lunes, 10 de noviembre de 2008

La sombra del río


Cuenta una leyenda pirenaica, que no hace muchos años, estaban los habitantes de un pueblecito del valle del Aragón, escondido entre montañas, preparándose para celebrar la fiesta de los difuntos, cuando se oyeron unos gritos que venían del río. ¡Socorro! ¡Socorro! Un joven muy decidido, sin esperar ayuda, al oír los gritos, se acercó corriendo hasta el lugar y vio cómo una mujer, que había caído al río, estaba ahogándose. Sin pensarlo dos veces, se quitó los zapatos y se dispuso para prestarle ayuda.
La corriente del río estaba furiosa y golpeaba con fuerza el cuerpo del joven, que a duras penas consiguió llegar hasta donde estaba ella. Cogiéndola de los hombros la llevó hasta la orilla y la puso a salvo, sin darse cuenta de que sus pies estaban comenzando a resbalar. Cayó en el agua, que formaba justo allí un extraño remolino, que todos conocían por el nombre de pozo del arratiecho. La fuerza de aquel remolino era tal, que fue arrastrado hacia el interior hasta que se sumergió en el pozo y las personas, que se habían acercado al lugar alertadas por los gritos, ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
Dice la leyenda, que desde aquel día, cuando alguien cae en el río, es misteriosamente arrastrado hacia la orilla y puesto a salvo. Los más ancianos del lugar, que aseguran que nunca encontraron el cuerpo del joven, dicen que es él, ya que le han visto en varias ocasiones, quien merodea por los alrededores del río, que es especialmente peligroso en esa zona, y salva a cuantos son arrastrados por la corriente.
Es posible que sea cierto, porque no hace mucho, presa por la curiosidad, acudí a ese lugar, y cuando estaba observando el río, justo donde la corriente es mas fuerte, me pareció ver una silueta, que entraba y salía del agua como si tal cosa….pero quizá, solo me lo pareció.

1 comentario:

Lamia dijo...

Qué miedo, ¿no?