martes, 14 de abril de 2020

Los grandes olvidados. Otras consecuencias más de la pandemia.

       Hoy vuelven al trabajo los prescindibles, que no lo son tanto si tenemos en cuenta que este país no saldría adelante si no fuera por los miles de  autónomos que lo componen. Pero parece ser que no son tan prescindibles cuando apenas quince días más tarde de confinarlos en casa, se les ha hecho volver al trabajo. Porque sí, sus cuotas a la seguridad social le hacen falta a este país. Sus cuotas y las de los trabajadores que tienen a cargo, claro.  Porque sin ellos se para la economía y vamos al desastre (y aún así veremos qué pasa). No es que el gobierno haya pensado en ellos y les permita trabajar para que no pasen hambre y lleguen a fin de mes; eso al gobierno le importa un bledo, lo que le importan son sus cuotas de autónomos y sus cotizaciones. 
     Y no son los autónomos los únicos olvidados de este gobierno, que  ya veremos si después de este desastre muchos de ellos se libran de echar el cerrojo para siempre. Porque, aunque mucha gente no lo entienda, no es nada fácil ser autónomo. Autónomo: esa clase rara en peligro de extinción (si por el gobierno fuera) que solo tiene obligaciones y nulos derechos. Ya se verá toda esa "ayuda" que van a recibir del estado, si llega o no llega o pasa como lo que pasó en Lorca, después del terremoto, que todavía están esperando cobrar. 
      Y digo que no son los únicos olvidados, porque gobernar a golpe de decreto es lo que tiene, que se hace con prisa, con precipitación y se olvidan aspectos importantes. Si comparamos con otros países (aunque las comparaciones son odiosas) nos es difícil darse cuenta de las diferencias en cuanto a la evolución de esta pandemia. Y es que en otros países, con medidas restrictivas menos exigentes que las nuestras han logrado doblegar la curva, eso que tanto le gusta decir al gobierno. Han dejado salir a la calle a practicar deporte e incluso sacar a los niños y han tenido menos casos y muchísimos menos muertos que nosotros. Que no se le llene la boca al gobierno diciendo que tenemos las medidas más rectrictivas de la comunidad europea, porque aún así lo hemos hecho mal y peor. Y no estoy pensando en los chinos, que en un principio tampoco lo hicieron bien, ya que cuando cerraron el foco del covid 19 , había cinco millones de chinos viajando por todo el mundo y transmitiendo el virus. Y China lo sabía mucho antes y tampoco hizo nada, pero luego supo rectificar e impuso mascarillas obligatorias para todos. Esa, es a mi parecer la clave. Mascarillas para no contagiar. Aquí hemos tenido que llegar a varios miles de muertos para darnos cuenta de que las mascarillas son efectivas como muro de contención, si las lleva todo el mundo, porque si nadie contagia, nadie enferma. 
     Pero, claro, como resulta que en este país no hay dinero, vilmente saqueado por tantos años de corrupción y ajustes, no se podían traer mascarillas a tiempo y nos vendieron que no era necesario que la población las usara. Vaya manipulación. Ahora nos están empezando a vender que llevando mascarillas es seguro volver al trabajo, pero ¿de verdad? Ahí lo dejo.
    Hace unos días le oí a no sé bien qué ministra que era falso que hubieran habido ajustes en sanidad. Claro que hubo ajustes y si no que nos pregunten a quienes tuvimos familiares ingresados tiempo atrás, que contaremos si los hubo o no, porque se dieron situaciones de vergüenza y hubo carencias importantes que hacían peligrar la vida de los pacientes. Y no me refiero a que faltaran empapadores para las camas, que faltaban, me refiero a que faltaban medicinas. Pero esto es tema de otro costado.
     Y los grandes olvidados han sido además, los niños, sobre todo los más pequeños, porque con medidas tomadas a tiempo hubieran podido salir a tomar el sol un poco. Los grandes olvidados han sido también los enfermos que por prescripción facultativa necesitaban caminar para no agravar sus dolencias, porque en su día un médico les dijo que si no hacían ejercicio verían acortada su vida y resulta que ya llevan un mes sin caminar haciendo de tripas corazón, porque temen las consecuencias que esto puede traerles; que seguramente no morirán de covid 19 pero morirán de cualquier otra cosa. Porque, señores del gobierno, a todo el mundo no le da para comprarse una bicicleta estática, que ya se han encargado los medios de comunicación de decir que había aumentado la venta de estas bicicletas, como dando ideas y dando a entender que el que no hace ejercicio es porque no quiere. Pués no. Los que ahora no hacen ejercicio es porque no pueden, porque en su día hubo un decreto que se olvidó de ellos.
      Recuerdo que al principio de conocerse el decreto de alarma el jefe superior de policía dijo que se tendrían en cuenta todos los casos. No entiendo bien a qué se refería, porque lo que está pasando es que nos están haciendo pasar  a todos por el mismo rasero, al que le sobra por el que le falta y aquí todo el mundo sin rechistar, a cumplir. 
     La mía, una reflexión como otra cualquiera ni más pero tampoco ni menos. 
(continuará)
     

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