El ser humano es el ser más complicado que puedes encontrar. Será por eso que cuando cree que lo sabe todo se da cuenta de lo poco que sabe; será por eso que después de vivir una vida pensando que era de una manera, a los cincuenta y muchos puede darse cuenta de que ha vivido en un mundo irreal, que la realidad era como la veían los otros.
Porque sí, es posible descubrir un día que has vivido toda la vida confundido; que la vida no era como tu la sentías, sino como la sentían los demás; que donde tú ponías amor, otros ponían egoísmo; que tu paciencia era soberbia vista desde fuera; que tu creías que todos eran sinceros pero no lo eran. En definitiva que caminaban por el mismo camino que tú sintiendo en los zapatos las mismas piedras, en el rostro la misma lluvia; en el corazón los mismos buenos sentimientos. Pero te equivocabas.
Te decías a tí misma que no era posible que hubieras estado tan ciega. El mundo se te puso del revés, como un calcetín atrapado. Tu vida cambió de repente aquel día que descubriste que no era como tu creías.
Solo con una frase; solo con una actitud; solo con una mirada; solo con un reproche que nunca debieron existir si la vida hubiera sido como tu creías.
Y como el que no quiere la cosa, te pusiste los calcetines gordos y te calzaste las botas de caminar y emprendiste tu camino en busca de esa porción de vida que creías merecer. No fue fácil, no fue simple, pero valió la pena.
(Bueno, eso os lo contaré dentro de veinte años si vivo)
1 comentario:
Demasiadas veces, uno vive una vida que no es la suya. Vas engullendon circunstancias que te taponan el alma. Y siempre sueñas con volar. Volar, incluso, de ti.
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