Si las contemplamos de cerca y observamos los mínimos detalles podemos apreciar su belleza y la delicadeza de sus formas. Si miramos esta planta detenidamente podremos ver su infinita gama de tonos y la perfección de sus hojas.
Que pena que haya personas incapaces de apreciar tanta belleza.
Referido a esto estoy recordando un cuento que me contaron hace poco. "Había una vez un arce palmatum , y tal era su belleza que las gentes del lugar se quedaban mirándolo durante horas, pero alguien, envidioso de tanta belleza, se propuso destruirlo a toda costa. Intentó toda clase de ataques y finalmente, lanzando un veneno destructivo y maloliente consiguió que muriera,pero no se dio cuenta de que unas gotas de ese liquido corrosivo cayeron sobre él y con su acción quedó maldito para toda su vida. Desde entonces cuenta la leyenda que quien destruye un arce palmatum queda desolado mientras vive siendo incapaz de saborear la felicidad. "
Y es que hay que amar la naturaleza y conservarla como sea, porque al destruirla y permitir que otros lo hagan con ella destruimos algo de nosotros mismos.
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