sábado, 30 de diciembre de 2017

¡Buenas botas para 2018!

Esto de la vida es como los montes. Detrás de un monte hay otro monte igual que el anterior. Solía decirlo mi padre, cuando íbamos al pico de Collarada en el pirineo oscense. Cuando parecía que estábamos a punto de llegar, se asomaba otra loma más entre nosotros y nuestro destino. 


Y lo mismo que en aquellas excursiones, de cuestas empinadas y crueles pedrizas, que hacían que te resbalaras y cada tres pasos que avanzabas retrocedías dos, exactamente lo mismo ocurre con la vida. Y año tras año nos deseamos lo mejor y aventuramos un próximo año de bienestar y felicidad a los demás. Pero como cada año, las pedrizas o pedregales de la vida nos dan más de lo mismo. Cuestas empinadas y barrancos sin explorar, por donde deberemos caminar irremediablemente. 
Pidamos al Nuevo Año esta vez, por lo  menos botas para hacer más llevadero nuestro camino y alguna cuerda  de escalada, por si volvemos a  toparnos con alguna pared intransitable, sin senda ni vereda y tenemos que hacer uso de ella.

No vaya a pasar como el año que ha terminado, que por no llevar la soga preparada, no hemos podido subir esa pared que el nuevo año venturoso  nos deseó con todas las ganas el año pasado.
Ya que la vida quiere jugar, juguemos. 
Buenas botas para 2018 para todos los que me seguís.  

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