viernes, 30 de noviembre de 2007

Solo mis manos (para quienes buscan sentido a su vida)





En una ciudad, cuyo nombre no importa, ocurrió lo que voy a contaros esta tarde.
Una niña se paseaba por las calles en busca de un poco de ….bueno no importa lo que buscaba, eso sería materia para otro cuento; el caso es que después de caminar toda la tarde, pasó por delante de una joyería en cuyo escaparate se exponía un extraño diamante que brillaba hasta el punto de cegarla.
Empujada por la curiosidad se aproximó para ver que era aquello y cuando estuvo cerca se maravilló de tal manera ,que se quedó como petrificada. Jamás había contemplado una piedra tan bonita, ella hubiera jurado que esas piedras solo se encuentran en los cuentos.
Desde el mismo momento en que lo vio se enamoró de él y deseó con todas sus fuerzas que aquel diamante le perteneciera algún día.Pero pasaban los días y por más que lo contemplaba no había manera de hacerse con él. Muchas veces se quedaba observándolo de lejos, sin que él se diera cuenta y veía cómo otras personas se le acercaban y lo admiraban, pero él permanecía impasible y quieto.
Mientras tanto en su interior ella se preguntaba a si misma qué haría con él, en caso de que pudiera obtenerlo algún día, y se veía en un futuro imaginario cuidándolo cuidadosamente, mimándolo, acariciándolo. Imaginaba que lo miraría todos los días para procurar que no le ocurriese nada.
No se cansaría de mirarlo porque el resplandor, que emanaba de él, sería para ella dicha suficiente mientras viviera. No pensaba que pudiera necesitar ninguna otra cosa más para ser feliz.
Pero…….un buen día cuando se aproximó hacia el escaparate comprobó aterrorizada que había desaparecido. No lo podía creer, pero no le quedó más remedio que resignarse ante la impotencia de poder conseguirlo algún día.
Claro, pensaba ella, ¡cómo iba a ser para ella una cosa tan bonita! Si no tenía ningún estuche apropiado para conservarlo; seguramente lo habría comprado alguna persona rica, ó lo habrían robado aquella noche, ó simplemente habría desaparecido.
¡Cómo iba a ser para ella aquella cosa tan bonita, si no tenía más que sus pequeñas manos para guardarlo!.
Aquella noche, después de llorar durante horas cayó profundamente dormida y soñó con aquella piedra, cómo se había caído sin que nadie se diera cuenta y se había roto en mil pedazos.
Entonces despertó y supo lo que había pasado. Corrió hacia la joyería, entró en su interior y miró hacia el suelo, el diamante todavía seguía allí, desparramado por el suelo. Se arrodilló y lentamente fue cogiendo los pedacitos uno a uno y los fue guardando en sus manos, intentando darles calor; los miró con ternura, los acarició y se los quedó mirando. ……entonces supo que eran sus manos el único estuche que aquel diamante había deseado silenciosamente cada día que pasó en aquel escaparte. Ahora estaba convertido en mil pedazos, pero a ella no le importaba. Porque en ningún momento dejaría de amarlo. Aunque estuviera roto en pedacitos, aunque se apagara su brillo.
Se lo llevaría con ella, lo cuidaría y lo mimaría hasta que sus pedazos volvieran a unirse y su brillo volviera a él. Se lo quedó mirando de nuevo…..¡ Jamás había visto cosa más bonita!





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jueves, 29 de noviembre de 2007

Un poema que me cautivó (autor: E.J. Malinowski)


AHORA



Ahora es el momento de hacer lo que más quieres.
No esperes al lunes, ni esperes a mañana.
Que no aumente ante tí la caravana
de sueños pisoteados. Ya no esperes.

No reprimas por miedo o cobardía.
No postergues la vida con más muerte,
y no esperes nada más de la suerte
que no hay más que tu tesón y tu energía.

Si tu sueño es hermoso dale forma
como esculpe el arroyo la ribera;
como el viento que vive y se transforma.

Y para que todo resulte a tu manera,
redacta para ti mismo tu norma
y convierte tu otoño en primavera.

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miércoles, 28 de noviembre de 2007

LLamada a la solidaridad

Ayer viajé desde Biescas a Zaragoza para hacer unos recados. El viaje de ida lo hice en autobús; salí de Biescas a las 7,35 dirección Sabiñánigo, donde debía enlazar con el autobús que me llevaría a Zaragoza, a las 9,30 llegaba a Huesca, donde subió al bús una mujer de treinta y dos años natural de Marruecos, pero nacionalizada en España; nos pusimos a charlar, por iniciativa suya, también tengo que decirlo. Aprendí algunas cosas de esta conversación, me contó cosas de su país, de su modo de vida, de su situación personal. Aquí quiero llegar, ella es una mujer en un proceso muy delicado de su vida y necesita urgentemente encontrar un trabajo, tiene disponibilidad, ya que no tiene cargas familiares y puede desplazarse a vivir a donde haga falta, con tal de trabajar. Le prometí que la ayudaría; en el establecimiento donde trabajo nos preguntan a menudo si conocemos personas que quieran trabajar, pero si alguno sabéis de algún trabajo para ella os agradecería que me escribieseis un correo para poneros en contacto. Ha trabajado recientemente en un vivero,pero no le importa realizar otros trabajos. Mi correo es scampodivi@hotmail.com . Os agradeceré vuestra solidaridad si entre todos le ayudamos. Gracias a todos.
Sofía Campo Diví.

