos útil. Y cuando salen al mercado y le echan el ojo a un posible cliente ¡ojo no se lo quites! que se te lanzarán a la yugular con tal de conservarlo. Porque eso están haciendo los políticos la mayor parte del tiempo, lanzarse a la yugular de los contrarios, que como también quieren parte del pastel, no escatiman  esfuerzos con tal de restarle prestigio al la oposición, poniendo de manifiesto que ellos son los mejores, los más honestos, los más dialogadores, los más comprometidos con la sociedad.
     Pero luego resulta que una vez en el poder,  se olvidan de la honestidad, de los diálogos, de la sociedad y de los ciudadanos y se compran un chalet con piscina y no sé cuantos metros de jardín, para soltar durante  la pandemia que sus hijos tienen mucha suerte de vivir en una casa así.¡ No te joroba! Y más cuando se ha quedado tanta gente si empleo y hay tanta gente que no tiene qué comer. 
     No se dan cuenta de que les cambia hasta la cara, hablan con menos energía y es que esto del poder consume mucho, que es mucha responsabilidad. Fíjese usted. 
     La diferencia de unos y  otras es que éstas al otro día tienen que volver a salir a ganarse el sustento, mientras que los políticos una vez conseguido el clímax de haber llegado al poder, solo tienen que preocuparse de conseguir arrebatar el pan a los ciudadanos, esos mismos por lo que no hace tanto luchaban. Porque de eso trata la política que estamos viviendo los últimos años, de robar y robar y marcharse de rositas. Por lo menos yo no oigo que nadie devuelva nada. Será que soy muy despistada. 

     Nuestros políticos actuales son como adolescentes a medio madurar, que piensan que engañan a sus padres, en este caso a los ciudadanos, y les intentan manipular con todo tipo de artimañas con tal de conseguir lo que quieren, o para esconder las fechorías que han hecho. 

    Y mientras maduran seguimos castigados en el cuarto oscuro, para unos más oscuro que para otros, para que no nos demos cuenta de que con eso de que no se conoce el virus, hay que ir con cautela. ¿Cautela?
Señores, que llevamos meses con esto y algo deberían haber aprendido ustedes. Que se nos va el presupuesto en pagar cientos de asesores que, por lo visto, no han servido de casi nada.
    No sé, pero yo llevo tiempo pensando que esto se está convirtiendo en un tema político más que sanitario. Eso mientras seguimos esperando esos test masivos que supuestamente se iban a hacer a la población. Y digo supuestamente, como desde ahora les consideramos muchos, supuestos culpables de semejante descalabro y de tantas muertes. 
     Esperamos que todo acabe pronto y yo acabo como vengo haciendo las últimas semanas, con la esperanza de que nos devuelvan la libertad y la vida que teníamos antes. 

     

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lunes, 11 de mayo de 2020

De fases y sexo, para que haya de todo. Reflexión de María Calamidad.

     Ha comenzado el bailoteo de la desescalada (término inventado por alguna mente supina, que de momento no aparece en el diccionario de la RAE), y nunca mejor que ahora seguimos viendo el desfase de lo que queremos nosotros y lo que nos obliga a hacer el gobierno. 
     En Comunidad Valencia que, según la consellera de sanidad teníamos matrícula de honor, resulta que por lo visto no se ha hecho todo lo bien que se debería, matrículas de honor aparte. Seguramente el ministro Illa le ha dicho a todas las comunidades lo de la matrícula para motivarlas. Pues no ha hecho bien porque ha creado expectativas, que no han estado acordes con la realidad, llevando a los ciudadanos a la frustración. Y como se nos está agotando la resilencia, resulta que las bromas como ésta ya no nos hacen ninguna gracia. 
     Todo esto nos lleva a desconfiar de nuestros políticos autónomos, que no están haciendo bien los deberes. No se han hecho suficientes test, he ahí el motivo por el cual seguimos confinados en la fase 0. Es verdad que en otros sitios se han hecho más, pero con poca fiabilidad, pero por lo visto eso no cuenta porque como nos venimos moviendo por números, lo que interesa es subir la cifra de test sean buenos o no. Pues vale. Difícil veo que en solo una semana adquiramos la cifra necesaria para conseguir ese deseado cambio de fase. 
     Mientras tanto seguimos siendo expectadores de este batiburrillo politiquero, viendo como nuestros políticos (algunos parece que haciendo campaña) se mueven más por intereses de partido que por el bien de los ciudadanos. Y no se enteran de que no se trata de hacer campaña, de que se está quemando  el monte y todos tenemos que ayudar, olvidando nuestros intereses. Ya habrá tiempo para campañear (yo también me puedo inventar palabras) cuando todo pase. 
     Y seguramente cuando esto pase lo primero que tendrán que plantearse es en cambiar la forma de politiquear. Porque si en la vida de los ciudadanos esta pandemia va a suponer un antes y un después, es justo que vayamos todos a una y comience a hacerse política de un modo diferente, no sé, con más unidad y coherencia por ejemplo. A lo mejor debemos olvidad la política partidista para comenzar a votar individualidades. Pero este es un teme para otro día.

