sábado, 10 de noviembre de 2007

Azul del Mar


Había pasado largas horas contemplando el azul del mar deslizarse por las playas de aquella Costa imaginaria con la que había soñado desde que era niña. Aquel azul intenso parecía juntarse con el fuego del crepúsculo con tal perfección y armonía que ella hubiera dicho que aquella estampa soñada, era real.
Aquella playa solitaria, aquella arena húmeda y cálida, el rumor de las olas, el suave roce de la brisa fresca, y por encima de todo, el silencio de aquella noche callada. Y el mismo silencio callaba, la brisa contenía el aliento, aquel fuego se apagaba mientras las estrellas tomaban posesión de sus dominios. ¡¡¡ callaos ¡!! Parece que decían. Y todo se volvía silencio para que ella pudiera escucharle…solo ella….
Y se quedaba quieta, tremendamente quieta, callada, con los oídos atentos y la mirada agachada, contemplando la arena tibia; y mientras tanto tejía surcos con sus manos para dejar pasar el agua…pero el agua no pasaba.



Y todo parecía tan real, que ella misma que lo estaba soñando…dudaba. Parecía que el mar se quedaba dormido, tímidas olas, guardianas de la noche…y de la esperanza; tímida brisa, que temía rozar su cara; tímidos pensamientos que miraban de reojo mientras ella…cavilaba. Y en definitiva, tímido reflejo de la luna entre las olas, que parecía que escapaba…para no despertarla.
Y porque sabía que había inventado ese sueño, que si no, pensaría que era real, que no estaba soñando.
“Casi no quedan luces encendidas en aquella noche cálida. El mar está en calma. La luna observa. La noche escapa. La brisa se esconde más allá de las olas. El azul del cielo se ha vuelto negro. Y el rojo del atardecer, cenizas. Todo está quieto.
Y….porque sabe que ha inventado ese sueño, que si no pensaría que era cierto. Se ha quedado sentada en mitad de la playa, parece dormida, pero vigila. Está cerrando los ojos, abriendo el alma. Y cuando mas quieta parece, siente que su mano le acaricia las mejillas, le recorre la silueta, despacico, lentamente que si no, se despierta.
Poco a poco se va haciendo de día. Y es entonces cuando ella…..se ha quedado dormida. Que real parece su sueño, que si no supiera que lo ha inventado , pensaría ...que eran ciertas ……..sus caricias…………..”
Había pasado largas horas contemplando la oscuridad de la noche
Deslizarse por aquella playa. Se había filtrado entre sus sueños solo para sentir cómo la brisa le rozaba la cara. Y al final hubiera querido que aquel sueño fuera realidad y que su realidad se volviera un sueño ….Se puso en pié y comenzó a caminar descalza , dejando profundas huellas en la arena, las mismas huellas que ella llevaba grabadas en el alma…………………….
Sofía Campo Diví


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente una vez más. Lástima no haber estado en el sueño...

Anónimo dijo...

Azul del mar, las playas de aquella Costa imaginaria, Aquella playa solitaria, aquella arena húmeda y cálida, el rumor de las olas, el suave roce de la brisa fresca, y por encima de todo, el silencio de aquella noche callada.
Esto todo Sofia és Una perfecta interacción entre los sentimientos humanos y las fuerzas de Naturaleza.
Belissimo
Tengas un lindo domingo.
Con mucha cordialidad,
Geraldo