Parece ser que las muestras de arte alternativo proliferan por el Pirineo, ya que una nueva puede visitarse en Biescas desde hace tiempo. Aunque hasta ahora había pasado desapercibida, puede llegar a ser una de las muestras más importantes de la Villa.
Lleva como título "Cuando el óxido de los aperos invadió las aliagas" y está situada al final del camino del cementerio, donde confluye éste con el barranco del Sía.
Parece ser que esta exposición lleva bastante tiempo en el lugar, si bien es verdad, hasta ahora solo unos pocos habían tenido la oportunidad de verla.
La excepcionalidad de exposición de tales características nos lleva a ofrecerle esta reseña en este espacio.
Como se puede observar se trata de unos aperos de labranza, totalmente oxidados y perfectamente colocados sobre unas piedras que los mantienen erguidos y que recrean la vista y el asombro de los viandantes, que se preguntan por la naturaleza de exposición tan curiosa.
El óxido lo impregna todo, hasta el punto de confundirse con las aliagas en una simbiosis perfecta, digna de ser estudiada por los biólogos y demás expertos relacionados con el tema. La majestuosidad de los elementos deja boquiabiertos a cuantos los miran, que no se atreven a dar una opinión sobre el estado de los mismos.
Algunos reflexionan sobre su impacto en el ecosistema de la zona, que se ve, sin duda, afectado por el óxido de la exposición, sobre todo cuando llueve, cuando un hilillo rojizo se resbala por los hierros finiquitándose entre las zarzas y pedruscos del lugar, que se ven así cubiertos por el rojo elemento, sin tener culpa de nada.
Los matorrales abrazan los artilugios de modo tan natural, que se diría que los mismos llevan allí largo tiempo y que han congeniado a la perfección con las plantas de la ladera del barranco.
Preguntados algunos vecinos, se han manifestado al respecto diciendo que dicha exposición lleva en el lugar hace mucho, pero que se encuentra en perfecto estado y tal es así, que algunos de ellos suelen coger los aperos en algunas ocasiones para labrar sus campos y cuando han terminado vuelven a colocarlos en el lugar como si nada.
Se trata pues de una exposición digna de ser vista por las características que presenta. No sabemos hasta cuándo estará presente en el lugar, así que los interesados podéis pasar a visitarla lo antes posible. La entrada es libre y por lo tanto gratuita, ya que está subvencionada por el yuntamiento. Espero que os guste. Para encontarla no tenéis más que buscar un montón de chatarra abandonado, que es en realidad lo que parece. ¡Menos mal que sabemos que se trata de una exposición itinerante!