Esta Semana Santa hemos trabajado como nunca y en algunos momentos nos hemos visto apurados, de tal manera que hemos necesitado la ayuda de algunas personas que, encantadas han pasado detrás de la barra. Se trata de mi hijo mayor, Ismael, y su novia Vanesa que han venido a visitarme y a pasar en Biescas sus merecidas vacaciones. El sábado a la hora del vermouth fue tal la avalancha de gente que yo, que normalmente me encargo de la cocina, tuve que salir a la barra a servir; así que Vanesa entró en la cocina para hacer los fritos e Ismael en la barra para encargarse del lavavajillas. No se imaginaban que estas vacaciones iban a tener esta sorpresita. Lo hicieron fenomenal y se lo pasaron muy bien, aunque en algunos momentos se les veía sudar la gota gorda. Ayer regresaron a Zaragoza y aquí ha quedado el vacío, pero estoy segura que volverán pronto.
Las vueltas que da el destino quiso que mi hijo y yo compartiéramos estos momentos que recordaremos siempre. Por eso desde este espacio les quiero rendir este homenaje para darles las gracias. ¡Gracias chicos, lo habéis hecho genial!
2 comentarios:
Es bueno contar con ayuda en casos de apuro, pero que encima la ayuda te venga de la mano de tu hijo y su novia todavía es mas gratificante.
Por cierto, son una parejina muy guapa.
Sofía, aunque supongo que agotados, habéis superado la prueba. Y ojalá siga todo tan bien como hasta ahora.
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