Tráfico sigue rizando el rizo y pone la tecnología "al servicio del ciudadano". En esta ocasión se trata de los radades que ha colocado en el cuarto cinturón de Zaragoza. La cosa no tendría la mayor importancia si fueran radares normales y corrientes, pero no, en esta ocasión se trata de un mecanismo, que controla la velocidad a través de una fibra óptica, calculando la velocidad media de los vehículos en un tramo prolongado.
Han dicho que "de momento" no pondrán sanciones, que se trata tan solo de un trabajo informativo, pero yo no me fiaría demasiado, porque con la necesidad de euros que tienen las arcas del estado, no tardarán demasiado en utilizar esa información, para recaudar dinerillo extra, con que saciar su sed de dinero a costa del de siempre, del contribuyente.
Así que ¡cuidadín! y los amantes de la velocidad, una de dos, o que corran menos o que dejen de circular por el cuarto cinturón, si no quieren contribuir a pagar esos impuestos añadidos, que suponen las sanciones administrativas.
Pero yo me pregunto, sí esos radares tendrán en cuenta también las paradas de los vehículos descontando los minutos, cuando sus ocupantes vayan al excusado, o a tomarse un café. Porque de otro modo ¿qué fiabilidad tendrá dicho estudio informativo?.
Pero ya se sabe, mientras tanto, si cae alguna multa, porque caer cairán, eso que se llevarán por delante.
Pero ya podría preocuparse el gobierno, en lugar de sancionar los excesos de velocidad, de terminar las carreteras y autovías que tiene a medias, que esas si que van a ocasionar problemas, o quién sabe si muertes, por su mal estado. Es una vergüenza que el ministerio de fomento, tenga tan pocas luces y no se dé cuenta de que el problema de las carreteras no es de los automovilistas, sino de la precariedad de las vías y el mal estado, de gran parte de la red de carreteras.
¡Que arreglen y terminen las obras que han empezado, en lugar de tanto radar y tanta fibra óptica! Y como muestra se podrían aplicar en EL PUERTO DEL MONREPÓS, QUE LO HAN DEJADO PARALIZADO Y A MEDIAS, porque sus trabajadores ya andán por las ERES, como Pedro por su casa.
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