viernes, 1 de febrero de 2008

La Máscara de porcelana (Relato)


No podía imaginar qué clase de regalo había guardado su abuela para ella durante tanto tiempo, ni por qué tenía que ser el regalo de su dieciséis cumpleaños. El hecho de que ni siquiera la abuela supiera de qué se trataba, le parecía misterioso. Precisamente ese año la celebración de su aniversario coincidía con la de los carnavales, quizá esto tuviera algo que ver. Con frecuencia su abuela le contaba, cuando era todavía una niña, una historia sobre unos carnavales, especiales para ella, durante los cuales había bailado con un muchacho, que llevaba una máscara blanca de porcelana, y que le había dicho las cosas mas bonitas que había escuchado nunca, pero después de aquello no había vuelto a saber de él.
Por fin llegó el día señalado y cuando su abuela le entregó el regalo, que tan celosamente había guardado,
un ligero temblor se le apoderó del cuerpo, como queriendo avisarle de que algo importante iba a suceder. Lo desenvolvió lentamente, intentando disfrutar de ese momento y cuando lo tuvo ante si, la emoción le invadió todo el cuerpo y unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, ante la mirada atónita de cuantos la rodeaban. Cogió el objeto, frágil y valioso, con sus temblorosas manos y lo alzó para que todos lo vieran. Se trataba de la máscara blanca de porcelana. Miró a su abuela, que trataba de disimular la emoción y dirigiéndose hacia ella, se la ofreció.
Ni siquiera ella había podido imaginar que aquel regalo misterioso, que le entregó su esposo para su nieta antes de morir, era la máscara de aquel muchacho, que bailó con ella durante aquellos carnavales, cuando ella tenía dieciséis años. Cogió la máscara entre sus manos, y mientras la acariciaba no dejaba de preguntarse por qué no le había confesado nunca, que él era aquel muchacho…

2 comentarios:

K. dijo...

Que bonito!
Me encantan los abuelos, y los carnavales... la historia es linda...uno se imagina a los abuelos siempre viejos y tal vez fueron un día jóvenes capaces de saltar balcones por amor... gracias. Te encontré en blogueratura de chiripa, como se dice por aquí.
T invito a pasar
http://kojudópolis.blogspot.com
Un abrazo

Leodegundia dijo...

Me gustó este relato, corto pero con mucho sentimiento.