miércoles, 6 de abril de 2022

Los que el gobierno no iba a dejar atrás.

      A la vista de las últimas noticias parece ser que éste sigue siendo un país de despropósitos. Nuestro gobierno nos tiene bien acostumbrados a ellos. Primero fue la gestión de la pandemia, atiborrada de normas y restricciones que no han servido de mucho. Parecía que con la implantación de las mascarillas todo se iba a solucionar, pero fue al contrario, no solo no frenaron la propagación sino que a partir de ese momento tuvimos que pasar por oleadas mucho más peligrosas. Y si no mirad las zonas donde no han habido tantas restricciones y veréis que no lo han pasado peor que nosotros. Ahora se han relajado las medidas y ya no tenemos obligación de usarlas al aire libre, en interiores se va a quitar la restricción en breve. 

     Siguen habiendo miles de casos de covid y no se entiende que ahora se eliminen las mascarillas, a no ser que hayan descubierto estos gobernantes, tan lúcidos que tenemos, que dicha medida no servía de mucho. Yo me pregunto si el resto de las restricciones tampoco han servido de gran cosa y si estas normas solo han sido un justificante para que pareciera que los gobiernos estaban haciendo algo. A falta de mejores razonamientos se han dedicado a imponer normas, algunas anticonstitucionales, para dar una imagen de interés y eficacia. 

    A pesar de lo que nos han dicho, es posible que las ¿vacunas? tampoco sean todo lo eficaces que pretenden vendernos y mientras tanto venga dosis de vacunas. Ahora da la sensación de que hayan tirado la toalla por no saber por dónde van y que Dios nos coja confesados a todos. Dicen que lo tienen controlado, que esto es ya como una gripe. Pero a diferencia de la gripe que es estacional, este virus es para todo el rato. Lo que quiere decir que a partir de ahora vamos a estar mucho más acatarrados durante todo el año y la mayoría no llegaremos a saber si tenemos covid o un catarro común. Mientras tanto venga a contagiar gente porque como se podrá ir a trabajar y hacer vida social esto será ya el cuento de nunca acabar. O quizá no ¿quién sabe? Cosas más raras se han visto.

     Mientras los gobiernos han inventado toda clase de restricciones, muchas empresas  se han enriquecido; las farmacéuticas, los fabricantes de mascarillas y pruebas de diagnóstico, y los gobiernos que habrán tenido su pellizco de la transación. Y mientras ellos se enriquecían, los de siempre, el pueblo llano ha estado pasando penurias; miles de personas abocadas a los ertes o al paro, miles de negocios cerrados. Porque aquella frase de que el gobierno no iba a dejar a nadie atrás se ha quedado en agua de borrajas y muchos miles de ciudadanos se han visto en la estacada. 

     Ahora tenemos la guerra contra Ucrania y hemos tenido la huelga de transportistas que le han servido al gobierno para echarles la culpa de todo. Ah. El gobierno lo ha hecho todo de maravilla y si hay problemas es culpa de los otros. Porque para este gobierno, la culpa siempre es de los otros. Y claro, como siempre, los otros son la causa de la brutal subida de precios, unos justificados otros no tanto (porque a río revuelto...) ,que está dejando miles de hogares sumidos en la miseria. Pero ¿sabemos cuantos millones de euros se va a embolsar hacienda por esta subida de precios? Ahí lo dejo.

     Improvisar, improvisar, improvisar. Este gobierno solo sabe improvisar y dar palos de ciego por si aciertan alguna vez. Prometer, prometer y prometer para luego decir "que de lo dicho nada, que mire es usted quien lo entendió mal. Que si se ha quedado usted en la estacada ellos no saben nada...".

    Mientras los políticos siguen con sus trapicheos cotidianos, miles de hogares en este país no pueden llegar a fin de mes, ni pagar las hipotecas, ni encender la calefacción y muchos miles ni comer algo digno. 

     Pero ellos si que pueden atiborrarse de langostinos y cava, que ese es otro tema que dejo para otra ocasión.

     Que bueno es que siempre haya gente a quien echar la culpa, llámese guerra, o huelga o como quiera que se llame que un gobierno por norma no asuma sus culpas. Y mientras tanto algunos no dejan de conjugar el verbo lucrarse a su manera. "Yo me lucro, tu no puedes lucrarte, el pasa hambre, nosotros nos lucramos, vosotros os aguantáis y ellos se quedan sin trabajo, sin empresas, sin dinero". 

    Y para terminar más de lo mismo: ¿llegará a saber este gobierno por dónde le da el aire?...


