Con los bancos hemos topao

No hace mucho me han comentado una anécdota que ocurrió en una importante entidad financiera de Zaragoza. Una pareja intervino en una compraventa de una vivienda y para ello fueron citados en una importante caja de ahorros de dicha ciudad. Todo estaba dispuesto al efecto, los compradores y los vendedores estaban reunidos en la sala dispuestos a escuchar los varios folios, que el notario al efecto debía leer. Pues bien, cuando llevaban un par de folios, un error importante en los documentos hizo que la sesión se aplazara para otro día, con el consiguiente enfado de los compradores, vendedores y avalistas.

Fueron citados unos días más tarde y en esta ocasión, cuando todo parecía que iba bien, surgió otra confusión, pero que pudo ser solventada en unos minutos. Parece ser que la cosa no iba a ser cuestión de quince minutos, como les habían asegurado, pero se armaron de paciencia y esperaron a que se corrigiera el error.

De nuevo se sentaron alrededor de la mesa de aquel despacho, cuando al leer la escritura apareció otro error. La persona que debía figurar como vendedor no era la correcta, sino una hija el mismo, que a la fecha de autos ya no trabajaba en la empresa, con lo cual el descalabro estaba servido.

La cosa se alargaba demasiado, porque era preciso esperar a que se redactara una nueva escritura con los datos correctos, cosa que llevó casi tres cuartos de hora. Pasado este tiempo, o sea hora y media desde el principio, se llevó a cabo la firma sin más contrariedades. Y lo que debería haber sido un trámite sencillo y rápido se convirtió en una odisea tipo familia Ulises.

Esperemos que los bancos y entidades financieras afinen más la eficacia de sus gestiones y den una mejor imagen, porque en esta ocasión no se han cubierto de gloria precisamente. Y los que tengáis que firmar una hipoteca, armaros de paciencia, que nunca se sabe dónde vas a encontrar un incompetente o una mecanógrafa. a la que se le ha ido el dedo a otra tecla. Que nadie es perfecto, vale, pero en operaciones de tanta embergadura se deberían revisar mejor los papeles, más que nada para no dar la sensación de que están dando gato por liebre.