     Y mientras pasamos de fase, mencionar otro de los grandes olvidados en esta pandemia, sumado a la lista de daños colaterales: el sexo. 
     Porque se han oído muchas cosas, pero no consigo oír hablar de sexo, de cómo la pandemia ha colaborado en  cambiar la manera de disfrutar del sexo. Los que han tenido la suerte de vivir emparejados habrán podido practicar (suponiendo que se sigan llevando bien) por aquello de que si estás comiendo lo que yo te guiso y te lavo los calzoncillos, o las bragas, según sea quién lave, pues también podemos practicar sexo  un rato a cuenta de la convivencia. Pero los que esto les ha pillado más solitarios que un pino en medio del desierto, no les ha quedado más remedio que hacer uso de la imaginación y del sexo solitario para descargar la adrenalina que, entre otras cosas, les provoca el estar encerrados. Pues hay que pensar en todo y tampoco se ha pensado en ellos. A más de uno han pillado en una escapadita para encontrarse con su amante y le han colocado la consabida multa. ¡Pero hombre! no sean ustedes tan tiquismiquis, que es fuerza mayor, que tienen a los pobres solitarios más solos que la una y si la Ayuso puede saltarse el confinamiento, junto con varios cientos de personas que no guardaron las distancias, por mucho que se clausure un hospital, un par de amantes buscando aliviar sus necesidades con sus novi@s o quién les dé la gana,  no es para que  les pongan una multa.Porque al fin y al cabo se trata de aliviar una necesidad fisiológica y creo yo que a nadie le han puesto una multa por ir a aliviar sus intestinos, por ejemplo. 

     Pues nada. Lo siento por los que viven solos y están en edad de relacionarse, que tendrán que esperar un poco o mucho más, porque nadie ha preguntado en las ruedas de prensa diarias en qué fase se desconfina el sexo.
   
     

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jueves, 7 de mayo de 2020

Primavera surrealista. Nueva reflexión de una cabra loca.

                                                  Hoy toca hablar de la primavera, que por aquello de que la sangre altera, andamos todos un poco de acá para allá sin saber muy bien nuestro destino. Y mientras preparo esta reflexión de andar por casa estoy viendo revolotear unas golondrinas que, ajenas a todo el cacao que nos ha montado el gobierno, preparan el cortejo de sus futuras parejas, con las que tendrán golondrinitas con las  que llenaran los aleros de nidos. Aprovecho para decir que romper esos nidos, que están protegidos, también lleva multa. Que parece ser que la gente no lo sabe y año tras año a fuerza de escobazos tiran los nidos al suelo, donde terminan agonizando los pobres pollitos. A ver si en lugar de ir a poner multas al monte a los pobres caminantes solitarios, las autoridades empiezan a perseguir a los destroza-nidos. Porque acabar con la vida de las golondrinas es atacar también el ecosistema, en donde ellas tienen un papel fundamental.

     Y ¿qué más nos prepara la primavera?, la estación del amor por excelencia o si queréis de los enamoramientos. No. No voy a hablar de amor. Tampoco hablaré de las temidas alergias, ni de la subida de las temperaturas, ni del olor de los campos. Hablaré del gobierno.

     Porque sí, esta primavera el gobierno es más gobierno que nunca por aquello de que aquí mando yo y todo el mundo chitón. Pero parece ser que algunos partidos, escarmentados por las continuas mentiras del mismo, están dejando de brindarle su apoyo. El estado de alarma (excepción) se ha prorrogado por los pelos, por los de Ciudadanos que con sus escasos diputados le ha salvado la papeleta. Eso sí, no sabemos hasta cuándo. Y como sigamos tirando de los pelos, igual alguno se termina quedando calvo. No sé vosotros, pero no me gustaría estar en el pellejo del presidente en estos momentos, que, aun en el mejor de los casos lo tiene bastante crudo. Yo creo que no le queda nada por prometer, así que difícil veo si necesita otra prórroga que pueda llevarse a cabo. Eso sí, prometer no, pero igual puede ir pensando en cumplir lo ya prometido. 

     De todos modos creo que todos estamos ya cansados de tanto confinamiento, que nos ha quitado la libertad , entre otras cosas, para ir a buscarnos el alimento. Y como el gobierno se lo ve venir, no hace sino enviar a la población mensajes subliminares de terror para que queramos pedir la prórroga una vez más. El otro día lo llamaban caos, para que si tenemos alguna duda sigamos sin salir de casa. Y esto de quedarse en casa es duro, sobre todo para quienes antes no se nos caía la casa encima. 
     
     Las continuas campañas publicitarias del gobierno, que nos han quitado la voluntad de un plumazo, no han hecho más que manipular o intentar manipular a los ciudadanos, incluso a los que por profesión deberían ser más objetivos. Nunca he visto tantas cadenas de televisión estar más de acuerdo y hablar en los mismos términos, es como si hubieran desaparecido de golpe todas las tendencias e ideologías, para lavarle la cara al gobierno. Hasta los que antes decían la verdad han sido comprados para que digan lo que interesa a los gobernantes. Porque si no no lo entiendo. Ah. Es verdad. Que había que ir todos a una, que las ideologías no volverían a contar hasta que todo terminara, que ahora lo importante era actuar juntos. Pero claro, eso de ir todos a una ¿qué quería decir exactamente? Eso es lo malo, que se olvidaron de decírnoslo. Pues ni más ni menos que ir todos a Sánchez, ejemplo de egolatría de libro. Por eso se siguen acallando las voces discordantes, para que nadie más vuelva a llamarle sepulturero, con perdón de los sepultureros. Y todo hubiera sido peor, a no ser porque todo el personal que ha contribuido a mejorar el estado de los enfermos, ha echado el resto y a fuerza de trabajo y jugándose la vida (44 sanitarios muertos) casi sin medios o muy rudimentarios le han salvado la papeleta a este gobierno, que, a pesar de todo, sigue sin ponerse la pilas y sin conseguir los medios que se necesitan para combatir esta pandemia. 

     Pues ellos verán lo que hacen porque me parece a mi, que, o mucho cambia la cosa, o las prórrogas se van a terminar en la siguiente votación. 