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lunes, 14 de marzo de 2022

Una fuente que mana siempre

      Por fin han llegado las esperadas lluvias que tanto necesitamos. Sin embargo a pesar de que sabemos que la lluvia es buena para todos no podemos evitar, cuando la vemos llegar, sentir cierta tristeza y nostalgia. Sucede que los días lluviosos nos llaman a la melancolía; el triste ambiente gris nos envuelve con su manto y, como si  nos abrigáramos con una manta, nos dejamos envolver por esas horas tristes.

    Podríamos pensar que con lo que está cayendo en Ucrania, con los desastres de la pandemia y con  el dolor de tantos seres humanos, es egoísta sentirse triste porque llueve. Pero la vida sigue a pesar de todas esas inclemencias , la del tiempo también. Por ello tenemos todo el derecho a sentirnos como nos sintamos.

     Porque los días grises nos hacen rememorar los malos momentos que, como si volvieran a suceder, nos producen el mismo efecto del día que los sufrimos por primera vez. Son cosas del ser humano que no pueden evitarse por más que nos lo propongamos. 

     Hoy es uno de esos días y mira por donde que me ha dado por escribir, mientras mi rumba se pasea por la casa haciendo su trabajo y mi perra cambia de sitio constantemente sintiéndose acosada por esa extraña compañera. 

     Debido a la lluvia el paseo mañanero de todos los días se ha visto reducido por una breve caminata a los arboles más cercanos para que mi Chula estire un poco las patas y se desahogue. Ejem. No sé si mi perra entiende de nostalgia, de días tristes y no tengo ni idea de cómo le afectan; pero  seguro que de alguna manera ella lo sabe. Sabe cómo me siento y sabe que es un día diferente porque se sienta frente a mí mientras me mira con insistencia, como si me dijera "¡venga ánimo que yo estoy aquí contigo!"

    Recuerdo que de niña tampoco me gustaban los días de lluvia, porque me obligaban a permanecer en casa; aunque tengo que reconocer que ya de adulta la lluvia nunca me ha impedido llevar a cabo un plan que tuviera previsto. Si había que mojarse, pues se mojaba una. 

     Desde hace unos días estoy pensando en un proyecto, que nada tiene que ver con la lluvia, quiero escribir mis memorias. No es la primera vez que lo pienso, pero de nuevo me encuentro con un dilema. El dilema de cómo contar la verdad sin que mi narración hiera sentimientos de terceras personas. Esta duda me ha echado para atrás en otras ocasiones aunque ahora me siento con más fuerza para hacerlo. Porque tengo mucho que contar y quiero que mis hijos y mis nietos me conozcan y sepan cómo he vivido y cómo me he sentido a lo largo de mi vida. Ellos han participado en muchos de esos momentos y sin embargo a veces pienso que no han llegado a comprenderme. 

     Creo que los hijos no llegan a conocer a sus padres porque solo los ven en su faceta de padres, como si exclusivamente es lo único que fueran. Es que para ellos solo somos padres, que les hemos dado la vida y les hemos criado mientras intentábamos enseñarles, como podíamos, cómo enfrentarse a ella. Y si no haced la prueba; preguntarles a vuestros hijos si saben cuál es vuestra lectura favorita, cuándo fue la última vez que fuisteis al médico, cómo y quiénes son vuestros amigos, cuál es vuestra fruta preferida, qué viaje os ha emocionado más, cuáles son vuestros planes para el futuro. Preguntadles si sois felices.

     Porque ellos no se paran a pensar que tenemos emociones, ilusiones, carencias. Porque para ellos solo somos padres. Y es lo mismo que nosotros  pensábamos de los nuestros, que unos padres son como una fuente que mana constantemente a la que siempre podemos ir a beber. 

     Hay que ver lo que inspira un día de lluvia, que de un tema te lleva a otro sin que te des cuenta de que están pasando los minutos y es hora no sé si de salir a la calle a mojarse o de tomarse un café caliente, que por cierto mi rumba ya ha terminado su faena y mi Chula se ha dormido en su rincón favorito (mi sofá). 

     Seguiré pensando en la forma de escribir mis memorias. Ya os iré contando. 

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lunes, 21 de febrero de 2022

Nunca se va lo que nunca parte

       


         Han pasado muchos meses, más de los que me hubiera gustado sin que haya podido dedicar unas líneas a este espacio. A veces ocurren cosas en tu vida que te obligan a la reflexión y a detener tus pasos.

