Hoy le quiero dedicar este post a mi sobrino Carlines, aunque supongo que ya nadie le llama así, espero que no se enfade. La semana pasada tuvo un accidente y, aunque se va recuperando está un poco triste. Es normal, es un chico joven y esta contrariedad hace que se le caiga el mundo encima. Toda la familia, aunque en la distancia, estamos con él y le llevamos en el pensamiento a todas horas.
Esperemos que estas horas amargas terminen pronto y que todo vuelva a la normalidad, para que él recobre la alegría.
El tiempo ha pasado muy deprisa en esta familia, supongo que como en todas, y los peques han crecido sin darnos cuenta, las travesuras de infancia quedan lejos, aquellos chiquillos correteando y haciendo picias, del mismo modo que en su día las hicieron sus padres. Y aquellos niños que lo llenaban todo con sus juegos y sus gritos, ahora se han hecho mayores y han comenzado a tomar destinos muy diferentes, han elegido parejas, han realizado proyectos, han prolongado la familia, y como es ley de vida y las contrariedades forman parte de ella, también las han sufrido, como el accidente de Carlines, que le mantiene en un hospital esperando el momento de regresar a casa.
Y como siempre hemos hecho, la familia permanece unida, por el hilillo de los teléfonos móviles que como una cadena irrompible ha vuelto a reunir la piña. Y cada día, nos vamos pasando la bola, para saber e informar cómo evoluciona su estado. Seguro que cuando esté mejor haremos una fiesta. Y mientras tanto esperaremos que los días se le hagan cortos.
Desde este blog le quiero desear a nuestro sobrino Carlines que se ponga pronto bien y que no desespere, que su bienestar está esperándole a la vuelta de la esquina. Un abrazo muy fuerte.
1 comentario:
Le deseo a tu sobrino una pronta recuperación y vuelta a la normalidad.
Un abrazo
Publicar un comentario