Cuando entró en la habitación , no se imaginaba que todo ocurriría tan deprisa. Se quitó los pantalones, como si le fuera la vida en ello, tal era su ansia, que le vino justo para controlarla a tiempo. Se dejó atrapar por una sensación tan placentera ,que, llegó incluso a enmudecer cuando le sobrevino un clímax casi perfecto ¡Qué instantes tan maravillosos! Pensó, mientras se regocijaba con lo que acababa de pasar. Hacía mucho que no se sentía tan pleno, tanto como si hubiera sido agasajado con cientos de placeres prohibidos. Pensó en lo ocurrido, sintiéndose despojado de una parte de si mismo, luego desenrolló el papel higiénico y terminó tirando con fuerza de la cadena del inodoro. Miró en su interior y no pudo resistirse a observar los pequeños trazos marrones sobre la loza, que desaparecieron irremediablemente arrastrados por la fuerza del agua.
viernes, 28 de septiembre de 2012
Clímax Perfecto
Cuando entró en la habitación , no se imaginaba que todo ocurriría tan deprisa. Se quitó los pantalones, como si le fuera la vida en ello, tal era su ansia, que le vino justo para controlarla a tiempo. Se dejó atrapar por una sensación tan placentera ,que, llegó incluso a enmudecer cuando le sobrevino un clímax casi perfecto ¡Qué instantes tan maravillosos! Pensó, mientras se regocijaba con lo que acababa de pasar. Hacía mucho que no se sentía tan pleno, tanto como si hubiera sido agasajado con cientos de placeres prohibidos. Pensó en lo ocurrido, sintiéndose despojado de una parte de si mismo, luego desenrolló el papel higiénico y terminó tirando con fuerza de la cadena del inodoro. Miró en su interior y no pudo resistirse a observar los pequeños trazos marrones sobre la loza, que desaparecieron irremediablemente arrastrados por la fuerza del agua.
Publicado por Sofía Campo Diví en 10:56
Etiquetas: literatura, microrrelato
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario