miércoles, 16 de marzo de 2011

Faltán curas, y sobran normas

Parece ser que la diócesis de Zaragoza necesita treinta curas para cubrir los ritos de la semana santa, según se lee hoy en un diario aragonés. Sumamos así otra contradicción al panorama eclesiástico de este país. Porque por un lado se reconoce que faltan curas y por otro intentan excomulgar a uno, comprometido con los problemas sociales, por considerarle un cura progre, que ha tenido la valentía de pagarle a una chica sin medios un aborto en una clínica, para que no abortara de cualquier manera y pusiera en peligro su salud.
Por desgracia todavía muchas mujeres abortan en lugares pocos deseables que a menudo ponen en peligro sus vidas. Y no solo este cura, sino todos deberíamos ayudar para evitar esto. No vamos a entrar en si el aborto es bueno o malo, ya que necesitaríamos libros enteros para aclarar el tema, y no voy a definirme a favor o en contra del mismo, pero en lineas generales hay un hecho importante: pensemos por un momento que esa chica hubiera abortado de malas maneras y muerto por consecuencia de una mala intervención (estamos en el siglo XXI pero esto todavía sigue pasando), pensemos que esa chica fuera hija nuestra, sobrina (que también lo piensen los curas que pretenden expulsarle de la Iglesia), hermana, madre. A cualquiera podría pasarnos esto ¿no querríamos salvar a la chica a toda costa?¿no haríamos lo necesario para  evitar un mal mayor?¿no sería lo razonable hacerlo así?
Pero "con la Iglesia  hemos topao, amigo Sancho", una frase escrita hace cinco siglos, que sigue de plena actualidad. Porque cuando de la Iglesia se trata, las normas prevalecen sobre las personas y el derecho canónico siempre tiene la razón, aún a costa  de lo qué sea y de quién sea. O si no que se lo pregunten a los beneficiarios del acto benéfico, que todos los años organiza el Padre Manel y que seguramente se van a quedar sin él.
O sea ¿que no tenemos curas, pero tenemos uno bueno y la Iglesia se va a permitir el lujo de expulsarle? Hay algo que no funciona dentro de la Iglesia, es posible que lo que ésta necesite de verdad, sean más curas como el P.Manel. Sin embargo ¿los altos mandatarios de la misma se darán cuenta de esto, o por el contrario seguirán cargándose buenas personas, por el solo hecho de serlo?. Pues señores, las personas están por encima de las normas...DE TODAS LAS NORMAS.
Pero ¿qué vamos de pensar de una Iglesia que no excumulga a los  curas pederastas...por ejemplo, que defiende a los no nacidos, para darles de lado una vez nacidos, si son violados por curas pérfidos y de mente enferma?¿dónde están entonces las normas del derecho canónico?