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lunes, 26 de noviembre de 2007

Nieve en lo alto


Las cumbres del Pirineo están empezando a vestirse de blanco, como cada año por estas fechas, miramos a menudo hacia el cielo para ver si llega la esperada nieve. Miles de familias salen adelante gracias a la temporada de ski (que el año pasado fue algo mala) y muchas de ellas lo pasaron algo mal. Por eso, llegadas estas fechas, miramos hacia arriba, pero de momento parece ser que no nieva demasiado, aunque si que ha nevado en las cumbres, que ya es algo, porque el año pasado a estas alturas no había caído ni gota; las primeras nevadas cayeron al finales de Enero.


Las pistas quieren abrir pero de momento se tienen que conformar con seguir haciendo nieve artificial, pero tampoco hay mucha agua para hacer nieve, así que la cosa está un poco regular. El Pirineo es mágico con nieve o sin ella, así que esperemos que para el puente de la Constitución vengan muchos visitantes a recrearse con tantos paisajes y a disfrutar de la naturaleza. Os esperamos con los brazos abiertos.


Sofía campo Diví

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Como una partida de ping pong ó precampaña electoral



Parece ser que hoy comienza oficialmente la precampaña electoral, aunque todos sabemos que desde hace al menos dos meses ya nos estaban bombardeando con una precampaña de la precampaña que hoy se inaugura ¡que desastre!. No se si será mucho pedir a nuestros políticos, que intenten hacer una campaña madura e inteligente que no nos recuerde una partida de ping pong, por el continúo ir y venir de las pelotas descalificadoras que se lanzan unos y otros. ¿No se dan cuenta de que haciendo esto hacen que la política huela muy mal?
Yo pienso y llego a la conclusión de que quienes entran en este juego descalificatorio, lo hacen porque no tienen argumentos que defiendan sus políticas de partido. ¿porqué si no iban a perder el tiempo en descalificarse unos a otros, si tuvieran un buen programa al que dedicar todo su tiempo de campaña?. <--- No se porten como chiquillos, señores políticos, que el plano de la política de este país,parece un patio del recreo de un colegio, donde es frecuente oir frases como "yo soy el mas guapo, tu eres el mas imbécil,mi papá es policía, mi primo es mas grande y te va a zurrar,tu eres un mentiroso, tu no sabes pintar, mi ropa es mas guay". Al menos a mi me lo parece. Sería mejor que todos revisaran los fundamentos de su política y dejaran de discutir, que dan muy mala imagen personal y colectiva de sus partidos. Señores políticos, hagan una campaña de veracidad y no nos cuenten milongas que casi nunca cumplen. Los que gobiernan actualmente han tenido varios años para demostrar lo que eran capaces de hacer, ya ha sido suficiente; los que optan al poder, que se tranquilicen y presenten un buen programa realista, de objetivos posibles y no nos cuenten imposibles que nadie se cree a estas alturas. Yo por mi parte le votaré al partido que durante la campaña no haya descalificado al contrario, independientemente de su ideología (espero que exista algo así).

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domingo, 25 de noviembre de 2007

Impresionante





Pinchar en este enlace y si os gusta la opera quedareis impresionados, me he quedado sin palabras. Le deseo a Paul Potts mucha suerte, que lo hace genial. Seguro que es una labor de muchos años y mucho esfuerzo, que ha dado su fruto.

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sábado, 24 de noviembre de 2007

La bruja en la chimenea (Relato)


