viernes, 7 de noviembre de 2008

El Pirineo en Otoño


Lo más bonito de este lugar son sus paisajes, levantarse por la mañana y salir al balcón y poder ver la loma de una montaña nevada, respirar el aire puro del monte que huele a pino fresco, a tierra húmeda. Lo mejor es observar el monte en otoño y admirar los infinitos tonos de color y de luz con que nos obsequia, porque este es el momento en que se mezclan, como en la paleta del pintor, los tonos marrones, verdes, amarillos, anaranjados, rojizos. Es un espectáculo para la vista y se entiende que los visitantes vengan de propio para mirar este milagro de la naturaleza.

Esto es lo mejor de lo mejor, ser testigo de las estampas vivas que nos rodean, de este paisaje que no es privilegio solo de quienes vivimos aquí, sino de todos cuantos lo valoran y merecen verlo. Hace unos días tuve la oportunidad de admirar este mar de nubes que os ofrezco, una imagen habitual, que habré visto decenas de veces y que nunca me cansaré de admirar. Disfrutad con ella

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosas imágenes, espero poder subir algún día, este Otoño, para poder disfutar del paisaje.
Saludos

Nuria dijo...

Los que vivimos en el pozo (Zaragoza) nos vemos pribados de estas imágenes, aunque también la ciudad cambia de color con la llegada del otoño.

Anónimo dijo...

Pues sí, dí que sí. Y el mar de nubes es espectacular. Yo, junto con las cascadas e ibones helados creo que es uno de los espectáculos más impresionantes de nuestra naturaleza

Nuria dijo...

Quería decir los que nos vemos privados. Esa b daña las pupilas. Menos mal que rectificar es de sabios.