     En esa tarea de auto estudio hay que dedicar todas las horas de que dispones. Cuando reflexionas puede ocurrir que llegue un momento de bloqueo en el que te sientas tan agobiada que seas incapaz de comunicarte con los que te rodean, bien por no tener las ideas claras, bien porque las conclusiones a las que llegas no puedan compartirse. Esa reflexión puede provocar una situación de dolor tal que seas incapaz de seguir siendo persona. En esos momentos hay que permanecer callada para no transmitir malas vibraciones a quienes te rodean.


     Pero la vida sigue y llega un día en que te lo planteas y te das cuenta de que no queda más remedio que seguir adelante, a pesar de seguir arrastrando todo ese lastre de la situación que acabas de vivir. Y aunque todo aquello siga estando en el corazón,

debes dejarlo atrás para poder seguir adelante. Lo que ocurre es que eres persona y nunca puedes dejar atrás algo impactante, aunque seas capaz de vivir con ello.

     Hay muchas maneras de dejar atrás un dolor, una pena, en definitiva un sufrimiento. Dicen que el tiempo lo cura todo y no es verdad, lo que hace el tiempo es ayudarte a convivir con aquello que te causa daño, a veces un daño irreparable. Y la única manera de dejarlo atrás es aprender que cada vez te haga menos daño.

    No soy la única persona ni seré la última que ha sufrido un daño irreparable, una ausencia cruel y repentina y soy consciente de que lo único que puedo hacer es caminar sin amargarle la vida a nadie, de ser más positiva por las personas que me quedan y sentir que mi futuro con ellas puede dejarme momentos felices que no me quiero perder.

     Y como dice Mercé en una de sus últimas canciones “nunca desaparece lo que nunca parte”. Es un consuelo saber que quien se ha ido no terminará de marcharse porque siempre quedará en tu pensamiento, en tu corazón, en tu recuerdo, en esos recuerdos que poco a poco comenzarán a salir, justo en el momento que descubras que lamentarte no sirve de nada. El dolor seguirá estando allí pero será menos dolor cuando recuerdes aquel día que se colgó de tu cuello buscando una caricia, cuando recuerdes su manera de animar, cuando lo veas como el alma de la fiesta, dicharachero y jovial, cuando recuerdes que siempre encontraba solución para todo y no se rendía por nada; cuando veas su espíritu generoso dándolo todo y dándose a sí mismo, aún a costa de quedarse sin nada; cuando recuerdes cómo le ilusionaban los nuevos planes; cuando le recuerdes mirando a su hija embelesado y feliz, y cuando los dos saltaban encima de la cama como dos chiquillos. Cuando veas dentro de tí cómo se le ponía cara de felicidad cada vez que la niña estaba con él.


      En eso consiste seguir adelante , con esa sensación de haberlo perdido todo en un naufragio, pero sabiendo que te puedes rehacer. Con las grandes ausencias pasa lo mismo. Nada ni nadie te devolverá a tu ser querido, pero sí, por él, precisamente por él debes seguir adelante. Con el alma rota y tu vida despedazada y con esa sensación constante de que en cualquier momento vas verlo entrar por la puerta como si nada hubiera pasado.

      No hace falta poner nombres, porque los sentimientos no necesitan nombre y los que me conocen saben de lo que hablo. Para los que no me conocen, ojalá este escrito les sirva de algo algún día.

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miércoles, 19 de mayo de 2021

La música y su lenguaje subliminal

     Os prometí hace tiempo que no iba a hablar de política y que tampoco iba a criticar al gobierno. Promesa que he incumplido muchas veces.  Veremos si la puedo cumplir o la cabra tirará para el monte. Lo intentaré de nuevo.


     Nada mejor que la buena  música para expresar sentimientos. Y nada mejor que la música para transmitir sensaciones. A veces no somos capaces de expresar con palabras cómo nos sentimos, cómo gozamos, cómo sufrimos y la música sale a nuestro encuentro para darnos la nota que necesitamos para hacernos entender. Otras veces si que somos capaces de expresar con palabras lo que sentimos y la música nos da el marco adecuado para ponerlo de manifiesto. 
     A veces, cuando alguna circunstancia  que necesita reflexión aparece, utilizar la música nos ayuda a hacer emerger esa especie de lenguaje subliminal, que transmite abiertamente lo que deseamos comunicar a la otra persona. Me encanta el lenguaje subliminal, claro, cuando sabes que la otra persona entiende ese lenguaje. No suele pasar a menudo que encontremos alguien tan afín , que nos entienda lo que directa o indirectamente deseamos que él o ella comprenda. A mi me ha pasado pocas veces llegar a sentir esa compenetración, sin apenas conocer a alguien, que me ha llevado a expresar cosas o sentimientos que hubiera ocultado en cualquier otro momento.