La casa, escondida en medio de unos pinos a la izquierda de aquel camino, parecía vacía y abandonada desde hacía tiempo. Durante los meses que soñé con aquel momento no imaginé que la encontraría en estado tan ruin y lamentable. La carretera para llegar a ella, con agujeros y socavones a ambos lados, hacía presagiar el estado del lugar a donde me dirigía. Como pude, atravesé las zarzas y los matorrales que se empeñaban en cerrarme el paso. Y cuanto más avanzaba, era más consciente de que quizá hacía mucho que nadie transitaba por aquel lugar. Pero como yo tenía poderosas razones para llegar allí, no abandoné mi tozudez y me dije a mí misma que no regresaría hasta que encontrara lo que había ido a buscar. A menudo me habían hablado de ella y eso había despertado en mí la curiosidad por conocer todos los detalles sobre su vida. Sin embargo nadie sabía lo suficiente, como para que pudiera hacerme a la idea de cómo fue en realidad. Así que me propuse investigar por mi cuenta y sacar mis propias conclusiones. Me dirigí hacia el lugar donde se supone que transcurrieron los últimos años de su vida. Lo único que sabía, porque me lo habían contado sus amigos, era que se trataba de una casa rodeada de viñedos y aislada, como a medio kilómetro, de un pueblo que se llamaba Eniza. Siguiendo las explicaciones, que las gentes del lugar me habían dado horas antes, llegué a lo que se supone que había sido su casa durante los últimos años. En efecto, la casa estaba rodeada de viñas que se conservaban en un estado lamentable y triste, dejadas de la mano de aquellos que debían haberlas cuidado, desde que ella falleciera. Cuando llegué estaba anocheciendo; pude contemplar la puesta de sol más impresionante que había visto nunca. El cielo rojizo, por los últimos rayos, estaba magnífico. Miré a mi alrededor, como queriendo absorber, igual que una esponja, todo aquello que tenía ante mis ojos. Comenzaba a refrescar, así que pensé que ya era hora de entrar en el interior de la vivienda. Abrí el portón de madera con gran esfuerzo, ya que estaba hinchado por la humedad. Apenas había terminado de entrar cuando me sobrecogió una extraña sensación; al encender la luz y contemplar todos aquellos objetos, creí sentir que había estado allí con anterioridad. Olía a madera húmeda. A menudo, no recordaba bien cuándo ni dónde, yo había sentido un olor parecido, pero lo achaqué todo a mi imaginación y no le di mayor importancia. La casa tenía dos plantas. En la baja estaba el salón, la cocina y un cuarto de aseo; en la superior había dos dormitorios pequeños, pero acogedores. Una minúscula escalera de caracol comunicaba ambas estancias. Entrando a la derecha había una enorme chimenea, que todavía conservaba restos en el fogón, y junto a ella, el atizador de fuego y algunos útiles de labranza. A continuación una mesita de madera con dos sillas, una vieja hamaca de roble que me pareció que se balanceaba con minúsculos movimientos, cuando pasé junto a ella; luego, la escalera de caracol y debajo el cuarto de aseo. Todo rodeado por muebles de caoba que, aunque se conservaban en mal estado, dejaban ver que en su día habían sido bonitos y elegantes, igual que un viejo tresillo que dormitaba, algo destartalado, en un hueco que había detrás de la puerta. En mitad de la sala, por llamarla de alguna manera, una estantería con algunos libros, novelas históricas la mayoría. Llamó mi atención uno, especialmente voluminoso, que trataba sobre la primera guerra mundial y que estaba totalmente subrayado; jalonado de notas, escritas con lapicero; más parecía un manuscrito que otra cosa. Después de ojearlo, lo dejé sobre la mesa para mirarlo detenidamente al día siguiente. Agotada por el viaje decidí que sería mejor descansar un poco, así que subí a uno de los dormitorios y me recosté sobre una de las camas. Debí quedarme dormida al instante porque no recuerdo nada más de aquella noche. En medio de la agitación de mis sueños, volvieron a aparecer aquellas mismas pesadillas que me atormentaban a menudo cuando era niña y aunque hacía tiempo que habían desaparecido, al visitar aquella casa, no entendía porqué, volvían a acosarme esas imágenes. «Una mujer hermosa viene a visitarme, me besa en la frente, la miro de reojo y tiene lágrimas en los ojos. Después alguien tira de mí con fuerza, lloro amargamente, se me llevan a rastras y dejo de verla. Vuelvo a mirar hacia atrás y de lejos veo la silueta de la casa y sobre el tejado la de una bruja de hierro sobre la chimenea». Este extraño sueño me había visitado durante cada noche cuando era niña y, por más que intenté que alguien me lo explicara, nunca me supieron dar una respuesta. Me decían que serían imaginaciones mías, que me olvidara, que ese sueño no quería decir nada, se trataba de un simple sueño nada más. Lo curioso era que, después de tanto tiempo, cuando ya creía enterrados los fantasmas del pasado, volviera a soñar con aquello. A la mañana siguiente me levanté con energía y fuerzas renovadas, para seguir con mi investigación. Hacía una bonita mañana. Abrí las enormes ventanas y los rayos de sol entraron en aquella habitación fría y sombría. Las viñas se agitaban por el suave viento, así que decidí salir al exterior y contemplarlas de cerca. Lo miré todo a mí alrededor, disfruté de lo que veía y, casi por inercia, respiré hondo. Abrí los brazos y giré sobre mí misma varias veces, como si se tratara de un rito, sintiendo el olor de los viñedos, dejando que la brisa acariciara mi cara. De pronto me pareció que no hacía aquello por primera vez. Y como si retumbara un extraño eco en mis oídos escuché las mismas palabras que escuchaba de niña a lo lejos «deja de dar vueltas, Ada, que terminarás cayendo». Yo estaba muy susceptible en aquella época, por mi reciente separación, así que no le di mayor importancia y seguí con mis pesquisas. Hice un recorrido por la finca y lo encontré todo bastante dejado de la mano de Dios. Las vides, medio resecas, parecía que llevaban años sin dar un fruto que valiera la pena. Tal era el estado de abandono que me sumí en una especie de tristeza porque, no cabía duda, de que aquella finca debió disfrutar de un gran momento de esplendor. Cuanto más miraba en torno mío, más sentía dentro de mí que me había sido arrebatado algo. No entendía la causa de esos sentimientos, pero me recreaba en ellos y, a pesar de todo, me sentía bien. Me sentía muy bien. Seguí caminando y encontré un pozo antiguo, con una polea medio rota y una cadena oxidada y ennegrecida. Junto a él, unos cubos llenos de agua podrida, seguramente de la lluvia caída los últimos meses, y algunos aperos para trabajar el campo. Hacía años que no veía un pozo de aquellos y guiada por un impulso irrefrenable, me asomé a su interior. En lo más hondo había objetos de todas las clases, hierros, maderas podridas, hojas secas y, como queriendo esconderse entre todos aquellos zarrios, una muñeca de trapo, corroída y rota. Sentí estremecerse algo dentro de mí. De niña solía jugar con una de aquellas muñecas. Giré de nuevo sobre mí misma y lo miré todo para no perderme ningún detalle. Los árboles, las vides, el pozo, las zarzas, aquella vieja muñeca de trapo. Cuando dirigí la mirada hacia la vieja casa y contemplé el tejado, vi una chimenea, que no tenía nada de especial, excepto que sobre ella había una bruja de hierro sentada con la escoba en alto. Como estaba anocheciendo a mi llegada no me había dado cuenta de aquel detalle que acababa de dejarme petrificada. Era la misma bruja de mis sueños de niña; no me lo podía creer. En aquel momento, me vino a la cabeza aquel libro que la víspera había llamado mi atención, sobre la primera guerra mundial, y, como si me sumergiera en mi pasado, recordé a una mujer, muy guapa y joven, a quien había visto leer, de niña, aquel mismo libro. Regresé a la casa corriendo y dirigiéndome a la estantería lo cogí de nuevo. Limpié el polvo que el paso del tiempo había acumulado sobre él, y acaricié sus tapas con ternura. En esta ocasión lo examiné detenidamente, con la certeza de que allí estaban las respuestas a todos mis interrogantes. Leí algunas notas manuscritas de los márgenes y quedé impresionada. Aquel no era un libro que se pudiera leer en unos minutos, ni siquiera en unos días, así que decidí llevarlo conmigo a París, donde vivía, para hacer un estudio detallado. Al cerrar las tapas para guardarlo en mi maleta, me di cuenta de que un papel asomaba por su canto inferior, tiré de él con cuidado para ver qué era y cual fue mi asombro cuando vi que se trataba de una fotografía. Era el retrato de una mujer que sostenía, sentada en su regazo, una niña de unos dos años. Sentí un extraño temblor en mi cuerpo y ríos de lágrimas empezaron a recorrer mi cara. Miré de nuevo aquella estancia y lo comprendí todo; me dirigí hacia la hamaca, que la víspera había sentido balancearse, abrazada a aquella fotografía, me senté en ella y mientras me mecía, en medio de una llantina incontrolada, comencé a tatarear unas extrañas notas musicales que había tatareado cientos de veces. Como si el pasado se volviera presente durante unos instantes, vi a la misma mujer de la fotografía meciéndome en aquella hamaca, mientras me tarareaba aquella misma música. Entonces comprendí que todas las historias que me habían contado sobre ella eran ciertas. Aunque nunca mencionaran que aquella mujer, cuya vida me habían contado, como si se tratara de una leyenda, era mi madre...

