Hoy es un día triste, muy triste. Hace apenas dos horas que he sabido que nos ha dejado María Dolores, una amiga de Biescas a la que apreciaba mucho. Compartimos buenos momentos que ahora me vienen a la mente como si fuera una cascada desbocada que no puedo contener.
María dolores era una buena mujer y excelente persona, que gracias a su sentido positivo superó muchas dificultades en esta vida. Lo que más me maravillaba de ella era su sentido del humor, tan magnífico y gratificante. Siempre dispuesta a recitarte una poesía, a contarte una anécdota, a pasear por las calles del pueblo. Calles que recorrí a menudo en su compañía cuando salíamos a pasear o a tomarnos unas cañitas.
Pero lo que más le gustaba era contarte historias, entrañables historias de los que habían vivido con ella y de ella misma. Sabía sacarte una sonrisa y a veces una carcajada. Compensaba así los malos ratos de la vida.
Se ha ido en unas circunstancias duras, en medio de una pandemia que no ha permitido a sus hijos despedirse de ella. Me pongo en su lugar y se me pone la piel de gallina a la vez que siento una enorme rabia por dentro. Porque aunque saben que ella sigue con ellos tienen que estar pasándolo muy mal. Ella sigue a su lado, seguro. Más cerca que nunca.
Desde este blog quiero mandar un abrazo especial y fuerte para sus hijos, nietos y toda la familia.
Seguro que ya está con los mejores.
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