¿No os ha pasado nunca que después de intentar hacer algo cientos de veces sin conseguirlo, de repente un día dais en el clavo y lo conseguís? A mi me ha pasado hace poco con una receta a la que llevaba mucho tiempo intentando pillar el truco. Se trata de las gambas con bechamel. Hace poco intentaron enseñarme cómo se hacían de un modo bastante sofisticado, pero sin resultado, salieron horrendas. Y resulta que pillando el tranquillo son la mar de fáciles. Pero eso sí, tienen un truco. Es lo que tiene tragarse de vez en cuando los programas de cocina del canal imagenio, se aprende un montón.
Y me pasa como al filósofo que cuanto más aprendo más cuenta me doy de que no sé nada. Y es que la cocina es como la vida misma, una receta se puede hacer con ingredientes diferentes y salirte igual de buena; pero las mejores recetas son las que tienen ingredientes sencillos. Hay gente que piensa que la sofisticación culinaria lleva a un éxito seguro, pero se equivocan. A veces la sofisticación lleva al éxito, otras no tanto. Yo siempre he creído que es un gran artista quien, sin apenas ingredientes, consigue un buen guiso digno de los mejores paladares.
Es como ir vestido con ropa sencilla pero elegante. Mi abuela siempre decía que si llevas limpios los zapatos y vas bien peinada, aunque lleves ropa sencilla te verás la mar de elegante. Por contra puede decirse que si llevas ropa carísima pero no has limpiado tus zapatos o vas despeinado, te verás la mar de desastre.
Se llamaría "aprovechar el potencial" aunque haya gente que no sabe nada de esto, porque muchas personas tienen un potencial extraordinario pero no sé cómo se las ingenian para llevar siempre sucios los zapatos, con lo fácil que sería coger una de aquellas bayetas de toda la vida para limpiarlos; los hay también un poco despistados que cuando menos lo esperan pisan un charco y se los salpican de barro y por pereza o porque no tienen una bayeta a mano, no los limpian y ahí queda la mancha, porque donde hubo barro cerco queda; entonces no les queda más remedio que tirarlos y comprar otros si quieren ser elegantes. Es una pena tanto potencial desaprovechado, unas veces por pereza y otras porque cada cual da lo que da de si.
(Moraleja: por si acaso, y más si llueve, lleva siempre una bayeta a mano)
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