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viernes, 23 de noviembre de 2007

Oscuridad en la calle Mayor



Hace ya bastantes meses que vengo observando, con gran tristeza por mi parte, que algunas (bastantes) farolas de la calle Mayor de Biescas, no lucen como deberían, es decir, están apagadas, no sé si por avería, ya que unos días lucen y otros no, o por economizar. Pero yo le diría al excelentísimo que se preocupara más por este tema, ya que a los visitantes les sorprende tanta oscuridad. En cambio hay calles mucho menos transitadas, que tienen muchas mas farolas y todas encendidas. En la Calle Mayor, si no fuera por la iluminación de los establecimientos privados, estaríamos totalmente a oscuras. Señor alcalde, pongamos más luz donde hace falta que casi da miedo caminar por la calle, después de las seis de la tarde.

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jueves, 22 de noviembre de 2007

Una excursión a La Cuniacha






Casi de casualidad y después de llevar tres años viviendo a unos catorce kilómetros de la Cuniacha, ayer tuve la oportunidad de conocerla. A diez kilómetros de Biescas (dirección Formigal), se toma una carretera secundaria, la que lleva a Piedrafita de Jaca; a unos tres kilómetros y medio llegamos a Piedrafita y a pocos metros más, en un giro a la izquierda llegamos al parque de la Cuniacha.


Es un lugar situado en pleno monte, desde el que también puedes contemplar vistas maravillosas. El recorrido del Parque, que tiene unos cinco kilómetros, se realiza en una dos horas o dos horas y media (todo depende del tiempo que ocupes contemplando las maravillas de la naturaleza que hay allí). Hay animales tales como, renos, gamos, corzos, sarrios, bisontes, caballos, linces, etc y un sin fin de pájaros de diferentes especies y de especies vegetales poco vistas por otros parajes. No voy a contaros más, porque seguro que no le haría justicia, es mejor que vayáis a visitarlo y lo juzguéis por vosotros mismos. de verdad que vale la pena. En el título de esta entrada podéis ciclar y os veréis trasportados a la página web de la Cuniacha, para que vayáis haciendo boca. No os lo perdáis.

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lunes, 19 de noviembre de 2007

Mi última lectura






Acabo de leer "El niño con el pijama a rayas". Me habían hablado tan bien de él que, al leerlo, he sentido algo de decepción; quizá había puesto las expectativas demasiado altas. Suele ocurrir cuando te hablan muy bien de algo. El caso es que no me ha parecido tan excepcional. La lectura es interesante, algo ingenua y fácil y excepto por el desenlace se le podría clasificar como "apta para niños". En cualquier caso es una lectura recomendada para que no olvidemos los que ocurrió en los campos de concentración. Aunque ha idealizado un poco el tema y lo ha llevado al extremo en el desenlace. El autor ha querido trasmitir un mensaje y desde este punto de vista !prueba conseguida!.

