martes, 9 de septiembre de 2008

Trece rosas

Desde siempre he sentido gran interés por los temas relacionados con la historia más reciente de España, la Guerra Civil y lo que sucedió después. He procurado informarme y conocer detalles de ambos bandos, que me han contado personas de ambos lados de la contienda.
Ayer estuve viendo una película relacionada con el tema: Las trece rosas. Independientemente de la fidelidad histórica del filme y de las concesiones comerciales que existan, me parece que respeta bastante la historia, teniendo en cuenta que se narra desde el lado de los "rojos" que aparecen como los buenos de la película.
Pero supongo que buenos y malos había en ambos bandos y que se cometieron atrocidades desde todos los ángulos, pero siempre he pensado que los llamados "rojos" llevaron las de perder y que sufrieron más bajas injustificadas o inocentes.
"Las trece rosas" da buena muestra de ello, donde trece jóvenes (algunas menores de edad para la época) fueron juzgadas, junto con 43 hombres, en un juicio sumarísimo y condenadas a muerte sin tener una defensa justa y sin tener por ello oportunidad de demostrar su inocencia, como represalia por el asesinato de un miembro de la Guardia Civil, su hija y su chofer.
Ya he dicho, que barbarie hubo en ambos bandos, pero lo que va más allá de la barbarie es que, una vez terminada la Guerra Civil, siguieran ocurriendo estas cosas y que el odio y las venganzas particulares tuvieran como consecuencia la muerte de gente inocente. Pero no le podemos dar la vuelta a la historia y los hechos permanecerán allí por los siglos, aunque solo sea para recordarnos lo que fuimos. El filme hace alusión a estas trece rosas, pero fueron muchas más a las que se les segó la vida en esta época....muchas más.

1 comentario:

JoseAngel dijo...

El vencedor siempre se despacha a gusto. Aunque es fácil suponer que el otro bando hubiera hecho lo mismo de haber vencido: de hecho, ya lo empezaron a hacer entre ellos mismos. Un periodo demente de la historia de España, que esperemos no vuelva jamás.