En nuestras conversaciones muchas veces nos metemos en camisa de once varas a la hora de elegir temas, pensados o espontáneos. Y digo lo de las camisas porque las más de las veces no sacamos nada en claro. Cada uno opina y al final cada cual se va a casa como ha venido. No se trata de solucionar el mundo, porque a este no hay quien lo remedie, (al menos de momento, mientras tengamos los políticos que tenemos) pero ni arreglamos el país, ni sacamos nada en claro.
Y es que hay temas tan peliagudos que más nos valdría callar o hablar más bajo, que corremos el riesgo de equivocarnos.
Por ejemplo ¿qué pasa cuando hablamos sobre la felicidad? ¿Hay alguien que de verdad sepa qué es la felicidad? El concepto se las trae y nos lleva a todos de cabeza. Hay miles de frases en los muros de facebook que hablan de ella, podemos encontrar millones de alusiones en el ciber espacio. Pero ¿de verdad sabemos qué es la felicidad?
Para Aristóteles la felicidad es conseguir hacer las cosas que nos proponemos de un modo perfecto; para la filosofía griega en general la felicidad es autorrealizarse física y mentalmente. Pero no voy a soltar una parrafada de filosofía, sino que voy a fijarme en lo que la gente piensa sobre la felicidad.
Para unos la felicidad es tener cuantas más cosas mejor; para otros es caminar por el monte, ver crecer a sus hijos sanos, un premio de lotería, un buen trabajo, una buena pareja, una buena salud, independencia, viajar, nadar. Podríamos aquí exponer una interminable lista de razones de felicidad.
Muchas molestias nos tomamos para enumerar un listado interminable sobre un concepto que no existe.
No existe como estado permanente. La felicidad no es un estado, como puede serlo la enfermedad, ya que si estás enfermo, lo estás todo el tiempo. Pero no eres feliz todo el tiempo.
No voy a decir como Sigmund Freud, que hay dos maneras de ser feliz, una es hacerse el idiota y la otra serlo; ni como Groucho Marx que una vez dijo que la felicidad estaba echa de pequeñas cosas, un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna;ni voy a ser tan tremenda como Woody Allen que decía que la única manera de sentirse feliz es que te gustara sufrir. No.
Por eso hace tiempo que llegué a una conclusión después de debatir largamente con un amigo sobre este tema: la felicidad son esos instantes que pasan entre putada y putada.
Y para tí ¿qué es la felicidad?
1 comentario:
Me ha recordado lo que decías un poema que comparaba nuestra obra con un drama. La felicidad, decía, era la música que sonaba en los entreactos, entre una escena dramática y la siguiente... bueno, pues a disfrutar de los entreactos!
Publicar un comentario