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domingo, 18 de noviembre de 2007

Que prueben a predicar con el ejemplo

http://www.conferenciaepiscopal.es/Sostenimiento/anuncio.html

Hace unos días me sorprendió el spot publicitario que la conferencia episcopal ha publicado en pro del sostenimiento para la Iglesia Católica. Opino que la Iglesia no debería entrar en esta dinámica consumista de la publicidad y debería probar con otras herramientas que le son mas acordes, como por ejemplo predicar con el ejemplo. La vox populi es la que realmente funciona, cuando algo es bueno y merece la pena, lo que se trasmite de unos a otros.
En una ocasión a alguien que cuestionó la riqueza del Vaticano se le dijo que ello no solucionaría nada, que cada uno debe aportar su grano de arena para conseguir una riqueza mayor, y El Vaticano siguió conservando su riqueza. Creo que si que se solucionaría lo del sostenimiento de la Iglesia, si desde la jerarquía se renunciara a la riqueza, que por otra parte no es mas que alarde de ostentación. Está bien que cada cual ponga su grano de arena, pero que la Iglesia ponga el primer grano, es posible que así muchos más se lancen a poner los suyos.
De cualquier manera este spot me ha defraudado.

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sábado, 17 de noviembre de 2007

El alcohol y los adolescentes

http://www.publico.es/017840/94/adolescentes/asegura/comprar/alcohol

Hay mas control que hace unos años y sin embargo nuestros adolescentes siguen bebiendo, casi masivamente, Hay locales que les venden alcohol y cosas peores, hay estancos que les venden tabaco; hay supermercados que no ejercen ningún tipo de control a este respecto y los chavales entran y salen con sus botellas de Pacharán como si tal cosa. No es solo un tema de educación, es un tema social. Hay chicos en cuyas casas no se bebe y sin embargo ellos lo hacen. Tampoco podemos achacar todo al consumismo. Pero tampoco podemos rasgarnos las vestiduras; beber, se ha bebido en todas las épocas, solo que antes lo hacíamos a escondidas, ahora lo hacen abiertamente. Pero cuando tienes un hijo adolescente te haces innumerables preguntas que nadie responde. La impotencia se nos apodera y a veces ya solo nos queda, como única salida, decirle a nuestro hijo "al menos no bebas mucho"a sabiendas de que no va a hacernos caso. No sé lo que piensa el resto de la gente, pero me parece que nuestros chavales tienen asumida la cultura del alcohol, como un paso irremediable a la madurez ¿cómo conseguir rebatirles, si las palabras no les hacen nada?.

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viernes, 16 de noviembre de 2007

La Mirada "relato"


No sabía cómo ni porqué, pero el caso era que cada vez que subía por aquellas escaleras algo dentro de ella se estremecía. La vieja barandilla de madera enmohecida por el paso de los años, los escalones empinados, las paredes oscuras y resquebrajadas. Todo parecía quererle recordar aquel pasado efímero y fugaz. Y sin embargo, a pesar de la rapidez con que se desarrollaron los acontecimientos, ella los conservaba en su memoria como si acabaran de ocurrir.
El recuerdo de aquellas tardes solitarias y esporádicas le venía ahora a la mente, como si quisiera empeñarse en volver a vivir todo aquello. Pero ella, como nadie, sabía que aquellos días fueron irrepetibles y que, como tales, quedarían en el recuerdo, de donde sin duda no debían salir.
Sin embargo no podía evitar al recordar aquellos momentos, volver a sentir el aroma y la fragancia de aquellas horas inolvidables. Ella sabía que eran irrepetibles, y sin embargo una y otra vez se empeñaba en que permanecieran en su corazón , como si aquello, que le había ocurrido hacía tanto tiempo, fuera una especie de aliento que le empujaba a desear la vida con toda el ansia de que era capaz.
A veces se detenía a pensar y solo la mirada de aquellos ojos grabada en su mirada, le hacía estremecer y temblar como si fuera una colegiala. Y es que aquellos ojos profundos y penetrantes habían sido capaces de descubrir en ella una mujer nueva y diferente, cariñosa y sensible, enérgica y tenaz, suspicaz e inteligente.
Cuántas veces a lo largo de aquellos años amargos, ella había recordado aquellos ojos, ni divinos ni humanos, porque se deslizaban entre ambos negándose a definirse, por miedo a perder su mirada. Como la mirada de un dios del Olimpo, como la mirada de un cóndor, como tantas y tantas miradas de deseo y de ternura. Y sin embargo aquella había sido una mirada diferente. Nada que ella conociera se le parecía. Y cuando, tantos años después, ella seguía soñando con aquello, se preguntaba si seguiría mirando con aquellos ojos que un día la cautivaron y la hicieron su presa para siempre.
Cada vez que aquellas imágenes volvían a su recuerdo ella se volvía a preguntar qué pasaría si un día volviera a atreverse a subir por aquellas escaleras de madera, enmohecidas, resquebrajadas y viejas. Y como ellas, también se sentía enmohecida, resquebrajada y vieja. El solo hecho de pensar que, quizás aquella mirada le esperaba al final de aquellos peldaños de antaño, le producía tal emoción que sus ojos, convertidos en cataratas, dejaban de parecer ojos y su mirada, ahogada por aquellas lágrimas, dejaba de pertenecerle, para fundirse en el recuerdo con aquella otra que, aunque de manera efímera y fugaz, le perteneció durante unas cálidas horas.
(En recuerdo a los momentos mas felices de mi vida, fugaces, efímeros pero eternos en mi memoria)
Mª Sofía campo Diví

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jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Por qué no suenan las campanas?




