Había una vez una mujer que estaba guisando en su cocina, cuando oyó un ruido en el rellano de la escalera y sin pensarlo dos veces, salió de su cocina y se acercó a la puerta para mirar por la mirilla y averiguar qué pasaba.
Estuvo un buen rato mirando y haciendo todo tipo de elucubraciones sobre lo que pasaba, al cabo de unos minutos, cansada de mirar sin encontrar sentido a lo que veía, cogió su teléfono y llamó a una amiga para contarle lo sucedido, pero inventándose la mayor parte de la historia, y añadiendo lo que le venía en gana; después telefoneó a otra amiga y le contó la misma historia, que ésta a su vez se encargó de trasmitir añadiendo sus propias connotaciones y así sucesivamente.
De repente comenzó a notar un olor extraño en su cocina, se dirigió hacia allí y comprobó para su estupor que su cocina estaba ardiendo. No pudiendo hacer nada para apagar el fuego salió a su rellano a pedir socorro y comprobó , que todo el vecindario estaba hablando de ella desde hacía rato, porque el humo que salía de su cocina les había alertado . Esto me pasa por cotilla, si no me hubiera importado el ruido de mi rellano, no se me hubiera quemado la cocina, pensó la pobre mujer.
Y qué razón tenía....pero ya era demasiado tarde.
1 comentario:
Moraleja:otro dia se pondra a guisar en el rellano,jejeje.
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