     ¿Os había dicho que iba a hablar de primavera? Perdón, se me ha ido el santo al cielo. Pero sí, he hablado de primavera, porque la sangre altera y alterada la tenemos ya por todo el sinsentido que estamos viviendo, aunque claro, seguro que preferiríamos que se nos alterara por haber encontrado un chico o chica guapo/a  ( o feo/a) que hiciera que revolotearan mil mariposas en nuestro estómago,  en lugar de estos retorcijones de tripas que nos está provocando este gobierno que nos ha tocado en suerte y que nos tiene alterada la sangre hasta límites insospechados. Pues nada. A seguir aguantando esta primavera surrealista hasta que vuelvan a revolotear las mariposas. 
 
     

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miércoles, 6 de mayo de 2020

Esperando el retorno de la libertad. Reflexiones de una cabra loca.

                            La vida continua mientras seguimos esperando test que funcionen y ocurran otras cosas de las que nadie habla ya. No sé si os habréis dado cuenta de que ya nadie pregunta dónde andan los famosos test que compró el gobierno y por dos veces llegaron defectuosos; y me consta que en alguna parte se están utilizando a pesar de que no son nada fiables. Y mientras la vida sigue, hemos empezado a pasear en horario restringido, eso sí, bueno, a pasear y a correr porque teníamos tantas ganas, que todos nos hemos lanzado a la calle, como si no hubiera un mañana. Los que acostumbrábamos a hacer marcha antes de que todo esto empezara, hemos comenzado con la rutina kilométrica y hemos podido observar la cantidad de personas que hay paseando por los caminos y que nunca las habíamos visto por allí. Porque sí, todo el mundo se ha vuelto deportista de repente. Lo que suele ocurrir cuando llevas mucho tiempo encerrado, que cuando te sueltan te faltan metros para correr. 
       Éste es un pueblo de casi 6000 habitantes con los que raramente coincides, sobre todo por la tarde, en circunstancias normales. Ahora con la famosa  mal dicha desescalada y la salida paulatina a la calle, aunque es en diferentes horarios, te encuentras  mucha gente vayas por donde vayas. Digo yo, que si se desconfinara el pueblo, seguro que había por la calle mucha menos gente y mucha menos haciendo deporte. Seguro.

       Y mientras pasa la vida, seguimos esperando que nos dejen pasar a la siguiente fase para poder movernos con más libertad y para recobrar la vida que teníamos antes. Yo estoy deseando que llegue la fase dos, en la que ya se podrá pescar y mi hijo dejará de darme el tostón con  que si fijate que rollo que no se puede pescar, pues qué más les daba a ellos si en la playa se puede guardar la seguridad, que si se está pasando la temporada, que si me he perdido los concursos. Hijos. Y es que la pesca es su vida. Eso sí, ya le he dicho esta vez que los pescados se los limpiará él, que estoy hasta el moño de limpiar peces.

     Y mientras pasan los días nos seguimos preguntando si conseguiremos erradicar el virus o por lo menos debilitarlo para que no sea peligroso. Porque del origen ya no hablamos, todos damos por hecho que se originó en China y que puso los pies en polvorosa expandiéndose por todo el mundo. Y mientras tanto esperamos el momento de pedir cuentas; porque, digo yo, una molécula necesita de la mano humana para escaparse y mucha irresponsabilidad para dejar que se extienda; y bastante insensatez para no prepararse ante lo que se venía encima siendo que veíamos lo que estaba provocando  en otros lugares. Todo esto por no hablar del ilustre gobierno que nos ha caído en suerte y que a base de dar palos de ciego unas  veces ha acertado y otras no, más veces no que sí. Por eso las CCAA quieren gestionar lo que queda de coronavirus, porque , aunque no lo dicen claro, ya no se fían de un gobierno al que le puede más las ansias de poder que las ganas de trabajar por y para los españoles, aunque no lo reconozcan. 
       Mientras esperamos que todo acabe, soñamos con el día en que volveremos a ser libres en la famosa nueva realidad, y esperemos que en esa realidad nos devuelvan lo que nos quitaron, quienes no supieron gestionar la crisis sino prohibiendo  las libertades más fundamentales del ser humano, incluida la libertad de expresión. Pero de ella hablaré otro día. 
     Por estas cosas y otras muchas que comentaré otro día desde ahora mismo me declaro sofiista para seguir siendo yo misma, le pese a quien le pese. 
       
       

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martes, 21 de abril de 2020

Libertades, transparencia y pataleos.

     Cada día lo tengo más claro. Nos hemos quedado sin libertades, no solo sin las que se refieren a la libertad de movimiento, entre otras muchas, que es muy grave.  Más grave es que nos estamos quedando sin la libertad de expresión, a juzgar por las noticias y los debates que nacen en las redes las últimas semanas. He llegado a la conclusión de que el gobierno califica de fakes o bulos las noticias o publicaciones que no le convienen. Por eso tanta insistencia en que solo nos fiemos de las publicaciones y noticias oficiales.
     Acabo de comprender que lo que se pretende con ello es manipular para que comulguemos con ruedas de molino. Como si a estas alturas tuviéramos razones para fiarnos de ellos. A la vista de los números que no cuadran y de la falta de transparencia y de los pocos resultados, no es para menos.
     Falta de transparencia porque a estas alturas seguimos sin tener datos fiables que cuadren; también porque no se entiende que todavía haya municipios que no dan datos a la población. Porque la gente quiere saber cuántos y qué casos de coronavirus hay cerca de su casa. Sería útil conocer estos datos para dar tranquilidad a las poblaciones o para que extremáramos las  medidas.
         Los ayuntamientos eficientes si que están  dando tados, incluso divididos por barrios y si unos lo hacen por qué no pueden hacerlo todos. En momentos como el actual más que nunca hay que ser eficientes y parecerlo. Pero lo que parece es que no saben por dónde andan. 
     Seguimos sin tener mascarillas ni test para todos, seguimos detenidos en casa, seguimos con miedo por lo que está pasando y por lo que pasará cuando esto acabe. Y mientras, sus señorías respondiendo a medias las preguntas que se les hacen en las ruedas de prensa y pidiendo que dejemos de meternos con ellos. Vamos a ver, que nosotros no trajimos el virus, ni le permitimos la entrada, y ahora encima nos coartan la libertad de hablar  y de  decir lo que creamos oportuno. 
     Que nosotros, a diferencia de ellos que no se  cansan de repetir las mismas cosas, no hablamos por hablar, que estamos hasta el moño de estar presos y queremos que nos devuelvan la vida , a poder ser la misma que teníamos antes de esta catástrofe; que por muy mala que fuera, seguro que era mejor que la que nos espera; que ustedes han expropiado nuestras vidas y cuando nos las devuelvan estarán hechas un guiñapo. Porque ustedes han creado un estado de terror, que no nos merecíamos, para mantenernos en casa y bien controlados por cierto, a juzgar por la cantidad de multas que se están poniendo. Si ustedes , señorías, fueran tan eficientes combatiendo el virus, como lo son los agentes poniendo multas, hace tiempo que habríamos salido de esta crisis.
     Así que no se extrañen si no les damos jabón y ejercemos el derecho al pataleo, que es lo único que nos queda. 
(Continuará)

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viernes, 17 de abril de 2020

Esperando resultados. Reflexión de andar por casa.


   

            Es verdad que hay que ser positivo. Las últimas semanas no 
  dejamos de ver esta frase por el ciberespacio. Estoy de acuerdo solo  a medias, porque aunque seamos positivos no podemos olvidarnos de lo esencial y a veces la verdad no es la que nos gustaría ver. 
      Y digo esto porque me cuesta quedarme callada ante determinadas circunstancias que algunos pretenden acallar, porque como hay que ser positivo no es conveniente mencionarlas. Y digo esto recordando una frase que escuché hace dos días en boca de un miembro del gobierno (el nombre no importa) que, cuando le reprochaba el periodista que la actuación del gobierno en lo que respecta al covid-19 no había sido rápida ni eficaz, le respondió que lo mismo había pasado en el resto de Europa. Me quedé a cuadros. Es decir que ahora es política del gobierno ¿el mal de muchos consuelo de tontos? Ya es lo que nos faltaba por oir. No es una respuesta y mucho menos para un ministro. Y para intentar arreglarlo añadió que España era el lugar que tenía "restricciones más severas". Aunque olvidó decir que esas restricciones  no han funcionado como deberían, porque el gobierno no estuvo fino a la hora de anticiparse a lo que iba a pasar, que fijándose en el resto del mundo, sobre todo Italia, no hubiera sido muy difícil.
        El mismo ministro  también dijo que el gobierno no tenía ni idea de cómo iba a ser la salida del confinamiento. Si nos tenemos que quedar en casa hasta que lo sepan, lo tenemos claro. Ellos y nosotros, porque no creo que, aunque se nos ha pedido sacrificio y paciencia, la paciencia nos dure hasta que sus señorías se pongan las pilas: que sí, que parece que están haciendo mucho, pero lo que están haciendo es hablar mucho; o sea entretener a la población para que sigamos teniendo paciencia. Y ya se sabe que cuando se habla mucho, a lo mejor lo único que se está haciendo es suplir con palabras la falta de acción. Porque si hicieran como hablan, hace tiempo que tendríamos test y mascarillas para todos. Y si hicieran lo que deben no tendrían tanto tiempo para hablar.
       No me gustan las estadísticas pero comprendo que pueden darte una idea, aunque no exacta, de lo que está pasando. La última que escuché ayer es que si se hubiera declarado el estado de alarma una semana antes, habría habido un 50% menos de casos. Ahí lo dejo. 
       Y decía antes que se nos está acabando la paciencia y si esto se alarga mucho más, no digo que no terminemos haciendo una manifestación, aunque sea desde los balcones, para pedir al gobierno que o consigue test y mascarillas o tendrán que dimitir en pleno, que no hacen más que discutir y vergüenza debería darles no ir todos a una por el bien de la nación. Que ya vale de pamplinas, que ellos ni  han dejado de cobrar por lo que no han visto peligrar sus salarios, ni viven en casa de 40 metros, y cuando han enfermado han tenido test, mascarillas y guantes antes que nadie. O sea que lo menos que podían hacer es ponerse a trabajar unidos y sacarnos del atolladero en que nos han metido. Y cuando nos saquen ya veremos si  les cambiamos por otros más responsables y leales a los españoles; que por cierto, no estamos solo para pagarles el sueldo: QUEREMOS RESULTADOS. En cualquier empresa sin resultados hace tiempo que estarían en la calle. 
(continuará)

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martes, 14 de abril de 2020

Los grandes olvidados. Otras consecuencias más de la pandemia.

