Patinando una vez más

El día de ayer se sucedieron una serie de ventiscas que dejaron este pueblo lleno de nieve, hielo y mucho frío, menos mal que a ratos salía el sol y deshacía las placas del helado elemento que lo jalonaban todo. Esta mañana más de lo mismo, el ambiente sigue helado y las placas resbaladizas se suceden por las calles, esperando que el sol acuda en su auxilio y las derrita por completo. Porque ha de ser el sol quien realice esta tarea, ya que la única persona de guardia al efecto debe ocuparse de toda la mancomunidad y hay sitios en peores circunstancias que requieren su ayuda, bastante hace, quien quiera que sea que le haya tocado guardia este fin de semana.
Y sigo pensando que en un sitio que vive de la nieve y del turismo no deberían darse estas circunstancias, que cada vez que cae un poco de nieve todos patinamos por las calles y los coches derrapan por la calzada, con el consiguiente peligro para los ciudadanos.

Sería más razonable que, antes de emprender obras que podrían esperar, se solucionaran los problemas de primera necesidad que hay en el pueblo, pero, claro, es difícil que en un pueblo , cuyo jefe del consistorio no vive en él, se sepa cual es la problemática que lo rodea.

Las calles son un peligro para la gente mayor, que no se atreve a salir de sus casas por miedo a caer y partirse una pierna.
Un día alguien me comentó en el blog que cogiera yo una pala y limpiara mi trozo de calle, pero yo creo (además de que no tengo una pala en mi piso) que el pago de unos impuestos (en algunos casos abusivos) genera unos derechos y que cada cual tiene que hacer su trabajo. Antaño se hacía así, cuando no existían impuestos probablemente, pero antaño nuestros ancestros también se iluminaban con velas y ahora lo hacemos con luz eléctrica. Ante una situación extraordinaria los ciudadanos nos podemos volcar y salir a echar una mano a la calle, pero no es competencia del ciudadano la solución de problemas de la vida cotidiana, que deberían solucionar quienes gobiernan, que cobran mucho por hacerlo y no se les luce demasiado.

Mientras tanto tendremos que seguir patinando por las calles que todas sin excepción están congeladas, las de climatología normal y las afectadas por la inversión térmica, que siguen heladas como las demás.

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Adiós a mis pinchos (pelopincho)

Y sigue nevando. Esta mañana estaba nublado, y me he dispuesto a ir a la peluquería, que tenía hora para las diez. Todavía no nevaba. Me han atendido en la pelu nada más llegar y veinte minutos más tarde salía a la calle, para entonces llevaba nevando unos diez minutos. La nevada era intensa y, claro, mi paraguas en casa, así que me he tenido que poner la capucha de la cazadora y la obra maestra de la peluquera se ha ido al traste. En fin,¡qué le vamos a hacer!. Todos mis pinchos se han chafado y aunque en casa he intentado recolocarlos, no han quedado tan bien.

¡Lo siento Marta, otra vez cogeré el paraguas!.Lo prometo.

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