El 23 de marzo cumpliría 61 años, pero como sabéis se marchó con 53 y yo aunque no soy dada a celebrar fechas, hoy me ha dado por escribir, mientras escucho a Rod Stewart, y he visto en el reloj del escritorio del ordenador que mañana estamos a 23. El subconsciente me ha traicionado, porque la música de Rod Stewart nos acompañó muchos momentos e inconscientemente algo dentro de mí me ha impulsado a encender el ordenador y buscar el repertorio en la carpeta de música. No es lo mismo porque él ya no está y una parte de mi no ha superado que así sea, por eso de vez en cuando vuelvo a escuchar nuestras canciones mientras le añoro acariciando su fotografía.
Pero como a él no le gustaban los dramas no me voy a poner dramática. Pero quería recordarle en este su no cumpleaños reviviendo esos momentos tan felices que compartimos, gracias a los que sigo en pie todavía; cuando por primera vez me invitó a cenar patatas con huevo frito y después nos dimos un baño a la luz de la luna, a pesar de que era junio y en el Pirineo hace fresquito todavía; cuando nos acorralaron unas vacas en el puerto de Biescas porque nos confundieron con los que les llevaban sal; cuando un mes de febrero se empeñó en que subiéramos al monte con el lada y nos quedamos atascados en la nieve, él en lugar de preocuparse abrió el capó del vehículo y sacó una botella de cava y dos copas, me había preparado esa bonita sorpresa; cuando en vacaciones recorrimos toda la costa española; cuando disfrutábamos mientras trabajábamos, porque mira que lo pasábamos bien; cuando me animaba a escribir; cuando me dio la rosa el día de nuestra boda. Hay tantos "cuandos" que no terminaría en un día entero.
Él era así y así le recuerdo. Así le sigo echando de menos, aunque pase el tiempo, porque la huella que dejó en mí no se borrará nunca. Y mientras le "no felicito" por su "no cumpleaños" de nuevo vuelvo a tararear nuestra canción en un "no cumpleaños más"
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