martes, 31 de marzo de 2020

Lo que vendrá. Reflexiones de una guerra inesperada. (Cuarta parte)

       Hace unos días leí en alguna parte que toda esta crisis nos iba a cambiar. Y sin duda que lo hará, pero lo malo es que no todos cambiaremos en la misma medida ni en la misma dirección. Porque a la vista de cosas que están pasando no tengo claro que vayamos a ir a mejor. 
       Hay gente que se está aprovechando de esta situación; por ejemplo los que difunden bulos que te llevan a una página que les reporta beneficios; los que lanzan virus informáticos con el único propósito de sembrar el caos; los que están aprovechando para subir precios de primera necesidad, como algunos supermercados; los que en definitiva aprovechan para obtener beneficios. Yo no veo ninguna necesidad de que suban precios, siendo que los super están vendiendo más que nunca. El precio del alcohol se ha disparado porque con alcohol, agua oxigenada y glicerina se puede hacer hidroalcohol casero, mucho más barato que el que están vendiendo (cuando hay) en farmacias y supermercados. Cien mililitros de hidroalcohol en la farmacia me costaron tres euros con sesenta céntimos, por poner un ejemplo. Quiero aclarar que cuando hablo de farmacias y supermercados no me refiero  a que sean ellos los causantes de esa subida, porque todos sabemos que son los laboratorios, los proveedores y los distribuidores quienes están subiendo los precios (como siempre)
       Toda la gente que se está aprovechando, no creo que cuando esto termine se vuelvan buenas personas. Por eso digo que sí, que cambiaremos porque no nos quedará otro remedio pero el mundo seguirá siendo mundo. Cambiaremos en la medida que nos veamos obligados para superar lo que viene detrás. Porque sí podremos decir que habrá pasado lo malo pero quedará lo peor. Y sin ser alarmistas pero objetivos todos lo vemos venir. 
       Lo vemos venir porque cuando esto acabe nos daremos cuenta de las consecuencias de las mentiras del gobierno, que, a pesar de que se ha cansado de decir que no se iba a quedar nadie atrás, mucha gente se está quedando. Y si no se lo preguntáis a todas las personas, muchas, que a pesar de lo que prometió el gobierno, se ha quedado sin prestación de desempleo; y si no se lo preguntáis a todas las pequeñas empresas que no se han podido acoger a un erte y seguramente tendrán que echar la persiana. Y si no se lo preguntáis a los pensionistas que van a tener que ayudar a sus hijos en paro, como ya pasó con la anterior crisis, aunque muchos de ellos ya no estarán porque, aunque teníamos la mejor sanidad del mundo, no los pudieron conectar a un respirador porque no había para todos. 
(continuará)

1 comentario:

unjubilado dijo...

Estos días he recibido muchos correos, dos de ellos sin llegar a abrirlos, he visto en el encabezamiento que me pedían el número de cuenta y el pin, ¿sabrán que son un viejecito y tratan de dejarme la cuenta a cero?
En cuanto a alcohol, lejía o gel, no hay en el súper (Mercadona) que voy, ni en mi farmacia habitual nada disponible.
Así que cuando salgo una vez a la semana con coche a por comida trato de seguir a rajatabla las recomendaciones, guantes, te los dan en Mercadona para poder entrar, pago con tarjeta de contacto, el aforo del súper es limitado, 50 personas, todos los dependientes con mascarillas y guantes, y hasta que no sale uno no entra otro. A los mayores nos dan prioridad dejándonos entrar los primeros.
Cuídate mucho.
Un saludo.