Dicen y puede que sea cierto que cada nuevo día es el primero del resto de nuestra vida. Aunque claro también dicen que el tranvía solo pasa una vez. La primera frase me convence pero con la segunda estoy totalmente en desacuerdo. Si el tranvía solo pasara una vez los que hemos vivido de segundas, terceras, cuartas, infinitas oportunidades, estaríamos muertos hace mucho.
El que inventó la frase del tranvía seguramente había vivido poco o con poca intensidad, o por el contrario había sido tan feliz que no entendía otra vida diferente a la que había vivido ¡Quién sabe!
Si la segunda frase fuera cierta la primera no sería verdad. Si la segunda fuera cierta no existirían los retos, el espíritu de superación ni la evolución de uno mismo. Por eso cada día es el primero del resto de lo que nos queda.
Nunca hay que dar todo por conseguido porque no hay metas definitivas, quizá metas volantes que atravesamos a veces sin darnos cuenta.
Hoy estás aquí, mañana allá, pasado mañana ¡Quién lo sabe! La cuestión es caminar siempre hacia delante en busca de nuevos proyectos, nuevas ilusiones. Porque si nos quedamos quietos ¿Como van a cumplirse nuestros sueños? Al destino hay que darle ideas y marcarle las pistas. En otras palabras, hay que buscarlo......Por eso he cambiado las ardillas por las gaviotas, bueno por las gaviotas y las mandarinas......
(Reflexión de un martes cualquiera)
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