       Hoy vuelven al trabajo los prescindibles, que no lo son tanto si tenemos en cuenta que este país no saldría adelante si no fuera por los miles de  autónomos que lo componen. Pero parece ser que no son tan prescindibles cuando apenas quince días más tarde de confinarlos en casa, se les ha hecho volver al trabajo. Porque sí, sus cuotas a la seguridad social le hacen falta a este país. Sus cuotas y las de los trabajadores que tienen a cargo, claro.  Porque sin ellos se para la economía y vamos al desastre (y aún así veremos qué pasa). No es que el gobierno haya pensado en ellos y les permita trabajar para que no pasen hambre y lleguen a fin de mes; eso al gobierno le importa un bledo, lo que le importan son sus cuotas de autónomos y sus cotizaciones. 
     Y no son los autónomos los únicos olvidados de este gobierno, que  ya veremos si después de este desastre muchos de ellos se libran de echar el cerrojo para siempre. Porque, aunque mucha gente no lo entienda, no es nada fácil ser autónomo. Autónomo: esa clase rara en peligro de extinción (si por el gobierno fuera) que solo tiene obligaciones y nulos derechos. Ya se verá toda esa "ayuda" que van a recibir del estado, si llega o no llega o pasa como lo que pasó en Lorca, después del terremoto, que todavía están esperando cobrar. 
      Y digo que no son los únicos olvidados, porque gobernar a golpe de decreto es lo que tiene, que se hace con prisa, con precipitación y se olvidan aspectos importantes. Si comparamos con otros países (aunque las comparaciones son odiosas) nos es difícil darse cuenta de las diferencias en cuanto a la evolución de esta pandemia. Y es que en otros países, con medidas restrictivas menos exigentes que las nuestras han logrado doblegar la curva, eso que tanto le gusta decir al gobierno. Han dejado salir a la calle a practicar deporte e incluso sacar a los niños y han tenido menos casos y muchísimos menos muertos que nosotros. Que no se le llene la boca al gobierno diciendo que tenemos las medidas más rectrictivas de la comunidad europea, porque aún así lo hemos hecho mal y peor. Y no estoy pensando en los chinos, que en un principio tampoco lo hicieron bien, ya que cuando cerraron el foco del covid 19 , había cinco millones de chinos viajando por todo el mundo y transmitiendo el virus. Y China lo sabía mucho antes y tampoco hizo nada, pero luego supo rectificar e impuso mascarillas obligatorias para todos. Esa, es a mi parecer la clave. Mascarillas para no contagiar. Aquí hemos tenido que llegar a varios miles de muertos para darnos cuenta de que las mascarillas son efectivas como muro de contención, si las lleva todo el mundo, porque si nadie contagia, nadie enferma. 
     Pero, claro, como resulta que en este país no hay dinero, vilmente saqueado por tantos años de corrupción y ajustes, no se podían traer mascarillas a tiempo y nos vendieron que no era necesario que la población las usara. Vaya manipulación. Ahora nos están empezando a vender que llevando mascarillas es seguro volver al trabajo, pero ¿de verdad? Ahí lo dejo.
    Hace unos días le oí a no sé bien qué ministra que era falso que hubieran habido ajustes en sanidad. Claro que hubo ajustes y si no que nos pregunten a quienes tuvimos familiares ingresados tiempo atrás, que contaremos si los hubo o no, porque se dieron situaciones de vergüenza y hubo carencias importantes que hacían peligrar la vida de los pacientes. Y no me refiero a que faltaran empapadores para las camas, que faltaban, me refiero a que faltaban medicinas. Pero esto es tema de otro costado.
     Y los grandes olvidados han sido además, los niños, sobre todo los más pequeños, porque con medidas tomadas a tiempo hubieran podido salir a tomar el sol un poco. Los grandes olvidados han sido también los enfermos que por prescripción facultativa necesitaban caminar para no agravar sus dolencias, porque en su día un médico les dijo que si no hacían ejercicio verían acortada su vida y resulta que ya llevan un mes sin caminar haciendo de tripas corazón, porque temen las consecuencias que esto puede traerles; que seguramente no morirán de covid 19 pero morirán de cualquier otra cosa. Porque, señores del gobierno, a todo el mundo no le da para comprarse una bicicleta estática, que ya se han encargado los medios de comunicación de decir que había aumentado la venta de estas bicicletas, como dando ideas y dando a entender que el que no hace ejercicio es porque no quiere. Pués no. Los que ahora no hacen ejercicio es porque no pueden, porque en su día hubo un decreto que se olvidó de ellos.
      Recuerdo que al principio de conocerse el decreto de alarma el jefe superior de policía dijo que se tendrían en cuenta todos los casos. No entiendo bien a qué se refería, porque lo que está pasando es que nos están haciendo pasar  a todos por el mismo rasero, al que le sobra por el que le falta y aquí todo el mundo sin rechistar, a cumplir. 
     La mía, una reflexión como otra cualquiera ni más pero tampoco ni menos. 
(continuará)
     

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jueves, 9 de abril de 2020

Mientras, seguimos esperando la LIBERACIÓN (reflexiones de una guerra inesperada)


  