Hace por lo menos una semana, que las campanas del pueblo donde vivo, Biescas(Huesca), no suenan. Se nota un extraño silencio por la ausencia de tan característico sonido. Yo me he acostumbrado ya(llevo tres años viviendo aquí) a no llevar reloj, porque las campanadas me recuerdan las horas, y ahora estoy todo el día perdida preguntando la hora.



He estado en el ayuntamiento y me han dicho que ya se ha avisado a los relojeros; por otro lado me han confirmado que estos relojeros tienen mucho trabajo y puede que tarden algo, y mientras tanto las campanas calladas, so se sabe por cuanto tiempo. Lo veraneantes que a veces se quejan e incluso han pedido que se paren las campanas, estarán contentos, pero ellos no saben que nuestras campanas nos acompañan en el silencio de la noche, en el frío invierno, en las horas bajas, en las alegres; en fin que son algo nuestro que forma parte de nuestra vida cotidiana. Por esto y por muchos motivos más, le pido, desde aquí, a los responsables que pongan pronto remedio a esta circunstancia. La gente de Biescas queremos oir de nuevo nuestras campanas.

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lunes, 12 de noviembre de 2007

En los límites (relato)




En los limites entre la realidad y los sueños, del consciente y el subconsciente, del día y la noche, del calor y el frío. Exactamente allí se ha desarrollado toda mi vida. He vivido a caballo entre ambos lados del espejo, unas veces aquí otras allá. Y en algunas ocasiones he llegado a confundir ambos lados, sin saber exactamente en cual de ellos me hallaba. No sabía si estaba despertando de un sueño y regresando a mi realidad, o me escapaba de la realidad para vivir una pesadilla. A veces me sentía tan bien que no quería despertar y en cambio en otras ocasiones intentaba despertar por todos los medios de aquellas horribles pesadillas y no podía. Y casi siempre me hubiera gustado que los sueños fueran realidad y que la realidad fuera una pesadilla.

Pero la vida está allí y ni los sueños se cumplen, dejarían de ser sueños, ni la realidad puede ignorarse, seríamos zombis si lo hiciéramos.

Una vida atemporal en cada momento porque nunca los momentos vividos se correspondían con los que me hubieran tocado vivir. Una madura infancia inhabitual en una niña de corta edad. Viviendo cada época a destiempo, como vivir mis cincuenta años a los siete, y mis dieciocho a los cincuenta. Es una extraña manera de vivir la vida, pero ha sido mi extraña manera de vivir, la que me ha convertido en la que soy y aunque no repetiría ninguna de mis etapas anteriores, no me arrepiento de ninguna de ellas, ni rectificaría nada de lo que hice, aún sabiendo que iba a sufrir las mismas consecuencias.
Con una pesada carga a mis espaldas he logrado sobrevivir y subir a la cima donde me encuentro y como cada vez estoy mas arriba la carga cada vez me pesa menos.
Con unos pocos buenos amigos, muchos sufrimientos y desencantos y algunas pequeñas alegrías he conseguido llegar a donde estoy y aunque he descubierto que la felicidad no existe he conseguido de alguna manera aprender a disfrutar de las pequeñas cosas, que casi siempre pasan desapercibidas, pero están allí para recordarte que la vida sigue.

Y ahora que todo me parece lejano, aunque lo veo entre neblina, comienzo a verlo con la claridad de los ojos, que miran más allá de lo material para descubrir la verdadera esencia de las cosas. Porque una de las cosas que me ha enseñado la vida es a mirar mas lejos de los colores, para descubrir la fuente del color, más lejos de los sonidos para encontrar la primera palabra, y mas lejos de las palabras para llegar al mas puro pensamiento, incluso mas lejos del pensamiento…mucho mas lejos, para encontrarse con uno mismo.

Comencé mi vida luchando, ya que casi muero nada mas nacer, y desde entonces no he parado de luchar. He tenido que batallar las mas nimia brizna de felicidad, el logro mas pequeño; cuando a otros se les ha regalado casi todo yo he tenido que hipotecar mi vida para conseguirlo. Pero no me lamento por ello. Cada cual debe vivir su vida sin mirar a los que tiene más pero tampoco a los que tienen menos. Cada uno es una experiencia sin repetición que no tiene parangón con nada que exista en otro lugar.

Por eso me he considerado siempre una mujer única, no por extraordinaria, sino porque me he querido conceder a mi misma el capricho de pensar que ninguna otra mujer podría ser jamás como yo, porque es imposible que otra haya vivido lo mismo que yo, haya sentido como yo, haya sufrido como yo y que sea capaz de mirar la vida, como la miro yo, de ver lo que yo veo, de escuchar lo que yo escucho y de sentir lo que yo siento en cada momento. Y sobre todo ninguna otra mujer ha podido ser capaz de entregarse y de amar como yo lo he hecho.

Quiero pensar que mi vida irrepetible ha sido tan densa que ninguna otra persona hubiera podido aguantar lo que he tenido que aguantar yo, no porque yo esté hecha de una materia diferente, sino porque la constancia y la tenacidad con que he vivido mi vida, no la he notado nunca en ninguna otra persona. Y a pesar de que en algunas ocasiones he pensado incluso en prescindir de mi vida, en estos momentos por nada del mundo renunciaría a ella.

