Nunca dejará de sorprenderme El Cantábrico, con sus playas, sus cabos, sus acantilados, sus gentes. Habíamos pasado muchas veces cerca de Castro Urdiales, pero nunca habíamos entrado en la ciudad. Es francamente bonita. Sus casas señoriales, las gaviotas, las barquichuelas, los barcos de pesca. Y de nuevo su gente. Venir al Cantábrico es como regresar a casa, donde tienes a los tuyos.La acogida que te dispensa esa gente es cariñosa y abierta, dejas de sentirte forastero en tierra extraña cuando cruzas dos palabras con ellos.
De nuevo chapeau por el Cantábrico.
3 comentarios:
hola sofi.
escucha el video de " aladeplomo" ehhh. Me recueda a alguien.
ten cuidado con la marea.
saluds.
Lola mas claro ya que parece que tienes cierta cautela como yo.Que paisaje tan cristalino y azul.Biescas es cristalino(¿?)y muy verde(espera que madure).Que suerte tienes de poder en pocos dias ver el intenso azul y el verde esperanza de esta preciosa tierra.
hola ZORRO, de verdad que eres muy poético.
Si todos escribieran así de bien.
La verdad es que sería estupendo tener las dos cosas a la vez, pero desgraciadamente no.
saludos.
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