Como os había anticipado la semana pasada aquí publico el artículo tomado de la revista Sálvese quien pueda, tengo que decir, que el autor del mismo no sabe que se lo publico, porque no he podido localizarlo. Pero dada la valía del mismo me ha parecido muy interesante darlo a conocer. Es posible que, quienes no hayan vivido en Biescas no entiendan el significado concreto y les parezca un relato como cualquier otro, pero os aseguro que aquí hay mucha miga.
"Erase una vez un matrimonio humilde, que tenía dos hijos: una hermosa niña de lindos cabellos rubios, llamada Albor y un niño de negros cabellos rizados, llamado Panfiet, a quien todos conocían por ‘Panfletín’.
Vivían en un pueblecito muy lindo, rodeado de verdes praderas y agrestes montañas, junto al río Satures, en la tierra de Pecherata. Allí había cinco, o tal vez seis, ricos y poderosos hombres que sometían a sus vasallos a viles faenas, disputándose el poder, oprimiendo con sus tributos y decisiones a los vecinos de Ruvelal, que así se llamaba el pueblo.
Eran felices, ,trabajando todos ellos en las labores del campo y cuidando los animales que, a lo largo de los años, con muchos sacrificios, habían podido adquirir.
Panfletín era un niño normal, jugaba en las calles con los demás niños de Ruvelal, cuando dejaba de ayudar a su padre. Bueno normal no, era un poco asustadizo, temeroso, importándole mucho si su conducta a los ojos de los grandes señores podría llegar a perjudicar incluso a los bienes de su padre.
Un día sus padres decidieron que Albor podía y debía esposarse con un ricohombre, Elcat, que había puesto sus ojos en ella, al verla tan hermosa trabajadora y bondadosa, lo que lograron muy a su pesar de la familia del apuesto varón.
Con Panfletín, como no podían casarlo por su juventud siguiendo los consejos de su maestro, lo enviaron a estudiar fuera, en una tierra próspera, Polinola, donde la lucha por la igualdad, la justicia, la libertad y el respeto por los derechos de los hombres, era asumida como objetivo primordial por sus habitantes.
Aquellas ideas, nuevas en la vida de Panfletín, despertaron en él la inquietud, el interés y curiosidad de poder algún día aplicarlas e inculcarlas en su tierra de Pecherata y más concretamente en su pequeño pueblecito de Ruvelal. Sabía que ello traería consigo el enojo y la ira de los ricos grandes hombres, incluso tal vez su persecución y destierro, pero él debía intentarlo por todos los medios. Alguna estratagema encontraría para lograr su fin. Al vez su hermana Albor y su cuñado Elcat pudieran ayudarle, dado el círculo de relaciones y amistades que tenían, gozando además de la confianza y simpatía de los magnates de Pecherata. Pero he aquí que en Polinola, cuando más dedicado estaba en preparar el desarrollo de sus planes futuros, por la influencia de su nueva ideología, cae sumido en una extraña y rápida enfermedad que motiva desasosiego intenso en Panfletín, que ve cómo su tamaña va reduciéndose a limites infantiles, hasta quedarse ‘Enano’ con modificaciones del tono y timbre de su voz, unas veces chillona, aflautada otras, hasta tal punto que motivó el que posteriormente y a partir de entonces en su pueblo, entre otras cosas, burlona e irónicamente, le llamaran Voz de Trueno.
Todo aquello, si bien iba a influirle notablemente, no le iba a hacer desistir de llevar a la práctica sus planes, muy al contrario debía de intentarlo con más firmeza y empuje de cómo había imaginado.
Pero quedaba por resolver algo. ¿Cómo iba a lograr la confianza y simpatía de los potentados de Ruvelal, si sabían de sus andanzas, experiencias y nuevas ideas vividas durante su estancia en Polinola?. Además su imagen se había deteriorado mucho al convertirse ‘enano’, lo que iba a condicionar y dificultar más aún sus intenciones.
Sus padres aconsejaron obrara de la misma forma que su hermana Albor, tenía que encontrar una joven doncella, hija de algún rico hombre, que lograra el beneplácito y la aceptación de los magnates. No importaba fuera más joven que él, había que lograrlo por encima de todo.
Así surgió la boda con Avarat, hija única de un rico matrimonio, educada en la clase social alta, al gusto y refino de lo exigible en un doncella de su tiempo.
