lunes, 5 de noviembre de 2007

Vaho en los cristales (relato)

"Anoche, mientras escuchaba la radio, decidí que debía dar un giro a mi vida. . Cuando me he despertado esta mañana, las palabras del periodista seguían retumbando en mis oídos, recordándome mi decisión. He caminado descalza por el salón durante unos segundos y me he dirigido a la ventana. Mi respiración entrecortada ha dibujado un pequeño cerco en los cristales. He mirado a través del vaho y he visto miles de escenas entremezcladas de lo que ha sido mi vida.
Mientras unas minúsculas lágrimas recorrían mi cara, he vuelto a escuchar las palabras del periodista y me he reafirmado en mi decisión. Seguir un minuto mas en aquella situación, no haría sino agravar mi vida un poco más, un poco más al día siguiente y así hasta que pasara un mes y un año….y… una vida. Y al final de mi vida me sentiría insatisfecha, vacía….sola.
Me he preguntado porqué, sabiendo que no había respuesta. Aunque hacía frío he abierto la ventana y he respirado hondo. El viento gélido me parecía una brisa agradable. He cerrado los ojos y he permanecido así durante unos instantes. El griterío de unos niños que jugaban, me ha devuelto a la realidad. Lo he recorrido todo con la mirada, como cuando te despides de algo. Cada objeto me sugería un momento de mi vida, de esa vida vacía que me encontraría dentro de ¡quien sabe cuantos años! He tragado saliva para darme valor y un nudo se me ha apoderado del estómago, hasta el punto de retorcerme de dolor. Me he rodeado con los brazos y me he dicho-¡ahora o nunca!- He mirado hacia abajo y un mundo minúsculo bullía en un ir y venir de cientos de personas, que apenas podía distinguir. Las lágrimas seguían recorriendo mi cara; me temblaban las manos que, con movimientos inciertos, me animaban a seguir adelante.
Así que, cuando leáis este mensaje mañana o pasado mañana ¡cómo saber cuándo me echaréis en falta!, no quiero que lloréis mi ausencia, ni intentéis haceros preguntas que no tienen respuesta. Las circunstancias son las que mandan en la vida y ya no puedo más con las mías.
Esta mañana hacía frío y cuando he querido regresar de mis pensamientos, tenía el cuerpo como un carámbano; así que he cerrado la ventana, me he dirigido al dormitorio y he cogido el abrigo y mi bolso de mano. No quiero llevar conmigo nada que me recuerde el pasado. Ignoro todavía donde iré; tomaré algún tren que me lleve muy lejos y cuando esté preparada para regresar, si consigo encontrarme a mi misma, volveréis a verme…..”


Sofía Campo Diví

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No llego a comprender si es real o imaginación el relato, pero lo que si es cierto es que, cuando se es joven es cuando hay que tomar las decisiones que hagan que nuestra vida sea lo más placentera posible, dejando atrás recuerdos e incertidumbres, en ocasiones es muy doloroso, en otros diremos ¿y porqué no lo habré hecho antes?
Cada uno debe de marcarse la meta que considere que es capaz de alcanzar.
El vaho lo haré yo el fin de semana que viene en Broto a las 7 de la mañana, pero me armaré de coraje y saldré a limpiar de hojas el pequeño jardín.
Saludos de un amante del Pirineo.

Anónimo dijo...

Trato de dejar un comentario pero no sé qué pasa que no puedo. A ver si ahora hay más suerte. Me gusta tu relato, Sofi.

Sofía Campo Diví dijo...

Unjubilado, si te refieres, en cuanto a lo de real o imaginario, si me ha pasado a mí o no, te diré que toda la literatura está plagada de relatos imaginarios basados en hechos reales. Yo saco la inspiración de cosas reales muchas veces, que me han pasado a mí o que me han contado otras personas. Pero cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Anónimo dijo...

Aclarado. Es que a mí me ocurre al revés, al contar mis vivencias, mili, hechos anecdóticos, pese a que en muchos casos lo hago en clave de humor, son reales.
Un saludo