       Una de las cosas que más rabia me da de todo lo relacionado con la pandemia es la deificación de los chinos por su bien hacer las cosas. Vamos a ver. El covid 19 apareció en China en diciembre  de 2019 y no fue hasta febrero de 2020 que los chinos empezaron  a tomar medidas. Los chinos acallaron las voces de quienes en enero alertaron de la situación y de la llegada de esta pandemia, llegando a detener al médico que descubrió que un virus letal amenazaba el mundo. Dicho médico, por cierto, falleció semanas más tarde debido a un infarto (eso dicen). Mientras tanto el virus estuvo rondando a su libre albedrío por China y, dado que los chinos viajan mucho, por todo el mundo, también por España. Dejando esto claro seguimos.
     La pandemia se fue extendiendo progresivamente  como una enorme ola desde China a todas las partes del mundo. A nadie le pilló por sorpresa, tampoco a los chinos, que tuvieron todo el mes de enero para tomar medidas y no lo hicieron. Y a pesar de que el factor sorpresa no ha existido, el ser humano ha sido tan engreído que solo ha tomado medidas cuando no ha tenido más remedio, es decir, cuando era demasiado tarde. 
     Sobre todo nuestro gobierno, que viendo que la pandemia estaba llegando a Italia fortaleciéndose allí con fuertes raíces, que siguió en la inopia haciéndose el despistado como si la cosa no fuera con él. Porque cuando el virus llegó a Italia era de suponer que llegaría también a nuestro país. Pues allí tuvimos a la portavoz de nuestro gobierno alentando al mundo de que el nuestro era un país seguro a donde se podía venir de vacaciones. Y venga a venir gente. Fuimos así de chulos. Venga turistas, equipos de fútbol , venga reuniones, y el portavoz epidemiólogo  venga a decir que no se tomaban medidas porque se estaba calibrando el desastre económico que se produciría si se llevaban las mismas medidas que en otros países (que por cierto han apaciguado la pandemia antes y mejor)y que no compensaría tomar unas medidas que no eran necesarias "todavía". 
       Y llegados a este punto no puedo menos que sentir una enorme rabia, porque mientras se obviaban esas medidas, el virus correteaba libre ya por nuestro país, pese a lo que diga la versión oficial. Porque no me fío de las versiones oficiales que solo manifiestan el diez por cierto de la verdad. Y menos aún ahora , que cansada de escuchar las ruedas de prensa manipuladas que da el gobierno, donde se ofrecen estadísticas cuyos números no cuadran. Una cosa ha ignorado el gobierno, que los españoles tenemos la manía de pensar y sacamos nuestras propias conclusiones. 
     Y claro, sin medidas a tiempo, el gobierno las ha tenido que tomar a destiempo, dejando que caiga quien caiga y poniendo sus pies en polvorosa; porque si os habéis dado cuenta, el presidente y la mayoría de los ministros que se dejan ver, ya usan mascarillas y guantes, que hoy por hoy y por mucho tiempo seguirán estando vetados a todos los españoles, que ya no sabemos qué más hacer ni a dónde ir para conseguirlos. Mira que guapos. 
     Mientras tanto nos tienen en un confinamiento que nadie merecíamos y que hubiera podido evitarse si, a la primera señal de alarma se hubiera hecho lo que se tenía que hacer, primar la salud frente a un desastre económico del que finalmente no nos hemos librado. Y para más inri, los que supuestamente deberían defender a los ciudadanos, les están alentando para que denuncien a quienes se saltan el confinamiento, sin darse cuenta de que cuando esto acabe se encontraran con pueblos y ciudades divididas, donde unos contra otros ya no sabremos de quién podemos fiarnos o no. Porque este C.S.I. de los balcones tendrá sus consecuencias.   Por no hablar de la frase más dicha en todas estas semanas "quédate en casa que salvas vidas". Vamos a ver, salvar salvas tu vida, pero si eres transmisor pones en peligro la de tu familia o la de quienes vivan contigo. Y si sales a la calle, cuando vas a comprar etc, si guardas la distancia tampoco pones en peligro a nadie: que parece que de repente todos somos asesinos por pisar la calle. Cuando los principales asesinos son aquellos que cuando estaban a tiempo no pusieron remedio. 
     Porque sí, ahora estamos confinados por culpa de este gobierno absurdo que nos ha tocado en suerte y que nos ha vendido el confinamiento como si fuéramos héroes de guerra (y no somos héroes porque hacemos  lo que hacemos porque no nos queda más remedio), no os confundáis. Por culpa del mismo gobierno que ha permitido que los nuestros se mueran solos, sin una mano dónde agarrarse que le consuele en los últimos momentos; por los mismos que nos incitan a aplaudir día tras día, porque mientras pensamos en aplaudir no planeamos  ninguna otra cosas menos conveniente. Aplausos que le sacan las lágrimas a muchos que luego le dan la espalda a esas mismas personas que ahora aplauden, a muchos que no pensaron en los demás y se lanzaron en el supermercado a hacer acopio de todo tipo de productos que otros también necesitaban. 
     Y aquí estamos todos los españoles, encerrados en nuestras casas cumpliendo los decretos que dicta el gobierno. Decretos que los ayuntamientos están acotando más todavía quizá porque tampoco se fían, sin pensar que están confundiendo a los ciudadanos que ya no sabemos qué o qué no podemos hacer. 
     
      Ésta es mi reflexión, una reflexión más, como cualquier otra y tan válida como cualquiera. Mientras, Seguimos esperando la LIBERACIÓN. 
(continuará mientras esperamos que hayan mascarillas y guantes para todos)
(próxima reflexión "origen de la pandemia, pobres pangolines que han cargado con el muerto")
   
   
 
     


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martes, 7 de abril de 2020

Hasta siempre María Dolores.

       Hoy es un día triste, muy triste. Hace apenas dos horas que he sabido que nos ha dejado María Dolores, una amiga de Biescas a la que apreciaba mucho. Compartimos buenos momentos que ahora me vienen a la mente como si fuera una cascada desbocada que no puedo contener. 
    María dolores era una buena mujer y excelente persona, que gracias a su sentido positivo  superó muchas dificultades en esta vida. Lo que más me maravillaba de ella era su sentido del humor, tan magnífico y gratificante. Siempre dispuesta a recitarte una poesía, a contarte una anécdota, a pasear por las calles del pueblo. Calles que recorrí a menudo en su compañía cuando salíamos a pasear o a tomarnos unas cañitas.
     Pero lo que más le gustaba era contarte historias, entrañables historias de los que habían vivido con ella y de ella misma. Sabía sacarte una sonrisa y a veces una carcajada. Compensaba así los malos ratos de la vida. 
     Se ha ido en unas circunstancias duras, en medio de una pandemia que no ha permitido a sus hijos despedirse de ella. Me pongo en su lugar y se me pone la piel de gallina a la vez que siento una enorme rabia por dentro. Porque aunque saben que ella sigue con ellos tienen que estar pasándolo muy mal. Ella sigue a su lado, seguro. Más cerca que nunca.
 Desde este blog quiero mandar un abrazo especial y fuerte para sus hijos, nietos  y  toda la familia. 
       Seguro que ya está con los mejores. 
     

