¡Mi gran Fiesta Inolvidable!

Acabo de vivir el fin de semana más bonito y feliz desde que tengo memoria. Todo comenzó el viernes por la noche,(bueno, comenzó algunos días antes como podréis comprobar) cuando me dieron la primera sorpresa. A eso de las diez y pico de la noche se abrió la puerta lateral de La Taberna La Bernarda y aparecieron mis hijos: Toño con su hija en brazos, mi nuera Ana, los padres de Ana: Isabel y Gregorio, mi hijo Ismael y su novia Vanesa. El sábado era mi cumpleaños y querían darme una sorpresa. ¡Y lo consiguieron!. Llevaban más de una semana preparándolo todo y yo sin sospechar; bueno, yo pensaba que tramaban algo, pero no me podía imaginar qué.

Porque el Sábado continuaron las sorpresas. Abrimos la taberna, para que todo pareciera natural (aunque luego casi no trabajamos) y yo les veía cuchichear, iban y venían y yo sin enterarme de nada, pensaba que la sorpresa ya habría terminado y atribuí esos "ir y venir" a los preparativos de la comida.

Y, efectivamente, estaban preparando la comida....De repente mi hijo mayor se dirigió a mí y me dijo: "mamá deja esos platos y vuélvete". Me volví y vi cómo mi padre y su mujer, Teresa, entraban por la puerta principal, y a continuación mis hermanos, sobrinos, cuñados. Tuve que contener las lágrimas porque me emocioné. Algunos de mis hermanos no pudieron venir, por motivos importantes, pero estuvieron presentes en todo momento en el corazón de todos y sobre todo en el mío (que lo sepan).
Todos juntos celebramos una comida de cumpleaños fantástica que no olvidaré nunca. Hubo ratos emotivos y entrañables. Al final terminé llorando, abrazada a mi hijo mayor,Ismael, que fue el que promovió la idea de darme una sorpresa , con el apoyo de José Luis, mi jefe y "gran amigo"(y algo más), que la agrandó. Entre todos la hicieron posible, con ayuda de algunos colaboradores, entre los que se encuentra Nacha, mi amiga de hace un montón de años, a la que encomendaron la difícil tarea de encargarse de la compra de unos modelitos, que José Luis me quería regalar. También me regalaron un colgante con la estrella mudejar, una pulsera preciosa, un bonito ramo de flores, unos libros, una caja de pastas y una enorme caja de bombones (así que tendré que seguir saltándome la dieta), no se si me dejo algo uf. Pero el mejor regalo de todos fue la presencia de todos ellos que hicieron que pasara el fin de semana más feliz de mi vida. Mi hijo pequeño, Juan, que vive conmigo en Biescas, estuvo fantástico en todo momento, aunque también me sacó alguna propinica extra, disfrutó con todos, se lo pasó mejor que bien, sobre todo con una de sus primas pequeñas, Sara, que no despegó de él.
¡A todos ellos les dedico esta entrada y les doy unas enormes gracias!. ¡Gracias por venir!. Pero sobre todo les quiero dar las gracias a José Luis y a Ismael por haber ideado esta sorpesa que será inolvidable.

(las fotos recogen dos momentos, una instantanéa de la comida y otra del bisabuelo y la biznieta)