miércoles, 4 de febrero de 2009

Dejadme morir (relato)


Está tumbada en la cama, desde hace años, con la quietud de todos sus miembros por única compañía, paralizados sobre esa cama que sabe de todos sus lamentos. Pero ni sus miembros, ni su cama, ni su quietud pueden hacer nada por ella. Mientras tanto sus pensamientos vuelan libres a través de su mente quebrantada, de tanto esperar una respuesta a sus preguntas. "¿Por qué" Se pregunta una y otra vez. Pero sus músculos entumecidos y fríos no saben qué responder. Hace ya mucho tiempo que no lo hacen.
Y sin embargo ella sigue buscando respuestas. ¿Hasta cuándo?. Y sus pensamientos le devuelven respuestas incompletas. "¡Quién sabe!". Mientras, ella sigue esperando el milagro, aunque hace tiempo que dejó de creer en ellos. Le gustaría que fuera su último día, pero la ley no lo permite y prefiere dejarla tumbada en su lecho de dolor con la única compañía de sus pensamientos y el único sueño de dejar de existir, de dejar de sufrir.
Cada mañana cuando se despierta, antes de abrir sus ojos se dice a sí misma: "¡estaré ya en el otro lado!". Pronto regresa a su realidad, cuando su mirada se dirige hacia la ventana, la misma ventana de su habitación, cuando se da cuenta de que sigue tumbada en la misma cama, con los mismos músculos muertos y la misma ilusión rota de todas las mañanas. "Sigo viva. ¿Por qué?". Y sobre todo con el mismo deseo "dejadme morir".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Está tumbado en la cama, desde hace casi cuatro meses...
Mientras tanto sus pensamientos vuelan libres a través de su mente quebrantada -habla con sus amigos del pueblo, pasea por el huerto, quiere que echemos de su habitación a ese que le está molestando...- En ocasiones le he preguntado ¿E. sabe quién soy?, se lo piensa un rato y me dice ¡Claro coño mi yerno!
Esto no es un relato, es la triste realidad.
Un abrazo

Nuria dijo...

Tema muy delicado el que planteas en esta entrada. Yo le veo pros y contras. Si el enfermo es plenamente consciente de sus actos, se le debería dejar hacer sin más.

Francisco dijo...

Porqué se habla tampoco de la muerte en España?