lunes, 13 de junio de 2011

Unificar criterios sin jorobar a nadie

El horario de cierre de bares, pubs, discotecas etc es debatido a menudo entre la población, que no termina de entender que haya tantas diferencias ente unos establecimientos y otros. A saber, en algunas poblaciones, ya sea por mandato de la alcaldía o por iniciativa de la benemérita (no lo sé), se expone a la población lúdica a un riguroso control de cierre de establecimientos, mientras que en otras no existe ni éste ni ningún otro tipo de control, no se sabe bien por qué.
La gente acostumbra por ello a frecuentar poblaciones más permisivas en materia de horarios, en detrimento de su propia población, donde la jarana se termina a las 2,30 de la madrugada o 3,30, dependiendo del establecimiento en cuestión.
Sería cuestión de ponerse de acuerdo, todos los ayuntamientos o todas la patrullas de la benemérita, en aplicar la ley a todo el mundo en igualdad de condiciones para que nadie saliera perjudicado.
Y para rizar más el rizo, no se entiende que en una misma población a un local se le ponga una denuncia por incumplimiento de horarios, mientras otros suelen permanecer abiertos por norma hasta donde le sale de salva sea la parte a su propietario, sin que medie denuncia ni advertencia alguna.
Los turistas sobre todo no entienden esta diferencia y a menudo preguntan por qué la normativa de horarios no es la misma para toda la población, o no se aplica de la misma manera. Te tienes que quedar callado o soltarles una barbaridad que ahora no viene al caso.No hace mucho. discutiendo el tema con unos clientes, me comentaban que el cierre a las 2,30, sobre todo en verano, cuando mejor se lo está pasando uno, era una atrocidad y un ataque al turismo, que se se ve resentido y bastante por ello. De hecho la vida nocturna de alguna localidad va a desaparecer por obra y gracia de la aplicación incorrecta de estas normas de cierre. De hecho son cada vez más las personas que dejan de venir porque la vida nocturna ha desaparecido.
Esos mismos turistas no entienden que en un establecimiento se les eche a las 2,30, mientras que en otros pueden permanecer hasta altas horas, y esto genera descofianza entre la clientela, que empieza a pensar que los echas porque te da la gana y que la normativa de cierre es una invención para quitártelos de encima.
No estoy en contra de las normas, pero cuando la norma se aplica de diferente manera y con  criterio discriminatorio, algo está fallando ¿no? Así que la autoridad en cuestión, cuya competencia sea vigilar la aplicación de esta normativa, debería unificar criterios y cerrar todos los garitos a su hora o permitir que todos sigan abiertos. Es lo justo.
(Y no nombro poblaciones para evitar suspicacias, pero hay varias donde este escrito está justificado)