Emulando a García Lorca " hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas..." porque el otoño es triste, la estación funesta. La estación que cobija las ilusiones para deshacerlas más tarde. La estación del manotazo cruel, la estación de la bestia. Con el otoño caen mucho más que simples hojas secas....
Pero el otoño, curiosamente, es cuando más bonito se ve el Pirineo, vistiéndose de variados tonos marrones, naranjas y amarillentos, mezclándose con el verde perenne de los bosques más escondidos. Escondidos como los temblores de las estrellas, que solo son perceptibles desde los sentimientos más profundos.
Vago temblor de estrellas llenas de la nostalgia de lo que no volverá, de los días acabados, de las compañías perdidas, de los sueños olvidados. Llega el momento de perderse en el infinito, convertirse en un punto, solo un punto que solo puedan ver unos pocos, tan pocos que más bien sean nadie.
Ha llovido durante horas, casi toda la noche y yo no podía evitar pensar en las hojas amarillas a punto de caer al suelo. Es curioso el amarillo es el color de la plenitud, del infinito, pero también es el color de la decrepitud, de la muerte.....mueren las hojas, mueren las flores, mueren las mariposas....mientras, me quedo pensando qué voy a hacer con las estrellas.....esas que tiemblan tanto, que me producen escalofríos, amargo llanto, pensamientos amarillos....y decido que me callo......mejor me callo......
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