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martes, 31 de marzo de 2020

Lo que vendrá. Reflexiones de una guerra inesperada. (Cuarta parte)

       Hace unos días leí en alguna parte que toda esta crisis nos iba a cambiar. Y sin duda que lo hará, pero lo malo es que no todos cambiaremos en la misma medida ni en la misma dirección. Porque a la vista de cosas que están pasando no tengo claro que vayamos a ir a mejor. 
       Hay gente que se está aprovechando de esta situación; por ejemplo los que difunden bulos que te llevan a una página que les reporta beneficios; los que lanzan virus informáticos con el único propósito de sembrar el caos; los que están aprovechando para subir precios de primera necesidad, como algunos supermercados; los que en definitiva aprovechan para obtener beneficios. Yo no veo ninguna necesidad de que suban precios, siendo que los super están vendiendo más que nunca. El precio del alcohol se ha disparado porque con alcohol, agua oxigenada y glicerina se puede hacer hidroalcohol casero, mucho más barato que el que están vendiendo (cuando hay) en farmacias y supermercados. Cien mililitros de hidroalcohol en la farmacia me costaron tres euros con sesenta céntimos, por poner un ejemplo. Quiero aclarar que cuando hablo de farmacias y supermercados no me refiero  a que sean ellos los causantes de esa subida, porque todos sabemos que son los laboratorios, los proveedores y los distribuidores quienes están subiendo los precios (como siempre)
       Toda la gente que se está aprovechando, no creo que cuando esto termine se vuelvan buenas personas. Por eso digo que sí, que cambiaremos porque no nos quedará otro remedio pero el mundo seguirá siendo mundo. Cambiaremos en la medida que nos veamos obligados para superar lo que viene detrás. Porque sí podremos decir que habrá pasado lo malo pero quedará lo peor. Y sin ser alarmistas pero objetivos todos lo vemos venir. 
       Lo vemos venir porque cuando esto acabe nos daremos cuenta de las consecuencias de las mentiras del gobierno, que, a pesar de que se ha cansado de decir que no se iba a quedar nadie atrás, mucha gente se está quedando. Y si no se lo preguntáis a todas las personas, muchas, que a pesar de lo que prometió el gobierno, se ha quedado sin prestación de desempleo; y si no se lo preguntáis a todas las pequeñas empresas que no se han podido acoger a un erte y seguramente tendrán que echar la persiana. Y si no se lo preguntáis a los pensionistas que van a tener que ayudar a sus hijos en paro, como ya pasó con la anterior crisis, aunque muchos de ellos ya no estarán porque, aunque teníamos la mejor sanidad del mundo, no los pudieron conectar a un respirador porque no había para todos. 
(continuará)

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domingo, 29 de marzo de 2020

Restando. Reflexiones de una guerra inesperada. (3ª parte)

       Seguimos restando días al fin de  este confinamiento, o si lo prefieres, seguimos sumando días al comienzo de todo esto. Sería impensable  no hacerse eco de todo lo que pasa si las mismas circunstancias nos obligan a ello. Son tiempos convulsos, no solo por la pandemia que está llevando a la tumba tantas vidas, sino también porque llegados a este punto ya no sabemos de qué fiarnos ni de quién. Al principio nos dijeron que esto era una simple gripe con menos mortandad y que afectaba a gente mayor o con patologías. Con el tiempo hemos visto que era una soberana mentira. Porque de gripe tiene poco o si acaso se trata de una super gripe que arrasa con vidas indistintamente de patologías o no, aunque siempre sean los más afectados los más vulnerables. 
       Por eso llegados a este punto la gente se pregunta si lo de los murciélagos o el pangolín será cierto o por el contrario hay algo más complicado que ha causado este descomunal desastre. Yo siempre he pensado que cuando hay una versión oficial y todo el mundo te da la misma versión oficial, hay mucho más que esa versión. Dichosas versiones. Lo mismo que los protocolos, cuando te hablan de protocolos o estadísticas, malo. 
     Cuando mi marido estaba enfermo ingresado en el hospital y los médicos me hablaban de protocolos o estadísticas yo les dejaba hablar y cuando terminaban les decía: ahora diganme la verdad. Pues con esto pasa lo mismo, que las versiones oficiales son la punta del iceberg  y lo que hay debajo lo vamos descubriendo poco a poco. 
       Y no sabemos a quién creer porque , independientemente de que hay un decreto de estado de alarma, se aplica sin criterio unánime y según con quien se habla ves que se está aplicando de diferentes maneras, más o menos restrictivas. Aquí cada cual interpreta el decreto como quiere, hasta el punto de que desde el gobierno central se ha llamado la atención a muchos ayuntamientos para que cumplan el decreto y no apliquen más restricciones. Será que los ayuntamientos que aplican esas restricciones añadidas, tampoco terminan de fiarse de lo que dice el gobierno central y por si acaso se curan en salud y añaden limitaciones, sin darse cuenta de que confunden a la población, que si ya sospechábamos antes, ahora estamos plenamente convencidos de que hay más o peor  de lo que nos están contando los medios o el mismo gobierno. 
     Mientras tanto seguimos esperando esos lotes de millones de mascarillas o medios para hacer las pruebas de coronavirus,  que o llegan rotas o no terminan de llegar. Y nos preguntamos cómo si hay empresas en España, una en Galicia y otra en Zaragoza, que fabrican los test, no se ha echado mano de ellas y el gobierno, este gobierno nefasto que nos ha tocado en suerte, ha preferido comprarlos no sé si en un mercadillo chino o no, a la vista de lo que ha pasado. Será que el gobierno no tiene dinero para pagar unos test en condiciones. Puede ser.
     Los mismos gobiernos autonómicos han empezado también a hacer sus propias compras, también porque no se fían de lo que se pueda hacer desde el gobierno central, porque una cosa será que llegue el material y otra muy distinta que se aplique una logística para hacer un adecuado reparto. 
     Y mientras esperamos que llegue el ansiado pico y la meseta y el descenso no podemos evitar preguntarnos si no podíamos haber llegado un poco antes, a la vista de lo que ocurría en otros países. Pues no, porque somos tan chulos, que teniendo muy cerca un país infectado con mucha relación con el nuestro y mucho trasiego de turistas, desde el gobierno no hicieron más que pregonar que el nuestro era un sitio seguro y que podían venir turistas, los mismos turistas que permanecen confinados en Tenerife y otros sitios, sin poder salir y no sabemos en qué condiciones. Será porque lo hicieron confiando en que, como tenemos la mejor sanidad del mundo, éramos intocables.
     No sé si a esto se puede sumar la falta de previsión y la tardanza en actuar,  pero lo cierto es que en países donde se aplicaron test masivos y medidas contundentes, como Corea por ejemplo, han conseguido sobrevivir con una curva casi plana. Será que igual hay que tomar ejemplo. Pero ya no se habla de los que lo han hecho mejor, nuestro gobierno se quedaría con el culo al aire, es mejor hablar de los que están peor. Porque nuestro gobierno todavía habla de los que están peor, sin darse cuenta de que nosotros somos los que estamos no peor, lo siguiente. 
     ¿Será por todo esto que Europa nos vuelve la espalda?.....
     Por estás y otras cosas no acabamos de fiarnos de tanta rueda de prensa, de tanta declaración de intenciones, de tantas justificaciones absurdas. Porque en definitiva todo esto más parece un sálvese quien pueda, que una operación perfectamente orquestada. Confiemos que las medidas tomadas surtan  efecto y pronto podamos recuperar nuestra vida. Nunca mejor dicho...
       (continuará)
     