     Cuando esos momentos llegan ya solo es cuestión de dejarnos llevar y de disfrutar en ese ir y venir de notas musicales, que van llenando de color nuestro interior más íntimo (valga la redundancia). Porque todos los interiores no tienen la misma profundidad ni la misma intensidad; están los interiores de andar por casa donde cabe todo; están los interiores censurados, que dejas ver a algunas personas; finalmente están los interiores profundos, esos donde solo entra alguien especial. 
     Ese alguien  que te transmite otra música diferente, capaz de calar hasta lo más hondo de la médula y que, cuando pensabas que ya nada podía hacerte vibrar, te ponen la piel de gallina y te hacen temblar. Que cuando creías que todo iba a ser rutina te producen ese fogonazo capaz de encender esos rescoldos que creías apagados hace tiempo. Mientras tanto la música lo presencia todo mirando de reojo cómo te afecta. Y tú te dejas mecer por esas notas musicales, que no sabes  ni cómo, ni por qué han llegado hasta tí. 

     Bueno, no sé si es mejor que hable de política. Uf....(continuará)

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miércoles, 12 de mayo de 2021

Los meses van pasando y no pare la burra

      Los meses están pasando y seguimos en lo más profundo de esta pandemia y aunque el presidente ha mostrado señales de optimismo, que no se cree nadie medianamente inteligente, estamos todavía lejos de conseguir aplacar este virus, cuyo origen no se sabe todavía (cosa que dudo), o se sabe y no se quiere decir, o se sabe y nos engañan. 

     Cada uno estamos pasando esto como podemos y podemos darnos con un canto en los dientes porque muchos han perdido la vida y nosotros seguimos vivos, no sé si de milagro o porque no era nuestra hora. Porque dada la mala gestión de esta pandemia, si logramos salir adelante será por nuestro esfuerzo y no porque el gobierno haya ayudado mucho. Ahora nos deja al borde del pricipicio, no sé si esperando que nos tiremos o qué, a nuestra suerte para que salgamos como podamos de esto y terminemos culpando a nuestro gobierno autónomo.

    Las contradicciones han sido constantes y para muestra tenemos la última que la mayoría no entiende, dejando que gobierne el poder judicial y decida sobre cuestiones sanitarias para las que no está preparado. Pero si el poder judicial es independiente del ejecutivo ¿qué narices hace ahora gobernando? En la siguiente legislatura que se presenten los jueces a las elecciones y terminaremos antes, además de ahorrarnos muchos sueldos que, visto lo visto, no han dado su fruto, porque tanto gobernante y tanto asesor, no han sabido gestionar una pandemia, que hace un año era desconocida, pero que ahora conocen de sobra y siguen sin saber por donde les da el aire. 

     Lo que si han sabido es seguir con sus disputas internas, sus dimes y diretes, sus digo diegos y sus luchas por acaparar sillones, que dicho sea de paso, durante la pandemia no han ocupado demasiado, aunque eso sí, han cobrado igual por ello y sin tener que pasar por el erte, como el resto de los ciudadanos.

     Esos mismos ciudadanos que SÍ se han quedado atrás, a pesar de que al presidente se le llenaba la boca diciendo que no dejarían a nadie atrás. Y se han  quedado en  la estacada miles de ciudadanos, cuyos negocios han  quebrado, cuyos empleos han terminado. ¡Cuántos ciudadanos no pueden pagar sus hipotecas, por estos motivos y los bancos se ensañan con ellos hasta límites que no imaginamos! Esos mismos bancos que cuando lo necesitan son rescatados por este gobierno que no iba a dejar a nadie atrás. Claro, a los bancos no los deja atrás, a esos no. 

     Mientras tanto seguimos cumpliendo unas normas absurdas, que ellos han dictado para que pareciera que hacían algo y que se han quedado obsoletas, porque no me diga usted, señor presidente, ¿qué narices hacemos llevando mascarilla en espacios abiertos cuando se puede guardar la distancia de seguridad? Esa distancia que los virus respetan en las terrazas de los bares, cuyos clientes siguen sin usar la mascarilla , pero que ¿los virus no respetan al aire libre en medio del campo, o en la montaña, o en la playa? Vaya virus más listo. 

