Parece que era ayer, cuando les veía corriendo, llorando, jugando. Y les veía disfrutar de las liguillas de fútbol, de las aventuras de pandilla. Parece que era ayer, cuando les llevaba de excursión al Pirineo y disfrutaban corriendo por el monte, mojándose en los ríos y haciendo mil diabluras. Parece que era ayer cuando les veía superar las primeras decepciones, cuando veía desfilar ante mis ojos una fila interminable de amigos, de primeras novias.
Mi casa estaba siempre llena de amigos de mis hijos; en eso se parecen a mi, porque dan un alto valor a la amistad, que la anteponen a todo lo demás. Parece que era ayer cuando tropezaban y caían por las circunstancias de la vida, y luego se levantaban un poquito más mayores. Porque no les pude dar una vida fácil en su infancia, pero tengo unos hijos luchadores, que han logrado superar las contrariedades y aprender a ser felices.
Ahora veo con qué ilusión el mayor de mis hijos ha comprado un piso y sigue la construcción paso a paso, y me enseña fotos de la evolución cada dos meses. Está ilusionado por su proyecto de vida, y su novia (que le ha puesto firme) está participando en esto, que la chica es una gran persona.
Ahora veo con qué ilusión el segundo de mis hijos cuida de su hija, por fin a aprendido a pensar en los demás y a repartir todo su cariño entre quienes le rodean. Por primera vez en su vida, he podido verlo feliz, su pareja tiene mucho que ver en esto, que también es una gran chica.
Ahora veo con qué ilusión el mayor de mis hijos ha comprado un piso y sigue la construcción paso a paso, y me enseña fotos de la evolución cada dos meses. Está ilusionado por su proyecto de vida, y su novia (que le ha puesto firme) está participando en esto, que la chica es una gran persona.
Ahora veo con qué ilusión el segundo de mis hijos cuida de su hija, por fin a aprendido a pensar en los demás y a repartir todo su cariño entre quienes le rodean. Por primera vez en su vida, he podido verlo feliz, su pareja tiene mucho que ver en esto, que también es una gran chica.
Y miro a mi hijo pequeño, que todavía está en la fase rebelde, y le veo hacerse mayor, luchar por lo que ama (y también sacarle a su madre todo lo que quiere). Y cuando cada mañana se va a trabajar, dentro de mi pienso "ahí va mi chico, echo todo un hombre a trabajar a la obra". Y se, que cuando pase el tiempo, también entrará en la fase sensata, como sus hermanos.
Mis hijos no saben lo orgullosa que estoy de ellos porque en pocas ocasiones se lo he dicho. Éste es un buen momento para hacerlo.Y les deseo que no se cansen de luchar cada día por lo que quieren. Un abrazo para ellos.
Mis hijos no saben lo orgullosa que estoy de ellos porque en pocas ocasiones se lo he dicho. Éste es un buen momento para hacerlo.Y les deseo que no se cansen de luchar cada día por lo que quieren. Un abrazo para ellos.
1 comentario:
Sofía, seguro que una gran parte de lo que son tus hijos se debe al trabajo que tu has hecho con ellos. Así que: felicidades. Y disfruta de los buenos momentos todo lo que puedas
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