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lunes, 23 de marzo de 2020

Un día menos. Sentido común. Reflexiones de una guerra inesperada (2ª parte)

     Hoy me gustaría reflexionar sobre un tema muy comentado estos días a raíz del confinamiento por el coronavirus. Aunque mucho me temo que las personas, entre las que incluyo a los que dan las ordenes,  que no convivan con un perro no podrán entender. Porque hay cosas relativas a los perros que solo podemos entender quienes convivimos con ellos. 
     Algunos dicen que somos privilegiados porque podemos salir con ellos al acompañarlos a hacer sus caquitas, que no es salir a pasear, aunque nos desplacemos mas de 25 metros de casa. Quien entiende de animales sabe que los perros tienen que buscar su sitio a su gusto para hacer sus deposiciones. Pues bien, como ellos no entienden de coronavirus resulta que los sacas a la calle y no saben que tienen que hacer sus cosas en la misma puerta de casa, como vienen apercibiendo los que mandan ; y como su manera de entender es distinta tampoco se lo podemos explicar. Mi perra está educada para que, hasta que no llega a una zona de tierra, como el pipican o los caminos de las afueras del pueblo, no hace sus cosas. Por lo que en estos momentos lleva cuatro días sin hacer caca, solo hace pis. 
     

      Además en la urbanización donde vivo hay más de cien perros, por lo que si nos quedamos en la puerta con toda seguridad coincidimos con más de un vecino, mientras que si nos alejamos 150 metros esta posibilidad no existe y es mucho más seguro. Entiendo por sentido común que es más seguro alejarse esos 150 metros que quedarse en la puerta. pero claro ¿Quién ha dicho que todos tengamos el mismo sentido común?.
    Y a los que no lo entienden, les quiero decir que SÍ,  SOMOS PRIVILEGIADOS por tener a nuestro peludo como parte de la familia, pero lo somos ahora, lo somos desde que lo tenemos y seguiremos siéndolo cuando todo esto haya acabado. Y somos privilegiados aunque  se ponga  enfermo y tengamos que correr al veterinario, aunque  tenga  diarrea y tengamos que sacarlo a la calle  de madrugada en pleno invierno; aunque tengamos que privarnos de cosas necesarias para que a él no le falte un plato de comida cada día, o para pagar sus medicinas o la consulta al veterinario. Porque SÍ somos privilegiados todo el rato y con todas las consecuencias. 
    Y ahora también somos privilegiados, aunque salgamos a la calle con miedo, no solo por el coronavirus que sería lo normal, también con miedo porque no sabemos si los que controlan el orden van a entender que mi perra  que nunca ha cagado en el cemento, asfalto o en la acera porque se le ha educado así, por mucho que sea la normativa actual, está enfermando porque lleva tres días sin hacer sus deposiciones. Si tres, porque al principio del confinamiento yo la llevaba a una zona cercana con tierra (que ahora no dejan) . 
     Ayer sentí lástima y vergüenza al mismo tiempo porque saqué a mi perra y al ver que tampoco hacía su deposición, yo, que no suelo rezar, me vi rezando para que mi perra cagara. Cuando lo normal sería rezar para que pase esta pandemia.
     Y hago esta reflexión porque hay que hablar de todo.
     Mientras tanto seguimos descontando días, porque ya queda un día menos para que esto acabe.
(continuará)



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