         Pero no será la razón "que hay que vender mascarillas para amortizar la bajada del iva". Pues todo así y sumando incoherencias una tras otra. Como una tras otra han sumado las diferentes polémicas. Recuerdo la polémica de las manifestaciones del 8 de marzo, tan duramente criticadas, y sin embargo con las manifestaciones del 1 de mayo no ha habido polémica alguna. ¿Será que el virus , tan listo él, sabía que el 1 de mayo no tenía que aparecer, pero si el 8 de marzo? Lo que nos preguntamos ahora muchos es si el virus habrá concedido una tregua con la salida del estado de alarma y la proliferación de gente en la vida noctuna, o por el contrario seguirá cebándose con la población. 

    Pero no echemos la culpa a la gente, no tan joven como los medios nos han hecho ver, a no ser si se piensa que los de 50 o 60 años son jóvenes, que podría ser. Porque haberlos los había de esta franja de edad y muchos. La culpa una vez más es la mala gestión , pero ¿qué pretendía el gobierno después de seis meses encerrados? Y yo no salí porque vivo en una Comunidad donde el toque de queda sigue vigente, pero si no hubiera sido así, yo que no salgo nunca hubiera salido, eso sí con mascarilla. 

     Esperemos que esto esté a punto de terminar, aunque con el lío de vacunas que tenemos no sé. A mi me pusieron la primera de astrazeneca y la segunda si no me la dan de la misma, no me vacunaré, que ya vale de probatinas y cosas raras, porque no entiendo que las organizaciones sanitarias, a nivel mundial y europeo hayan dado el visto bueno y nosotros estemos todavía a verlas venir sin saber qué pasará. Porque a mi modo de ver, todas las medicinas tiene efectos adversos en alguna medida, incluso una simple aspirina; pero la de astrazeneca cuesta mucho menos que las otras. Pero de boicots y otras cosas hablaré otro día. 

    Mientras tanto los meses van pasando y no pare la burra.


     

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viernes, 12 de marzo de 2021

Lucha de sillones (uf, esto no huele nada bien)

 Cada día los hechos dejan constancia de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. ¿Qué digo dos? y doscientas también. No quería hablar de nada que tuviera que ver con la pandemia actual que padecemos, pero es que no solo padecemos la pandemia, sino que también estamos acorralados por una deficiente gestión de la misma, que a falta de ser sanitaria es más política que otra cosa.

    No se entiende que con lo que la población estamos  padeciendo con las consecuencias de la pandemia, nuestros políticos se dediquen a proponer mociones de censura para intentar afianzarse en el poder. Si por mi fuera dejaría los temas políticos en pausa total hasta que se solucionara la pandemia, y desde luego hay muchos que dan muestras claras de que no merecen gobernar. Y no me refiero solo a los que se han saltado las listas para vacunarse antes, me refiero también a los partidarios de imponer normas discriminatorias que confunden a la población. Cuando deberían calmar a la población, la están alterando cada día con tanto despropósito. Porque no se entiende, por mucho que ellos lo quieran justificar con argumentos sin sentido, que los españoles estemos con confinamientos perimetrales y se está dejando entrar extranjeros que circulen libremente por nuestro país. Nos dicen que vienen con pcr y no es cierto, no hay más que ver los que se cuelan por las fronteras de a pie sin ningún tipo de control. Y así, mientras los españoles nos quedamos en casa, sin poder reunirnos con los nuestros, tenemos que ver cómo los de otros países se saltan toques de queda y organizan fiestas. 

   Pues no se puede entender que estemos sin poder visitar a nuestras familias y para ellos ancha es Castilla. 

    Y esto es solo por poner un ejemplo, pero hay muchos más. 

    El último lo que ha pasado en la Comunidad de Murcia, Madrid, Castilla y León. Que parece que los políticos hayan saltado al circo y como leones intenten asegurarse un puesto que no merecen. Poco sentido común. 

    Yo eliminaría a todos los políticos de la nación mientras siga muriendo gente y pondría unos gestores, que fueran expertos en gestión de pandemias, para se colocaran al frente, libres de ideologías que empañaran su gestión; que muchas veces esas ideologías no hacen sino enmascarar los intentos descabellados por permanecer  en el poder, un poder que ni merecen ni saben gestionar a la vista de los resultados. Y todo ello abogando que lo hacen por los ciudadanos: si de verdad les importáramos se dejarían de luchas internas por conseguir sillones y se preocuparían de que no siga muriendo gente por esta pandemia. Porque estaréis de acuerdo conmigo en que hay un olor extraño en nuestro país que no huele nada bien...

