El debate sobre la legislación, que pretende permitir la venta de la píldora del día después sin límite de edad, está servido. Se habla mucho de ello, cada uno hablamos desde nuestras circunstancias. Quienes tienen hijas dicen que les afecta más y que su preocupación es mayor que si tuvieran hijos, lo cual no deja de ser una tontería porque el problema es de todos.
Es un tema difícil, y creo que el gobierno debería matizar mucho en la legislación de esta norma.
En encontrado algo interesante que os aconsejo que leáis, a través del blog de Jubilado, que enlaza con el de Emilio Calatayud, juez de menores.
Este artículo deja claro que hay que matizar mucho todavía y que no es tan fácil como parece.
Seguramente las adolescentes estarán encantadas con esta ley, que les facilita el acceso a la píldora poscoital, ya solo les quedará solucionar el tema económico, porque si va a costar unos veinte euros, ¿de dónde los sacarán?¿qué les dirán a sus padres para que se los den?.
Polémicas aparte, no voy a mojarme en esta discusión porque la ley que la ha creado está bastante inmadura. Pero, como madre, me gustaría saber si mis hijos están tomando alguna medicina o no y más si fueran menores. Me parece que es una responsabilidad mía saberlo y un derecho. Ninguna medicina es inofensiva totalmente, desde el momento que metemos algo de química en el organismo, eso no es nada bueno. Esta pastilla tampoco lo es, desde el momento que se hace en un laboratorio.
Se habla mucho de diálogo, como terapia, entre padres e hijos y de educación sexual. Pero no creo que el problema esté en la educación. Los hijos no hablan con sus padres de sexo, por psicología, estos temas se hablan con amigos y con gente con la que no están tan involucrados y con los que pueden hablar con más libertad. Lo demás son utopías.
De momento, y mientras se aclara la ley, yo solo reivindico desde aquí mi derecho a saber si mis hijos están o no, tomado medicinas.
1 comentario:
Sin entrar en el fondo del asunto,hay que darse cuenta que la autorizacion es voluntaria,la prohibicion,obligatoria.Es decir si una puerta esta cerrada no se puede pasar, pero si esta abierta no tienes obligacion de entrar.Una cosa es la ley y otra los compromisos personales, porque no creo que los jovenes se comporten pensando en la legislacion.
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