Siofía Campo Diví

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domingo, 11 de noviembre de 2007

Un espacio triste y frío....



Hoy he asitido al funeral de la querida Encarna, en el cementerio de Zaragoza. Los cementerios son fríos en general y éste, esta mañana era frío en extremo; la razón: que iba a quedarse con una persona que aprecio mucho. Pero tambien hay otras razones, que no escapan a la sensibilidad humana. La capilla donde se aficiado la Misa era especialmente gélida, como única ornamentación, un crucifijo pequeñito, a la derecha, y un cuadro a la izquierda de una Virgen con el Niño en brazos. Las paredes peladas, pálidas, enormes, frías, te invitaban a salir corriendo. La capilla parecía una antesala de la muerte que más que a rezar te invitaba al desasosiego. Ya podían los frailes esforzarse un poco más y dar un poco más de calor a un momento tan triste.

Cuando he entrado a la capilla, el fraile ya estaba esperando, sentado en una silla tras el altar, como si esperara el primer funeral, el segundo ó el tercero, de una lista interminable de funerales en serie. Me ha dado pena, la falta de tacto del mosen. Para acabarla de rendodear,la homilía, también fabricada en serie (según un modelo seguramente preestablecido) que para nada se merecía Encarna. Se podían haber dicho tantas cosas maravillosa de esta mujer "chapeau", con un poco de preparación, de esfuerzo, de sentimiento. Pero se le ha pronunciado una homilía que ni le iba ni le venía, la misma seguramente que le iban a pronunciar al muerto siguiente. ¡que pena!.

Cuando a mí me llegue la hora, no quiero entrar en esa sala vacía, triste y fría. No quiero homilía sin sentimientos. Quiero que me incineren y esparzan mis cenizas por el Pirineo, rodeada de mis amigos y familiares y que cada cual diga lo que sienta, fuera de cánones establecidos, fríos y tristes. Encarna se merecía algo mejor para el día de su despedida ¿verdad?...

Sofía Campo diví

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sábado, 10 de noviembre de 2007

Azul del Mar


Había pasado largas horas contemplando el azul del mar deslizarse por las playas de aquella Costa imaginaria con la que había soñado desde que era niña. Aquel azul intenso parecía juntarse con el fuego del crepúsculo con tal perfección y armonía que ella hubiera dicho que aquella estampa soñada, era real.
Aquella playa solitaria, aquella arena húmeda y cálida, el rumor de las olas, el suave roce de la brisa fresca, y por encima de todo, el silencio de aquella noche callada. Y el mismo silencio callaba, la brisa contenía el aliento, aquel fuego se apagaba mientras las estrellas tomaban posesión de sus dominios. ¡¡¡ callaos ¡!! Parece que decían. Y todo se volvía silencio para que ella pudiera escucharle…solo ella….
Y se quedaba quieta, tremendamente quieta, callada, con los oídos atentos y la mirada agachada, contemplando la arena tibia; y mientras tanto tejía surcos con sus manos para dejar pasar el agua…pero el agua no pasaba.



Y todo parecía tan real, que ella misma que lo estaba soñando…dudaba. Parecía que el mar se quedaba dormido, tímidas olas, guardianas de la noche…y de la esperanza; tímida brisa, que temía rozar su cara; tímidos pensamientos que miraban de reojo mientras ella…cavilaba. Y en definitiva, tímido reflejo de la luna entre las olas, que parecía que escapaba…para no despertarla.
Y porque sabía que había inventado ese sueño, que si no, pensaría que era real, que no estaba soñando.
“Casi no quedan luces encendidas en aquella noche cálida. El mar está en calma. La luna observa. La noche escapa. La brisa se esconde más allá de las olas. El azul del cielo se ha vuelto negro. Y el rojo del atardecer, cenizas. Todo está quieto.
Y….porque sabe que ha inventado ese sueño, que si no pensaría que era cierto. Se ha quedado sentada en mitad de la playa, parece dormida, pero vigila. Está cerrando los ojos, abriendo el alma. Y cuando mas quieta parece, siente que su mano le acaricia las mejillas, le recorre la silueta, despacico, lentamente que si no, se despierta.
Poco a poco se va haciendo de día. Y es entonces cuando ella…..se ha quedado dormida. Que real parece su sueño, que si no supiera que lo ha inventado , pensaría ...que eran ciertas ……..sus caricias…………..”
Había pasado largas horas contemplando la oscuridad de la noche
Deslizarse por aquella playa. Se había filtrado entre sus sueños solo para sentir cómo la brisa le rozaba la cara. Y al final hubiera querido que aquel sueño fuera realidad y que su realidad se volviera un sueño ….Se puso en pié y comenzó a caminar descalza , dejando profundas huellas en la arena, las mismas huellas que ella llevaba grabadas en el alma…………………….
Sofía Campo Diví


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Hasta siempre, Encarna




Te has ido de nuestro lado, Encarna, sin hacer ruido; como tú eras, una mujer discreta, afable y caritativa. En el silencio de la mañana, tu vida se ha resquebrajado y tan rota estabas por dentro, que no se ha podido hacer nada por salvarte. De repente, sin esperarlo, de la noche a la mañana, con el silencio del nuevo día, que llega poco a poco; con el silencio de tu discreción, sin decir palabra, sin molestar, sin quejarte
.

