viernes, 15 de mayo de 2020

"No dejaremos a nadie atrás". Comentarios de una ciudadana cualquiera.

                                                 Seguimos más o menos igual. Los despropósitos se suceden cada día sin que veamos luz. Y conforme pasa el tiempo estamos más convencidos de que la gestión de la pandemia es cada vez más un tema político. La improvisación se ha convertido en la panacea donde hay sitio para las decisiones más dispares y para los comentarios más estúpidos. Pero sobre todo lo que mejor se ve es la prepotencia de los políticos que por lo visto creen que por gritar más tienen más razón. El "lo digo yo y punto" es una tónica cada vez más patente y más utilizada por el Psoe cuando se le terminan los argumentos y ya no sabe ni de dónde viene ni a dónde va. Porque después de escuchar  la respuesta, que lindaba con la falta de educación,  que le dió la ministra de hacienda al diputado de Compromís, no puedo menos que alterarme y preguntar a dónde van nuestros políticos con  tantos gritos y con ordinariez tan patente. Deben estar muy nerviosos cuando se les está acabando la poca educación que tenían. 

              No se puede tratar así a nadie, pero menos a los partidos que un día le dieron apoyos para que pudieran gobernar y a quienes , quieran o no, siguen necesitando. Qué poca vista política tienen en estos tiempos que todos deberíamos ser uno, por no saber conservar la alianza con esos apoyos. Hace falta ser burros (con perdón de los burros). Y es que la prepotencia es mala consejera y cuando haces uso de ella es porque no vales una moñíga y necesitas gritar alto por si a fuerza de gritos consigues lo que no consigues con la inteligencia o con la razón. Señora ministra, que el congreso no es el colegio y si grita lo único que consigue es ponerse en ridículo. A ver si de una vez por todas conseguimos que los políticos te traten con educación, porque, señores, la educación soluciona muchas papeletas.

              Solucionar lo que se dice solucionar no es que estén solucionando mucho; porque desde la Oms siguen pidiendo que hagamos test , y como si nada. Es una pena que los que se hacen los estén promoviendo particulares. Y digo yo ¿qué gato habrá encerrado para que un test que cuesta 9 o 10 euros
sea tan difícil de normalizar? 
               Pues nada, seguiremos dando palos de ciego y diciendo barbaridades, como la que dijo hace unos días la delegada de sanidad de Aragón, refiriéndose a los epis caseros, "que era bueno que se los hicieran los mismos sanitarios porque así se incentivaban" . ¿De dónde ha salido usted , si puede saberse? ¡Hace falta ser burra y no solo pensar algo así, sino también decirlo en público! Para eso, señora delegada, les dé a los sanitarios  una bofetada en toda la cara y seguro que les duele menos. Que no puede subestimar de esa manera a personas que se están jugando la vida. Es como reírse en sus narices , porque no quiero ni pensar cómo se habrán sentido al escucharla, después de que han estado sacando tiempo para hacer epis caseros, con la carga de trabajo que ya tenían.

            Una hermana mía dice, que "que tonterías dice la radio cuando no tiene pilas". Pues a estos se les acabaron hace días, seguramente el mismo día que supieron que se acercaba una pandemia, allá por enero, y en lugar de coger el toro por los cuernos, jugaron al despiste por si la pandemia pasaba de largo de España, por nuestra cara bonita. Resultó que no solo no ha pasado de largo sino que se ha cebado con nuestro país de manera cruel. Y mientras tanto ellos, que si compran test, que si vienen defectuosos, que si ahora los devolvemos, que si los volvemos a comprar, que si los volvemos a devolver; que si hacemos test, que si mejor no, que si a quiénes, que si dónde, que si cómo. O sea. Nada. Que si conseguimos salir de esta, que saldremos, no le deberemos nada a un gobierno tan nefasto, cuyo líder, ególatra con visos de narcisismo, no piensa más que en gobernar solo él, caiga quien caiga, desoyendo las voces de quienes piden ayuda y a cambio no están recibiendo nada. Porque aquella frase famosa del principio de la pandemia de que "no dejaremos a nadie atrás" lejos de ser cierta, no ha sido verdad. Porque  mucha gente se está quedando no solo por las cunetas, sino que también están cayendo a pozos profundos, donde los ha lanzado el gobierno con su incompetencia. 
             
             

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