domingo, 2 de marzo de 2008

Arroz depende: nueva receta


El mundo de las recetas es impresionante. Hoy quiero hacer arroz con conejo y he estado investigando en internet algunas recetas. Las hay para todos los gustos. Y ya sabéis lo que ocurre con esto de las recetas, que te señalan una serie de ingredientes, pero miras en el armario de la cocina y te faltan unos cuantos. Y empiezas a cambiar, en lugar de tomillo le pones romero, en lugar de pimiento rojo se lo pones verde, en lugar de pimienta le pones pimentón, en lugar de azafrán le pones colorante.
Pero lo que me pasó a mi en una ocasión fue rizar el rizo con esto de las sustituciones de ingredientes. Quise hacer una paella y me faltaban algunos ingredientes, los fui cambiando y cuando busqué el arroz, vi que se me había terminado, así que lo tuve que cambiar por fideos y lo que hubiera sido una paella riquísima se convirtió en una fideua estupenda. Me reía yo sola, lo cambié absolutamente todo.
Hoy solo tendré que cambiar algún ingrediente, me quiero esforzar porque han venido mi hijo mayor y su novia a visitarme y quiero sorprenderlos. Les voy a hacer un arroz depende y lo voy a hacer de la siguiente manera: en una paellera pondré aceite de oliva virgen (que le de caña al colesterol malo) y freiré un pimiento verde, cuatro ajos laminados (que no se hacer nada sin ajos) un tomate cortado a dados minúsculos y un poco de cebolla picada; cuando esté todo bien frito lo reservaré aparte y en el mismo aceite freiré un conejo a trozos (que previamente habré salpimentado) y unos trocitos de solomillo de cerdo (quería poner costilla de cerdo que es mas jugoso, pero no tengo), cuando esté casi a punto, lo rociaré con un poco de vino blanco y dejaré que haga un rato chup chup (jajaja).
Cuando esté listo el conejo lo mezclaré con el sofrito de pimiento y le echaré siete tazas de arroz (somos cinco, pero mis hijos comen como limas) y catorce medidas de caldo de carne natural, cuando lleve cociendo quince minutos le añadiré unos mejillones ya cocidos previamente, unas tiras de pimiento rojo par adornar y cuatro rodajas de limón y lo dejaré tres o cuatro minutos más. Finalmente lo sacaré del fuego y dejaré que repose unos ocho minutos, tapado con un paño limpio. Y el resultado final será un arroz depende de lo que tenía en la despensa.
¡Que raro!¡me está entrando hambre! jajaja. Espero que me salga bien, porque el arroz no es mi especialidad, y que todos se chupen los dedos. Ya os contaré el resultado. O mejor, os invito a probarla.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pena no haber estado en Biescas este finde, acabo de merendar y leyendo la receta me ha entrado un hambre horrible, creo que he sentido hasta el olor. No seas mala, que me haces comer más de la cuental y se hacerca la "OPERACIÓN BIKINI".
Besos y Buen Provecho.
Ana

Anónimo dijo...

Cuando estaba estudiando en Salamanca, tenía unos compañeros que vivian dos portales más allá del nuestro, hacia el "barrio chino". Los turnos de cocinero se respetaban de tal manera que el chef de la semana tenía que aprovisionar de víveres el frigorífico.
Uno de ellos solía hacer guisos de pollo "a la nevera". Es decir, le echaba cualquier cosa que encontrase dentro del frigorífico. Muy bueno no debía estar porque sus compis de piso decían que los guisos aderezados a base de: el cordón de colgar el chorizo, con su correspondiente chapa metálica no daba demasiado gusto al caldo. Tampoco añadía mucho matiz una mandarina mohosa, ni el ketchup solidificado sobre la embocadura del frasco. En ocasiones especiales creo que ponía también un huevo con cáscara y todo. Eso sí se lo comían todo y realmente no pasaban hambre. Por la pinta de tu receta has superado ampliamente la creatividad de mis compañeros. Buen provecho.

Ligia dijo...

Mmmm... qué rica que te quedó. Ya apunté la receta. Yo soy como tú, todo lo hago "depende". Busco lo que tengo primero y luego hago lo que se me ocurre. Y siempre sale bueno. Cuando hay hambre...

Anónimo dijo...

Yo últimamente también voy improvisando. Llevo una vida tan agobiada que la mitad de las veces se me olvida comprar el arroz de la paella, como a ti.
Lástima no haberlo sabido antes porque ayer volví a pasar muy cerquita de Biescas. Podíamos haber pasado a darle una chupadita al caldero.
Besos, Sofi.

Leodegundia dijo...

Eso es lo bueno de la cocina, que las recetas no son algo rígido que no admita cambios, se ponen los ingredientes de que se dispone y el resultado suele ser estupendo.