Hay un fenómeno social, si puede llamarse así, más por lo de social que por lo de fenómeno, que trae absortos a miles, por no decir millones, de ciudadanos en este y en casi todos los países. Se llama fútbol, que, últimamente está copando bastantes franjas horarias de la programación de muchas televisiones. Muchos nos preguntamos a qué es debido el incremento de emisiones de partidos de fútbol, que ya ocupan todos los días de la semana.
Los días que hay partido porque hay partido, ligas nacionales o extranjeras; los días siguientes al partido, porque hay que opinar sobre las mejores jugadas; y los demás días, si sobra alguno, porque hay que prepararse o polemizar sobre futuros encuentros.
El caso es tener la mente ocupada de los expectadores, que, mientras ven el fútbol, no piensan en otra cosa, (bueno algunos sí, en el sexo) y mucho menos en la crisis social que atravesamos, cuya luz al final del túnel, sólo ve nuestro presidente del gobierno. Váyase usted a saber a dónde estará dirigiendo su mirada, porque a nuestra crisis está claro que no.
Pero el gobierno no tiene en cuenta a los miles de ciudadanos, que contrarios a este deporte nacional (bien llamado o no), seguimos pensando en otras cosas, también en la crisis y ¡'cómo no! en el gobierno. O sea que la maniobra del despiste, a la que nos someten a menudo los políticos, no funciona en este caso, que, como en otros, se ve la cortina de humo a distancia y los que están cerca, la huelen intensamente. Y como pensar, no vamos a dejar de pensar, ni los futboleros ni los que no lo son, pese a quien le pese, y vamos s seguir hablando en los corrillos de taberna (pese a quien le pese también por la pura envidia cochina), enseguida vamos a darnos cuenta (el que más y el que menos) de que algo huele mal en la política de nuestro país. Que más parece una política de engañabobos que un trabajo bien hecho. pero ¿quién ha dicho que los políticos lleguen al poder para trabajar? (y menos ¿para trabajar para y por su pueblo?).
2 comentarios:
Pues a mi como no me gusta el futbol me uno a los borregos de siempre y me pongo a decir como un loro:"¡que verguenza,que esto se pague con mis impuestos!"
y si no tenemos a la belen esteban and company, con sus operaciones,divorcios, novios,etc.
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