Todavía hay gente en Ruvelal que recuerda el acontecimiento. Todavía hay personas que recuerdan las largas pláticas, peroratas y consignas que daba Panfletín a cuantos se interesaban por las ideas que él traía de Polinola y que iban a revolucionar el vivir de las gentes de Ruvelal, en la tierra de Pecherata. Pero lo que él había ideado como un medio, esposarse con Avarat, había condicionado excesivamente su vida congelando su ideología, se había convertido en un fin. Panfletín no era consciente de su transformación o al menos aparentaba no serlo. Los que le habían visto regresar al pueblo con su ideología de esperanzas, de profundos cambios en la vida cotidiana de sus vidas, de igualdad y reparto de las riquezas, de luchar para liberarlos de la larga opresión de manejo y ostentación de poder de los ricos hombres , se quedaban desconsolados: habían perdido un líder y con él una esperanza. Ahora en su pueblo ya no le llaman “Panfletín”, ni siquiera el “Enano”. Le llaman “Orlando, el curioso”; pronto le dirán “el furioso” y tal vez algún día “el ruinoso”.
Y cuentan que Ruvelal, sigue como antaño. Solo que más feo, se ha hecho más grande. Pero mandan los mismos, los ricos se han ido haciendo más ricos, y los pobres siguen igual o más pobres.
Pregunto y me preguntan quienes viven, han vivido y vivirán en Ruvelal, ¿queda alguna esperanza de que esto cambie de verdad, algún día no lejano?¿podrán los pobres, la clase media, los trabajadores hacer oír su voz de petición justa de igualdad, de posibilidad, antes los magnates?,¿será posible algún día que las decisiones no las tomen siempre los cinco , o tal vez seis, ricos hombres en función exclusiva de sus intereses?. Y me dicen los que me cuentan la historia del “Enano en la corte del rey astuto” ¿podrán los habitantes de Ruvelal solos cambiar algún día el rumbo del poder de los magnates y sus planteamientos o tendrán que acudir en su ayuda gentes próximas a la tierra de Pecherata? . (autor: L. Rubio).
Diecinueve años después es posible que esos interrogantes no se hayan despejado...¿alguien sabría responderlos?... Próximo artículo: "Hallazgo de un mosaico en el polideportivo", a lo largo de esta semana"
"Erase una vez un matrimonio humilde, que tenía dos hijos: una hermosa niña de lindos cabellos rubios, llamada Albor y un niño de negros cabellos rizados, llamado Panfiet, a quien todos conocían por ‘Panfletín’.
Vivían en un pueblecito muy lindo, rodeado de verdes praderas y agrestes montañas, junto al río Satures, en la tierra de Pecherata. Allí había cinco, o tal vez seis, ricos y poderosos hombres que sometían a sus vasallos a viles faenas, disputándose el poder, oprimiendo con sus tributos y decisiones a los vecinos de Ruvelal, que así se llamaba el pueblo.
Eran felices, ,trabajando todos ellos en las labores del campo y cuidando los animales que, a lo largo de los años, con muchos sacrificios, habían podido adquirir.
Panfletín era un niño normal, jugaba en las calles con los demás niños de Ruvelal, cuando dejaba de ayudar a su padre. Bueno normal no, era un poco asustadizo, temeroso, importándole mucho si su conducta a los ojos de los grandes señores podría llegar a perjudicar incluso a los bienes de su padre.
Un día sus padres decidieron que Albor podía y debía esposarse con un ricohombre, Elcat, que había puesto sus ojos en ella, al verla tan hermosa trabajadora y bondadosa, lo que lograron muy a su pesar de la familia del apuesto varón.
Con Panfletín, como no podían casarlo por su juventud siguiendo los consejos de su maestro, lo enviaron a estudiar fuera, en una tierra próspera, Polinola, donde la lucha por la igualdad, la justicia, la libertad y el respeto por los derechos de los hombres, era asumida como objetivo primordial por sus habitantes.
Aquellas ideas, nuevas en la vida de Panfletín, despertaron en él la inquietud, el interés y curiosidad de poder algún día aplicarlas e inculcarlas en su tierra de Pecherata y más concretamente en su pequeño pueblecito de Ruvelal. Sabía que ello traería consigo el enojo y la ira de los ricos grandes hombres, incluso tal vez su persecución y destierro, pero él debía intentarlo por todos los medios. Alguna estratagema encontraría para lograr su fin. Al vez su hermana Albor y su cuñado Elcat pudieran ayudarle, dado el círculo de relaciones y amistades que tenían, gozando además de la confianza y simpatía de los magnates de Pecherata. Pero he aquí que en Polinola, cuando más dedicado estaba en preparar el desarrollo de sus planes futuros, por la influencia de su nueva ideología, cae sumido en una extraña y rápida enfermedad que motiva desasosiego intenso en Panfletín, que ve cómo su tamaña va reduciéndose a limites infantiles, hasta quedarse ‘Enano’ con modificaciones del tono y timbre de su voz, unas veces chillona, aflautada otras, hasta tal punto que motivó el que posteriormente y a partir de entonces en su pueblo, entre otras cosas, burlona e irónicamente, le llamaran Voz de Trueno.
