domingo, 4 de enero de 2009

Había una vez unas plantas....




Bueno no hay alegría perfecta, ni todo es maravilloso, porque siempre hay quien se ancarga de fastidiarlo. El Nuevo año, además de buenos deseos también nos ha dejado alguna que otra sorpresa. Alguien madrugó el día 1 para asaltar las jardineras que hay en La Bernarda y llevarse un par de plantas. Como se ve en las fotos, los restos de tierra que dejaron alrededor hablaban por si solos. Y no se trataba de simples gamberros, que por hacer una gracia las habían arrancado. Se trataba de un trabajo concienzudo de alguien, que sabía lo que hacía. Y tampoco las robaron de madrugada, sino a la luz del día, porque cuando acudí a trabajar a eso de las 9,30 todo estaba bien, fue minutos más tarde cuando los desaprensivos hicieron la faena, sin escrúpulos y sin pensar que estaban cometiendo un robo. Claro está que a lo mejor pensaban que esas plantas habían nacido en nuestras jardineras por generación espontánea y eran de todos. Seguramente son los mismos que andan cortando setos en los bosques y llevándose flores, que está prohibido coger. Me consta que esta vez no han sido los clavalines, quienes se llevan todas las culpas de todos los destrozos. Igual no son tan chavalines, sino personas hechas y derechas que por ahorrarse unos euros cometieron dicho robo.


Seguramente se tendrán, incluso, por buenas personas, pero que sepan que no lo son. De todas formas hace falta ser ruin para pasar a la categoría de ladrón por unas plantas, que podían haber conseguido en cualquier invernadero, previo pago, claro. Que las disfruten sin son capacen de hacerlo.

4 comentarios:

celebrador dijo...

Conozco una persona que considera una "gracia" entrar en huertos a robar lo que hay allí

Nuria dijo...

Está bien denunciar y no tener pelos en la lengua. Yo suelo decir aquello de la ley de la tortilla (la tortilla siempre da la vuelta aunque no seamos testigos) Abrazos mil

unjubilado dijo...

Hay desaprensivos para todo. Hace unos años en el barrio de la Bombarda en Zaragoza empezaron a llenar los parterres de flores y plantas y todos los días por la mañana habían desaparecido, incluso los bancos que trataban de poner se los llevaban.
Al final cogieron a una persona que se llevaba 6 de ellos en una furgoneta.
En Broto me ha pasado lo mismo con las siemprevivas que tengo en el muro, pese a que tengo preparadas un par de docenas de macetas para regalar a aquella persona que me pregunta donde se venden.
Con el laurelero me rompían las ramas, cosa que si me pedían, con una podadora cortaba la mejor rama que veía y se la daba.
Sin embargo a un vecino se le llevaban las macetas y le dejaban la planta en el suelo.
Ahora parece que ya no ocurre eso.
Perdona mi extensión.
Un abrazo.

BIESCAS OCIO Y TURISMO dijo...

Comparto tu opinión y además lo que me preocupa un poquito del tema, es que ya no son tan excepcionales este tipo de actitudes, ya empiezan a ser casi habituales en las noches de juerga de nuestra localidad.

Un saludo