Biescas amanecía así de bonito esta mañana, las nubes bajas lo invadían todo y la llovizna comenzaba a dar sus primeros pasos, una tímida lluvia ,que casi seguro irá desapareciendo a lo largo del día, nos está acompañando desde el comienzo del día. Aunque, ahora que lo pienso, esta noche me ha parecido escuchar entre sueños que las gotas de lluvia golpeaban la barandilla de las ventanas.Pero me he dado la vuelta y he seguido durmiendo. Luego he soñado que un río inmenso pasaba bajo mi balcón, y bajaba las escaleras para acercarme a la orilla. Que cuando he llegado he visto el agua mas cristalina que jamás he conocido. Y no he podido evitar agacharme para tocarla con mis manos y sentir el frío en mi piel. Que después he acariciado mi rostro con las manos húmedas y me he sentido rejuvenecer. Me hubiera gustado adentrarme en el inmenso río, y seguir corriente abajo pero....de repente...han comenzado a sonar las campanas de la Iglesia de San Salvador. Siete campanadas. Hora de levantarse. Y me he quedado con las ganas de mezclarme, igual que una gota, con el agua de ese río tan inmenso que, esta madrugada, ha pasado bajo mi balcón. Luego, como he visto que el día estaba tan bonito, he subido al barrio de Peña, con mi cutre cámara digital, y he sacado esta fotografía. Biescas estaba bonita ¿verdad?.
Por cierto la foto se la dedico a mi amigo Antonio, que vive en Madrid, es aquel que el otro día le cantaron "Perdido" los chavales de la visita inesperada a La Bernarda. Por ser tan majo. Supongo, Antonio, que ya estarás contando las horas que faltan para tu llegada a Biescas mañana ¿no? que se te hagan cortas y un abrazo.
2 comentarios:
exactamente, 31 horas y 3o minutos aproximadamente
Qué bella descripción, Sofi. Yo llevo también una semana de sueños bellos... Alguien, por quien suspiro de día, de noche me abrazaba...
Publicar un comentario