Todo aquello, si bien iba a influirle notablemente, no le iba a hacer desistir de llevar a la práctica sus planes, muy al contrario debía de intentarlo con más firmeza y empuje de cómo había imaginado.
Pero quedaba por resolver algo. ¿Cómo iba a lograr la confianza y simpatía de los potentados de Ruvelal, si sabían de sus andanzas, experiencias y nuevas ideas vividas durante su estancia en Polinola?. Además su imagen se había deteriorado mucho al convertirse ‘enano’, lo que iba a condicionar y dificultar más aún sus intenciones.
Sus padres aconsejaron obrara de la misma forma que su hermana Albor, tenía que encontrar una joven doncella, hija de algún rico hombre, que lograra el beneplácito y la aceptación de los magnates. No importaba fuera más joven que él, había que lograrlo por encima de todo.
Así surgió la boda con Avarat, hija única de un rico matrimonio, educada en la clase social alta, al gusto y refino de lo exigible en un doncella de su tiempo.
Todavía hay gente en Ruvelal que recuerda el acontecimiento. Todavía hay personas que recuerdan las largas pláticas, peroratas y consignas que daba Panfletín a cuantos se interesaban por las ideas que él traía de Polinola y que iban a revolucionar el vivir de las gentes de Ruvelal, en la tierra de Pecherata. Pero lo que él había ideado como un medio, esposarse con Avarat, había condicionado excesivamente su vida congelando su ideología, se había convertido en un fin. Panfletín no era consciente de su transformación o al menos aparentaba no serlo. Los que le habían visto regresar al pueblo con su ideología de esperanzas, de profundos cambios en la vida cotidiana de sus vidas, de igualdad y reparto de las riquezas, de luchar para liberarlos de la larga opresión de manejo y ostentación de poder de los ricos hombres , se quedaban desconsolados: habían perdido un líder y con él una esperanza. Ahora en su pueblo ya no le llaman “Panfletín”, ni siquiera el “Enano”. Le llaman “Orlando, el curioso”; pronto le dirán “el furioso” y tal vez algún día “el ruinoso”.
Y cuentan que Ruvelal, sigue como antaño. Solo que más feo, se ha hecho más grande. Pero mandan los mismos, los ricos se han ido haciendo más ricos, y los pobres siguen igual o más pobres.
Pregunto y me preguntan quienes viven, han vivido y vivirán en Ruvelal, ¿queda alguna esperanza de que esto cambie de verdad, algún día no lejano?¿podrán los pobres, la clase media, los trabajadores hacer oír su voz de petición justa de igualdad, de posibilidad, antes los magnates?,¿será posible algún día que las decisiones no las tomen siempre los cinco , o tal vez seis, ricos hombres en función exclusiva de sus intereses?. Y me dicen los que me cuentan la historia del “Enano en la corte del rey astuto” ¿podrán los habitantes de Ruvelal solos cambiar algún día el rumbo del poder de los magnates y sus planteamientos o tendrán que acudir en su ayuda gentes próximas a la tierra de Pecherata? . (autor: L. Rubio).
Diecinueve años después es posible que esos interrogantes no se hayan despejado...¿alguien sabría responderlos?... Próximo artículo: "Hallazgo de un mosaico en el polideportivo", a lo largo de esta semana"
3 comentarios:
Panfletin era una idealista sin duda pero sin fuerza, pues sucumbió,a muchos les sucede lo que a el, es una lástima aunque no hay que perder la fe y la esperanza, excelente post!!!
Lograste tu cometido Sofía, me sentí muy a gusto en tu rincón de expresión.
Muy interesante el artículo, me quedó grabada por sobre todas las cosas esta frase: "Pero mandan los mismos, los ricos se han ido haciendo más ricos, y los pobres siguen igual o más pobres.", que realidad tan triste, y es tan difícil asumirla como intentar cambiarla!
* Las fotos que sacás son realmente hermosas, muy lindos paisajes sobre todo, me dan ganas de conocer todos esos lugares =)
Saludos! Pongo tu blog en mis favoritos.
Yo también te he añadido Maria Laura, muchas gracias por tu visita. Yo voy a visitar tu blog en cuanto haga unas cosillas. Un saludo
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