sábado, 25 de noviembre de 2017

Seis años desde que te rompiste.

Ha vuelto a llegar el 25 de noviembre, han pasado seis años ya de aquella triste madrugada, cuando se rompió nuestro futuro juntos. Estos años han pasado tan rápidos y han sucedido tantas cosas que no he terminado de asumir que no estás, que jamás volverás a estar, que no volverás a poner tu mano sobre mi hombro, ni te sentarás a mi lado en el sofá, ni me gastarás bromas, ni pasearás a mi lado, ni me mirarás con esos ojos penetrantes. Ni me entenderás como me entendías. 
Lo he vuelto a hacer. He  empezado a vivir deprisa para no sentir la ausencia, para no dejarme llevar por la soledad, para no tener tiempo de mirar tu fotografía. Quizá debería ser valiente y tendría que  esconderla en un cajón, donde nunca la viera. No puedo hacerlo todavía.

A menudo recuerdo cosas que me decías, sobre todo recuerdo aquella frase que tanto repetías "de mayor quiero ser feliz". Tú no llegaste a mayor. La vida quiso que no lo hicieras. Sin embargo tus palabras siguen resonando en mis oídos seis años después.
Ese ha sido tu legado, la sencillez de tus argumentos, la pequeñez de tus ilusiones, tu capacidad de escuchar, tu empatía. Nadie como tú sabía valorar lo que tenía alrededor y disfrutar con los pequeños detalles. Nadie como tú sabía valorar a las personas, nadie como tú me valoró a mí y me dio alas para llegar lejos.
Pero hace seis años se rompieron mis alas de volar, el mismo día que se rompió tu vida en mil pedazos. Mi vida ha seguido otro rumbo desde entonces, pero ya no es lo mismo. Porque sigo sin saber cómo olvidarte, quizá es que no quiero, quizá es que te sigo echando de menos. 

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