Nunca hasta ahora me había dado cuenta de la cantidad de hipocresía que nos rodea a menudo. O si no mira a tu alrededor y saca tus propias conclusiones. Gente que te saludaba con cortesía e incluso te sonreía, toman una actitud diferente ante ti cuando la vida los pone a prueba. Esas miradas cómplices se convierten en dagas que se clavan en tus espaldas, esas sonrisas forzadas se vuelven balas que te taladran, y esas palabras de cortesía son como dardos envenenados que pretenden acabar contigo.
Esa multitud hipócrita no advierte que un día esas dagas se volverán contra ellos, esas balas reventarán en sus manos y esos dardos envenenados les aguijonearán hasta terminar con sus vidas.
Qué fútiles son a veces los comportamientos de las personas que te muestran hipócritamente un lado de su cara, sin darse cuenta de que están a punto de quedarse con el culo al aire.
1 comentario:
Muy buenooo!!!!!!
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