Lideres en el cuadrilátero

Hace mucho que no hablo de la campaña electoral, pero me parece que ahora, que ha comenzado “oficialmente “(que oficiosamente ya llevan bastante tiempo dando el tostón) es un momento idóneo para hacerlo. Por supuesto que anoche no vi el debate televiso sobre economía, nunca veo la televisión y éste no es un buen momento para empezar a hacerlo (ahora menos que nunca).
No entiendo que se le de tanto bombo y platillo al hecho de que se vayan a celebrar varios debates, porque ni creo que sean decisivos, ni que añadan nada nuevo a lo que ya sabemos. Pero entiendo que la gente disfrute viendo enfrentados en el cuadrilátero a los dos máximos rivales y que al verlos, en algunas ocasiones contra las cuerdas, les pueda dar mucho morbo.
Si que entiendo que tal enfrentamiento es un reto, más personal que político, para los contrincantes y que para ellos puede ser una dura prueba, que nos hará saber la personalidad de cada uno y la credibilidad de lo que digan. Atentos los estudiosos de las expresiones corporales, pueden que nos den alguna información sobre si lo que nos están contando se lo creen ellos mismos o, por el contrario, se cae por su propio peso.
Como he dicho en otras ocasiones, una campaña electoral no debería decidirse quince días antes de las elecciones, sino durante los cuatro años anteriores, que son los que nos dicen lo que son o no capaces de hacer los aspirantes al gobierno. Además durante estos quince días todos los partidos no tienen igualdad de oportunidades, y las cadenas de televisión, tantos privadas como públicas, no se hacen eco por igual de la campaña de todos los partidos. ¡No me querrán hacer ver que tratan con el mismo interés los partidos mayoritarios, que los minoritarios como el de Rosa Díez, la líder de Unión Progreso y Democracia! por ejemplo.
(Ilustro esta entrada con un paisaje bucólico para limar asperezas)