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lunes, 8 de marzo de 2021

Pinceladas del 8 de marzo.

 Nunca he sido de celebrar "días de" porque creo que no sirven para nada más que para crear un alboroto que casi nunca llega a ninguna parte. Lo siento. Pero es lo que pienso. Sin embargo, y sea una excepción, este año hablaré sobre el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, o sea de todas las mujeres, porque todas trabajamos de un modo u otro.

   Soy también una mujer "antimanifestaciones", que son muy patentes pero de escasos resultados. Y es que las guerras muchas veces no se libran solo en el frente. Y, como es el caso del feminismo, más de lo mismo. No me parece que salir a dar gritos sea algo de lo que te debas sentir orgullosa, entre otras razones porque siempre he pensado que conseguir las cosas a gritos no es de personas educadas ni maduras. Como tampoco pienso que las reivindicaciones que se hacen a pecho descubierto sean la mejor manera de representar colectivos de ninguna clase. Reivindicamos la igualdad con los hombres, y sin embargo a veces nosotras mismas nos rebajamos sin darnos cuenta. 

     Hay muchas feministas que confunden el feminismo con actitudes de odio a los hombres. Pero hay muchos hombres, cada vez más, feministas. No  tenemos por qué enfrentarnos a ellos, sino caminar con ellos en igualdad de condiciones; de eso se trata ni más ni menos. Y para eso no hace falta dar gritos. Muchas mujeres a lo largo de la historia han sido feministas sin gritar, con acciones más contundentes. Durante la guerra de la independencia en 1808  las mujeres salieron a pelear junto a los hombres; Agustina de Aragón sin plantearse su igualdad a los hombres hizo lo que pensó que debía hacer; coger las armas y salir a la calle, junto a otras muchas mujeres que la imitaron. Años más tarde en 1838 también fueron las mujeres las que durante el sitio de Zaragoza pelearon con todas las armas a su alcance para conseguir la victoria y utilizaron cacerolas, sartenes, aceite irviendo y todo lo que se les ocurrió para conseguir el retroceso de los franceses. Y no habían salido a gritar pero hicieron lo que había que hacer. 

    Este año hay mucha polémica con respecto a la celebración del día de la mujer, que, debido a la pandemia, va a ser diferente. Pero no hay que rasgarse las vestiduras. Hay muchas maneras de reivindicar nuestros derechos a través de otros muchos medios. Están las redes sociales con una influencia mucho mayor que varias manifestaciones juntas, que no hace falta dar gritos, cuando a través de las palabras se puede conseguir lo mismo. Que no se diga que las mujeres del Siglo XXI no sabemos hacernos oír porque nos impiden salir a la calle. En estos momentos nuestros problemas no se solucionan cogiendo las armas, pues utilicemos el diálogo, los buenos argumentos y el trabajo de cada día,  para derrotar al enemigo, que hoy por hoy sigue siendo la desigualdad social. Pero no olvidemos una cosa, el feminismo no es solo cosa de mujeres de izquierdas. 

    Todos los medios son igualmente válidos para hacerse oír. A mi personalmente hay feministas que no me representan, además ¿por qué necesitamos que nos representen? Debemos bastarnos para representarnos a nosotras mismas, con nuestra manera de ser personal. 

    A veces el feminismo peca de intolerante con otras mujeres que piensan diferente; olvidan que quizá hay mujeres que  quieren ser feministas de otro modo y se sienten bien en su rol de "mujeres florero". ¿Por qué habría de importarnos? ¿Por qué tenemos que ser todas iguales? ¿por qué pensamos que las mujeres florero son menos feministas? Podría hablar un  día entero sobre esto pero tampoco voy a disertar sobre un tema del que ya tenemos datos más que de sobra. Son pinceladas.

     Nunca me he parado a pensar si soy o no feminista, no necesito poner nombre a mis actos porque esto no explicaría del todo mi manera de pensar. Soy una mujer que vino a este mundo dando guerra, y que su lucha de esos primeros días han sido un avance de toda una vida. Y no soy guerrera, soy muy normalita y desde la sombra he reivindicado lo que creía y no pienso que por reivindicar desde el silencio  sea ni menos ni más que otras, lo importante no es encasillarse en un nombre sea el que sea, lo importante  es ser coherente. Y en estos momentos de pandemia lo coherente sería demostrar que las vidas nos importan más que salir a dar gritos. Que ya habrá tiempo de gritar cuando la gente deje de morir. 

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