Te has ido de nuestro lado, sin despedirte, sin esperarlo, sin desearlo, pero la vida es así; viene con la alegría y se va sembrando lágrimas. Y tú, que te has tragado tantas lágrimas, con tu marcha nos dejas sumidos en una enorme tristeza.
Te has ido con la discreción del que no se despide, para no llamar la atención. Te has ido poco a poco, como si marcharas de puntillas temiendo hacernos daño. Pero te has ido para siempre dejando un vacío tras de ti, porque eras una mujer de las que dejan huella, a pesar de querer pasar desapercibida, precisamente por eso.
Será muy difícil que llenemos el vacío que queda tras de ti, un enorme vacío.
Eras una señora, en cada momento sabías estar, con elegancia, con estilo y con bondad, sobre todo con bondad. Te vamos a echar de menos, porque desde la sencillez de tu vida cotidiana te has convertido en una gran mujer y mejor persona. Hasta siempre, Encarna.

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viernes, 9 de noviembre de 2007

Una visita que merece la pena






Acabo de entrar en el blog de alas de plomo y me ha impresionado lo que he visto. Os invito a entrar y juzgar por vosotros mismos. Va sobre al maltrato femenino.

http://alasdeplomo.com/

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jueves, 8 de noviembre de 2007

Tarde de Verano (Poema)




Ya había ardido el campo
y el agua de los pozos
huía tierra adentro
dejándose olvidadas las sortijas,
mirándose al frescor de los espejos.

Por las calles el tiempo
se ceñía a la cal aguardando la noche,
y sólo en torno de los pinos
el aire era aire inquieto
cuando cruzaba el tren, veloz, al sur,
al sur de los poetas,
al sur del mar del sur.
La muerte estaba lejos.

En el patio desierto
las avispas exactas y aburridas,
tiralíneas aéreos,
trazaban un mondrián interminable
sobre el verde callado de la alberca
como insistentes delineantes tercos.

Por los libros abiertos se veía la tarde.
No sabían los labios cuánto dura el invierno.
( autor:Olmoviejo)

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lunes, 5 de noviembre de 2007

Vaho en los cristales (relato)

"Anoche, mientras escuchaba la radio, decidí que debía dar un giro a mi vida. . Cuando me he despertado esta mañana, las palabras del periodista seguían retumbando en mis oídos, recordándome mi decisión. He caminado descalza por el salón durante unos segundos y me he dirigido a la ventana. Mi respiración entrecortada ha dibujado un pequeño cerco en los cristales. He mirado a través del vaho y he visto miles de escenas entremezcladas de lo que ha sido mi vida.
Mientras unas minúsculas lágrimas recorrían mi cara, he vuelto a escuchar las palabras del periodista y me he reafirmado en mi decisión. Seguir un minuto mas en aquella situación, no haría sino agravar mi vida un poco más, un poco más al día siguiente y así hasta que pasara un mes y un año….y… una vida. Y al final de mi vida me sentiría insatisfecha, vacía….sola.
Me he preguntado porqué, sabiendo que no había respuesta. Aunque hacía frío he abierto la ventana y he respirado hondo. El viento gélido me parecía una brisa agradable. He cerrado los ojos y he permanecido así durante unos instantes. El griterío de unos niños que jugaban, me ha devuelto a la realidad. Lo he recorrido todo con la mirada, como cuando te despides de algo. Cada objeto me sugería un momento de mi vida, de esa vida vacía que me encontraría dentro de ¡quien sabe cuantos años! He tragado saliva para darme valor y un nudo se me ha apoderado del estómago, hasta el punto de retorcerme de dolor. Me he rodeado con los brazos y me he dicho-¡ahora o nunca!- He mirado hacia abajo y un mundo minúsculo bullía en un ir y venir de cientos de personas, que apenas podía distinguir. Las lágrimas seguían recorriendo mi cara; me temblaban las manos que, con movimientos inciertos, me animaban a seguir adelante.
Así que, cuando leáis este mensaje mañana o pasado mañana ¡cómo saber cuándo me echaréis en falta!, no quiero que lloréis mi ausencia, ni intentéis haceros preguntas que no tienen respuesta. Las circunstancias son las que mandan en la vida y ya no puedo más con las mías.
Esta mañana hacía frío y cuando he querido regresar de mis pensamientos, tenía el cuerpo como un carámbano; así que he cerrado la ventana, me he dirigido al dormitorio y he cogido el abrigo y mi bolso de mano. No quiero llevar conmigo nada que me recuerde el pasado. Ignoro todavía donde iré; tomaré algún tren que me lleve muy lejos y cuando esté preparada para regresar, si consigo encontrarme a mi misma, volveréis a verme…..”


Sofía Campo Diví

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sábado, 3 de noviembre de 2007

Bienvenidos al Pirineo



El Puente de Todos los Santos (para los que han tenido puente, claro) ha vestido el Pirineo con un nuevo color. Han venido miles de personas a visitarnos. El tiempo estupendo del que estamos disfrutando nos da a todos alegría. El sol radiante, las agradables temperaturas. Todo es fantástico.

Yo tengo la suerte de vivir en el Pirineo, a donde viene hace tres años. Y desde Biescas les doy la mas calurosa bienvenida a todos los que nos visitan estos días. ¡Feliz Puente!

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